BIKEMAN ZARANDEAO

 
Ayer volé por lo aires, un frenado del ciclista que me antecedía, y mi rueda que se comió a la suya, y yo saliendo disparado hacia delante, dando una vuelta de campana, cayendo sobre mi cabeza, sobre el caso, que absorbió todo el golpe, toda la metralla, sentí crujir un poco el cuello, pero muy poco, las gafas salieron disparadas, y de las gafas saltaron ambos espejos, también disparados, cada uno en una dirección, uno a China y el otro a Cuba…

Sorprendentemente, a pesar de la velocidad a la que iba, íbamos muy rápido, sólo sufrí apenas un par de mini rasguños, pude partirme el cuello, y sólo salí con un par de rasguños. Se puede decir que aunque caí con todo mi peso sobre mi cuello, caí de pie, bufff, esto me recuerda a un capítulo de los Simpsons, donde Lisa al ser muy cabezona, y al hacer gimnasia, en sus acrobacias siempre caía de pie por el peso y contrapeso de su cabeza, ¿me pasará lo mismo a mí? ¿Soy Lisa Simpson? Es decir, ¿soy un dibujo animado de una niña de 8 años que hace 20 años que no crece?

La semana pasada, en mis labores como Peter, el alter ego de Bikeman, estuve trabajando como jardinero, y arranqué una palmera enferma de más de 400 kilos, me costó lo suyo, pero lo hice, el puto gusano del picudo rojo, la había herido de muerte, y por la noche, la oí crujir y caer, pero no cayó del todo, solo mitad del tronco y no enteramente,

Al día siguiente me desperté temprano, le quité todas las palmas, ser´é la otra mitad del tronco, con una de esas sierras manuales, nada de sierras eléctricas, ni robotizadas, sino una sierra de leñador de toda la vida, la sierra tendrá unos 50 años, más que yo… y moví el pesado tronco de 400 kilos a más de 150 metros, me sentí una hormiga, una súper hormiga que lleva a su hormiguerota comida para 10 días, pero yo no llevaba comida, solo un tronco puntiagudo en todas sus formas, repleto de gusanos asquerosos, mientras empujaba el tronco escuchaba a los picudos “ maldita sea nos está moviendo, haced contrapeso, no queremos movernos, Bikeman, deja de movernos!”, pero no les hice caso, ¿qué clase de súperheroe sería si les hiciese caso a un millón de picudos rojos? Sería Picudo Rojo Man, y me niego a ser PRM, me mola más ser Bikeman… no hay color., especialmente rojo

Esto ha sido todo en los últimos 4 días, dos demostraciones. Pero hay más demostraciones, que no son el momento de reflejarlas aquí. Si me pagasen, si lograse que me pagasen por mi supuesta fuerza física,  ¿pero cómo? Yo siempre he sido de los que ha dicho que la verdadera fuerza se haya en el interior de un cerebro, que ese el  verdadero músculo que hay saber ejercitar, el único que nos va a salvar de cometer estupideces y el único que nos va a enseñar el camino correcto. El problema, es que mi cerebro está lleno de ruedas, y a pesar de tener el cuerpo magullado, esta tarde, al caer el sol, volveré a rodar por el mundo, necesito estar preparado, para lo que pueda llegar a apasar…

Hace un mes o así, empecé a escribir las increíbles historias de Bikeman, pero lo dejé porque no sabía como el personaje principal se había convertido en Bikeman, ahora lo empiezo a tener claro, es mi sino, creo… pero ¿para qué quiero toda esa fuerza? No me sirve de nada en el día a día, ¿para qué me sirve esa fuerza por ejemplo en una cita con una hermosa mujer? En serio, ¿para qué? ¿para levantarla con el dedo meñique y llevarla literalmente en volandas? menuda estupidez… o en una entrevista de trabajO ¿para coger al entrevistador con una sola mano y zarandearlo hasta que me dé el empleo con el que nunca he soñado? Debería buscarle una utilidad, eso está claro, el problema es que siempre he sido poco útil es decir, un inútil… soy un inútil, un verdadero inútil con la fuerza de mil hormigas radioactivas…

Ayer en los 5 segundos que duró todo el accidente, el mundo no pareció detenerse, ni vi mi vida pasar por delante de mis ojos como en una película, no vi nada, sólo las ruedas chocarse, la bici caer, y mi visión del mundo patas arriba, me levanté con rapidez, me miré el cuerpo, ni siquiera el maillot se hizo un rasguño, mis compañeros, me preguntaban “¿estás bien? No te duele nada?”, “nada”, contesté yo… “para haberse matado, pero estoy bien”…

¿quién soy? De dónde vengo? ¿a dónde voy? Y sobre todo, ¿qué se supone que tengo que hacer?  Busco respuestas, ojalá alguien me las diese, o al menos ojalá alguien me sugiriese donde encontrarlas. Las respuestas, me refiero…


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