PREMONICIÓN

No se asusten ustedes, no voy a hablar del final del mundo, creo. Sólo de ciertas cosas que me suceden, atisbos de lucidez, de cosas que van a pasar y luego pasan, si el día 20 de diciembre, tengo una de esas visiones claras por mi mente, tengan por seguro que les avisaré, para que se pongan a buen recaudo…

Siempre me han pasado estas cosas… algunas graves y otras buenas, no se trata de que perciba cosas fáciles de suceder, aunque hay casos en los que se podría decir que sí, hay cosas  que primero se han dibujado sobre mi mente, y luego se han plasmado tan cual, como por arte de magia, y siempre que ha sucedido primero en mi mente, luego ha sido real…….

Empecemos por el principio, aunque no por el principio de los tiempos. Sino por la mayor premonición que tuve…

Fue hace 6 años y medio, o quizás un poco menos. Mi vida estaba sumida en el caos, mi peso corporal también estaba sumido en el caos, mi mente dibuja palabras, y esperaba salvar el mundo con la fuerza de mis palabras… vanidoso, gilipollas, y con un ego muy superior al que debería corresponderme.

Hace 6 años y medio, cuando el mundo todavía no estaba sumido en la crisis, yo ya estaba en crisis, me pasé un año entero sin trabajar, no me salían las cosas como yo quería… entonces, sonó el teléfono y me ofrecieron impartir un curso de interpretación, pensé “bien, este trabajo me va a cambiar la vida”… el primer día del curso, conocí a la que a la postre fue mi esposa, y ahora ex esposa qué mal suena eso, pero es el nombre que tiene, y sí, ese curso cambió para siempre mi vida… aunque mi premonición nada tenía que ver con ello, fue a la salida de la primera clase de ese curso, hacía calor, era julio en Valencia, humedad a tope, calor pegajoso a tope…

Salí de clase, y sentí un escalofrío, no le hice caso, seguí andando hasta la parada del autobús… les estoy hablando de una época en la que no tenía ni carnet de conducir, ni bicicleta, y para desplazarme por la corteza terrestre, hacía uso de metros y autobuses, y el curso, que ese día empezó, lo impartía en el otro extremo de la ciudad, a más de 30 kms de mi hogar, dulce hogar… tenía que coger dos metros y un autobús para llegar y lo mismo para volver…

Llegué andando a una gran avenida, tenía varias posibles combinaciones para volver a casa, varios autobuses que me llevarían a diversas bocas del metro. Entonces fue cuando sucedió.

Sentí el mundo temblar bajo mis pies, como si un terremoto estuviese abriendo el suelo y de paso estuviese abriendo las puertas del infierno, miré a los demás transeúntes y comprobé que nadie más había percatado nada… me dije “te estás volviendo loco, te estás volviendo loco”… miré hacia el horizonte de la gran avenida para comprobar si mi autobús se acercaba, pero en lugar de un autobús, lo que vi llegar claramente a mi mente, fue una frase, “EL DIABLO YA ESTÁ AQUÍ”, me quedé quieto, inmóvil, sentí miedo, pavor, terror, claustrofobia, sentí pánico… “EL DIABLO YA ESTÁ AQUÍ” volvió la frasecita “bonita” a mi mente… decidí no coger el autobús, los demás transeúntes si lo cogieron, decidí ponerme a andar, en busca de otro autobús que me llevase a otro metro, el calor apretaba con sus dientes afilados, recorrí una manzana, y me detuve a pensar en la ruta que debían tener mis pies para volver a casa, necesitaba volver a casa, sentía que el terremoto continuaba a mi alrededor, , que lo edificios se tambaleaban, pero parecía ser el único en verlo, ¿por qué los demás seres humanos no lo veían? ¿por qué?...

Subí en otro autobús, intenté relajarme, el ambiente era tenso, o quizás era yo el que estaba tenso, pero todo el mundo estaba callado, el autobús repleto, y nadie decía nada… vi a un pasajero, llevaba una mochila gigante, y pensé que podía llevar una bomba gigante metida en su mochila, la mente me viajaba a la velocidad de la luz, pensamientos dispares arriba y abajo… Bajé en el centro y empecé a andar, el terremoto seguía, las puertas del averno seguían abiertas, sentía como si un legión de maldad estuviese inundando mi ciudad, mi mundo… andé en círculos durante 20 minutos, y me colé dentro de una boca de metro, en ese momento pasó un metro, en contra dirección hacia la primera estación a la cual pretendía dirigirme, estación de metro me refiero…

Y entonces pasó, dejaron de pasar más metros, era hora punta, el andén se llenó de otros usuarios, no cabía un alfiler, y anunciaron media hora después por megafonía que fuésemos saliendo con orden del metro, que se había interrumpido los servicios, salí de nuevo a la calle, y todo era un ir y venir, de ambulancias, de coches de policía, de fantasmas, de diablos, de odio, de sangre,  de pánico…. EL DIABLO YA ESTÁ AQUÍ…

Llamé a mi madre, le conté lo que me pasaba, que no había metros, que no tenía forma de ir a casa, a más de 20 kms, que sentía miedo y que todo estaba inundado por el terror, vino a recogerme, tardó media hora, me senté en un portal, a la sombra de aquel verano, las calles de mi ciudad estaban engalanadas, con banderas del vaticano, el Papa iba a venir a Valencia en 4 días, el viernes, y era lunes, ¿quizás fuese el Papa el diablo que ya estaba aquí?

Pregunté a un policía que es lo que sucedía, y entonces me dio la noticia, un metro había descarrilado entre la parada de Ángel Guimerá y la parada de Jesús, el metro que yo había visto pasar al entrar en la boca del metro, que el accidente había sucedido casi en la parada de Jesús, justo la estación a la que pretendía llegar yo cuando empezó mi propio terremoto…

Murieron casi 50 personas, en Valencia, y me sentí responsable por no haberles avisado que el diablo ya estaba aquí, con todos sus secuaces, prestos y dispuestos a que el final del mundo empezase ese maldito 3 de julio… el día que una hora antes había conocido a la que iba a ser mi mujer. Menudo comienzo…

Desde entonces, he tenido otras premoniciones, menores, pero de igual resultado. Visiones claras de un futuro cercano, que luego han sucedido.

Por ejemplo el sábado pasado, iba en coche hacia el teatro donde trabajo, y me cruzó la mente un pensamiento: “tú coche hoy va a morir”, llegué al teatro y saqué mi libreta de hojas blancas, anoté ese pensamiento, y 5 horas después mi coche dejó de funcionar para siempre…

Y ayer, tuve otra premonición, generalmente no tengo tantas ni de forma tan seguida, fue por la mañana, fue clara, y concisa, y 12 horas después, anoche, sucedió… fue una cosa buena, muy buena, no puedo contaros de que se trata, porque igual no lo lográis entender, a mí me cuesta entenderlo, y además no os lo cuento, porque no se trata de que yo cuente y cuente y cuente mis cosas, tengo derecho a mi propia privacidad, ¿no?

El caso, es que ahora con todo ese rollo maya del falso final del mundo, si va a suceder, sé que lo sabré unas horas antes, mi navaja de premoniciones está afilada, y más atenta que nunca… un mensaje, sin previo aviso, llegará a mi mente, si es así os avisaré o tal vez no, porque si llega el final, ¿de qué os voy a avisar? ¿de que vais a morir todos en unas horas? Mejor ser feliz hasta el último segundo, que no precipitar el vacío…

Premoniciones, ja! Estaría bien tener una premonición sobre un nº de lotería, o algo así, pero en lugar de eso, el destino me ha asignado otro jugada, otro rol… espero por el bien del universo, de mi universo, y aquí estoy siendo totalmente egoísta, que el mundo no se termine el 21 del 12 del 12. Aunque hoy, 12 de 12 del 12, todo podría suceder, estaré atento a las señales, vigilante en lo alto de una de mis montañas, observando el futuro, y el presente… observar, mirar, procesar…

Actor y autor se funden en un abrazo


Hola,

Hace mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, muy muchísimo, tanto tantísimo, que no sé si recordaré cómo se hace. Así que disculpen las letras, las mías, igual tienen un viejo toque de acero oxidado y rancio, no es por propia voluntad, eso se lo puedo asegurar…

Llevo meses bloqueado, un puto bloqueo de escritor, a veces me gustaría ser una máquina con botón de encendido, apagado y reinicio, con un software de actualización del sistema operativo, con cables y chips, y tornillos, y…. Pero esas veces son las menos, afortunadamente, me gusta ser un ser humano, lleno de olvidos y recuerdos, de palabras por matizar y de juegos por inventar.

Durante estos meses de bloqueo, no crean ustedes, que no se me han ocurrido cosas sobre las que escribir, de hecho, si que he escrito algunas, pero ninguna de forma continua, que es el verdadero matiz,  que transforma al esporádico guionista del guionista  profesional. Entonces, si la sequía no se debe a la ausencia de ocurrencias, ¿dónde se encuentra el motivo, la causa y el defecto?

Para mi la literatura nunca fue una vía de escape, en parte, quizá, pero en absoluto de una forma total, para mí era otra cosa, una forma, o una malformación de clase de vida, que por supuesto, es mucho más que una simple vía de escape…

Durante años y décadas, he concebido el mundo real a través de los ojos de mis personajes imaginarios, de sus ocurrencias, de sus pisadas sobre el asfalto y de la colocación sucesiva de verbos, pronombres y adverbios en la boca de dichos seres imaginarios. ¿Por qué? Muy sencillo, pasaba mucho más tiempo con ellos, inventándonos mutuamente, que con el resto de mis congéneres, con los cuales, además era difícil inventar nada común. Siempre me sentí un poco Cyrano, un hombre pegado a la sombra de otros, dibujando en la penumbra palabras tan hermosas como impronunciables.

Ahora, mi cuerpo me pide más acción. No quiero decir que en mi presente no disfrute de enormes tiempos de soledad autoescogida, de tiempos para divagar sobre pensamientos profundos, sobre reflexiones flexionadas y demás memeces, que se me ocurren, cuando me quedo en silencio, y parece que estoy absorto, viviendo en Babia, o simplemente como un muñeco de trapo olvidado en el estante más alto de un armario centenario, cerrado con cal y sin canto ni encanto. En esos momentos, son los momentos en los que más ideas, ojos y muecas circulan por las autopistas de mis circuitos cerebrales. Pero en mi ahora, mi cuerpo, me reclama más movimiento físico…

Antes, mi cuerpo se limitaba a excluirse, a refugiarse en un bar solitario, en su terraza tranquila,  y sacaba del zurrón una libreta de hojas blancas, y sencillamente se ponía a escupir palabras, unas tras otras, tras otras, sin final, ni principio, sin orden, ni lógica. Me parecía tan necesario hacerlo, para mí mismo quiero decir,  era necesario porque no encontraba en la realidad, otros ojos en los que mirarme y sentirme correspondido,  y también, por el puro placer vanidoso de escribir y de creer hacerlo cada vez mejor, un artista de la pluma sin pluma, con estilete afilado, y un saco sin final, del cual sacar cada día un nuevo mundo para plasmar en él, las desgracias, de una amante solitario.

Sin embargo, en los segundos que dominan mi presente, mi cuerpo, me pide más, no se conforma con sentarse y ser espectador y autor de la vida, ahora mi cuerpo me pide ser actor, y protagonista de mi propia existencia. Llama con los nudillos de su mano derecha la puerta de la consciencia de mi cerebro, la abre, y pasa a la acción, aparta de un empujón a Darth Vader de los mandos de la nave imperial, y se pone a pilotar a la velocidad de la luz, sin mirar por el retrovisor, sin advertir de las continuas señales de peligro y advertencia que salpican las carreteras, mis carreteras de asfalto.

Creo que me he vuelto hiperactivo, físicamente, puedo hacer un millón de cosas en un tiempo récord, como si fuese un súperman, capaz de volar alrededor de la Tierra, una vuelta en 3 segundos, dos vueltas en 6 segundos y así sucesivamente, sin final.

Antes, os puedo asegurar que no era así, me costaba un mundo, nunca mejor dicho, mover un solo dedo, y la inactividad física me volvió un holgazán y un ser obeso. Gordo lleno de grasa, pero también gordo lleno de ideas, de magníficas ideas. Podía pasarme horas sentado, escribiendo, pensando, por ejemplo, una vez escribí una obra de teatro, en 3 días, una obra de teatro, con todos sus diálogos y sus personajes, de una hora y media de duración… en jornadas de escritura de 9, 8 y 10 horas, escribiendo, directamente sobre el Word del ordenador.

Ahora, no podría, estar sentado durante todo ese tiempo sin moverme, tendría que levantarme como mucho a los 40 ó 45 minutos, sacudirme el polvo y pintar una casa en 3 minutos.

No está mal, no está nada mal, poder hacer tantas cosas, físicas y no cansarse. Soy capaz de dormir poco y mal, 4 horas, despertarme en mitad del oscuro de la noche, recorrer 150 kms en bici, hacer la compra, la comida, fregar los platos, trabajar de pie, trabajo de acomodador en el Miniteatro, entrando y saliendo constantemente a por nuevo público, llevándolo a cada uno a su sala, 30 pases en 2 horas y media, y salir de fiesta, bueno, no de súper fiesta, pero sí de quedarme y enredarme  un rato en la noche… y todo esto dentro de las mismas 20 horas en las que puedo transformar mi presente diurno y despierto…

El problema de ser tan veloz y tan activo, viene motivado, porque al terminar un función o una tarea, de forma positiva, ese final, me retroalimenta, me da una palmadita en la espalda y me dice: “bien Peter, bien, aún puedes hacer más cosas, no hay final, los verdaderos súper héroes no tienen final, y tú eres uno de ellos”. Pero, siempre hay un pero, hay días, en los que apenas me quedan cosas por hacer, y mi vida se llena de huecos blandos, de huecos en blanco, ¡de huecos! ¿y qué hago entonces? Me da por inventarme nuevas tareas físicas, quitar malas hierbas de la parcela de mi casa, pasear a Frodo durante una hora, no le hace falta, tiene 2000 mil metros de jardín, editar vídeos promocionales de forma gratuita y altruista para el Miniteatro,  limpiar el baño, barrer, fregar, saltar durante una hora intentando alcanzar a la Luna, eh… no sé, miles de cosas…

Vale, de acuerdo, mi conciencia me pregunta, ¿si tienes tiempo sobrante, e ideas sobrantes, por qué no juntas esos huecos en blanco con esas palabras que danzan por tu cabeza? ¿por qué?... mente en blanco, vida en blanco, silencio en blanco.

No lo hago porque estoy bloqueado, como he dicho al principio, un puto bloqueo de escritor, o de guionista o de lo que coño sea que soy, que no sé si sé.

No es la primera vez, he tenido varios, pero no tan largos. Cuando se está en medio del tráfico de ausencia de palabras impresas, de necesidades fisiológicas de desparramar tóxinas en formas de versos y prosa, cuando se está en medio de esos periodos, uno, yo, pienso, piensa, que nunca lo volverá a hacer, que nunca volverá a sacar los dados del azar, que nunca volveré a jugar, a inventar, a transformar, a danzar, a pintar, a esbozar, a manchar, escupir, vilipendiar, mancillar,  romper, seducir, divertir y finalmente emocionar, simplemente juntando palabras, unas tras otras.

Así que este invierno, el que se avecina, he decidido hacer algo. Mi cerebro ha vuelto a tomar los mandos de la nave imperial, Darth Vader, ha vuelto a su status original y le va a ordenar a mi físico, que se ponga a su servicio y que mueva con su mano un bolígrafo, y que se ponga directamente a escribir, en esos huecos, los del medio, en esos silencios prolongados, en esas situaciones de aspavientos infructuosos, donde `porque mucho que me mueva, mi sombra sigue quieta.

A la pereza, se le vence cogiéndola de las solapas y empujándola a patadas, hasta expulsarla de paraíso terrenal en el que parece haberse detenido el tiempo de mi cuerpo.

¿con esto quiero decir que mi cuerpo es un paraíso terrenal? No, con esto quiero decir, que tengo tanta energía que podría alumbrar Nueva York durante las noches del invierno más crudo, calentar a sus ciudadanos, con sus mejillas coloradas del calor que desprende su estufa alimentada por el plutonio de mis ojos.

Ahí es nada.

A los bloqueos, se les vence con el simple placer de escribir por escribir.

Bienvenido seas placer, te estaba esperando, ya estoy aquí, he vuelto, nunca me fui, simplemente me quedé callado.

Acotación: Actor y autor se funden en un abrazo.

VIDA ROBINSON


Soy un idiota, ¿soy un idiota? ¿lo soy? ¿soy?... no lo sé, a lo mejor lo soy y no me he dado cuenta, a lo mejor no me he dado cuenta porque soy tan idiota que nunca me he parado a pensar en ello, y hago cosas y digo cosas y lo que es peor, pienso cosas que sólo los idiotas son capaces de hacer, decir y pensar…

No soy capaz de hilvanar pensamientos de forma continuada, demasiado tiempo alejado de los folios en blanco, haciendo otras cosas, provocan que muchas veces quiera ponerme a escribir y no sea capaz de escribir o de hilvanar todos esos pensamientos que se me agolpan de forma constante en la corteza, en mi corteza craneal. Intento pensar con lucidez, para luego escribir con lucidez, lo intento, intento concentrarme, y me vienen grandes frases, grandes ideas, que se diluyen como un azucarillo en forma de mini cubo en un café ardiente de un bar de esos matutinos. Mis grandes ideas nacen, explotan y mueren en apenas dos segundos.

La vida es corta, a veces, los días son cortos, las semanas son cortas, los meses, los años, lo milenios, la existencia total y parcial, es corta… si pudiese recordar cada pensamiento brillante y auto-destructible que tengo, si los pudiese recordar, necesitaría días de 70 horas, semanas de 90 días, años de 12 mil meses para poder escribirlos, y sobre todo, para poder desarrollarlos.

Son grandes ideas acerca de cómo salvar el planeta, de cómo enamorar a aquella chica, de cómo hacer sonreír a ese niño-niña que pasa frío y que te cruzas cada mañana en la puerta de ese bar pidiendo algo de pan, de sustento para sustentarse… de cómo mejorar la historia universal de la literatura…. Falta modestia a parte, claro, sobre todo, claro.

¿Le pasará esto a más gente? ¿seré el único? ¿soy un idiota por preguntarme estas cosas? ¿lo soy? “¿y si eres el único, qué?” me pregunta una voz en off interior superlativa… si soy el único, no sé si me sentiré bien…

Como un pirata del siglo XVII, en una isla desierta, con un cofre lleno de oro a sus pies, que caminan sobre la arena fina y blanca de una playa virginal, con suaves, y casi inexistentes olas de color azul cielo. Lo malo, es que ese pirata está solo, en la isla, en su mundo, y tiene un tesoro de mil doblones de oro puro. El pirata es un naufrago, su barco fue derribado a dos millas de la isla en la que se encuentra por otro galeón pirata enemigo y él, el capitán pirata de su embarcación, es el único superviviente, cual Robinson Crusoe, en una isla, con un tesoro medioambiental como marco, y un montón de monedas de color amarillo brillante de oro codiciado.

Y no tiene forma de salir, la isla es todo su mundo, a él le gusta, hay una pequeña selva a sus espaldas y se ha construido una vida Robinson, con cabaña en lo alto de uno de los árboles, y cada mañana, saluda al sol, coge su artesanal caña de pescar, y se va a la playa, y hay pesca abundante, enormes y  deliciosos peces de colores… y después llueve, él se mete en la casita del árbol, y observa la lluvia, las gotas de lluvia golpear con violencia en las hojas y ramas de los árboles, donde este bajel pirata en todo mar conocido, ha construido su hogar… y después llega el sonido eterno de la noche, el tiritar de las estrellas en lo alto, el aire puro, el verano continuo, la vacaciones eternas, y el pirata pierde o perdió la noción del tiempo, porque apenas sabía contar, antes de que ser pirata, apenas fue a la escuela, ya de pequeño, lo único que le interesaba era navegar, y aprendió el orden de las estrellas, para guiarse por otros confines, pero contar, apenas aprendió… y se imagina que ahora podría llevar meses o años, en su isla, pero él lo desconoce, porque el tiempo en ese sitio no existe, aunque pase, como pasan todas las cosas de esta vida, la lluvia, el amor, la propia vida… sabe que pasa el tiempo porque su barba crece, y sus pelos de la cabeza y del resto del cuerpo, sabe que el tiempo pasa porque una vez fue niño y ahora es adulto, sabe que el tiempo pasa porque una vez fue el rey de los mares, y ahora es un naufrago olvidado….

Y en esa isla, este pirata, es aparentemente feliz, porque siempre fue un tipo con tendencias a la soledad, a la soledad constructiva y a la soledad auto-destructiva, porque su verdadera comunión con la vida era mucho más que el la comunión con sus co-habitantes humanos y humanas… pero a veces, incluso el sol necesita de la luna, y a veces nuestro pirata necesita hablar, comunicarse, expresarse, contar un chiste, o que se lo cuenten, a veces nuestro pirata, se acuerda de las mujeres, de sus formas, de su olor, del tacto suave que se desliza por su espalda, se acuerda de los besos y del sexo, se acuerda de sus risas, de sus almas llamando con los nudillos a las puertas de su corazón, y piensa: “tengo que escapar de esta isla, renunciar a este tesoro y volver a la asquerosa civilización, quiero ver gente, hablar gente, pensar gente, mezclar gente, confundirme, tal vez ser un nosotros, tal vez enamorarme de unos ojos correspondidos, tal vez besar unos suaves labios durante horas y no dejar de hacerlo jamás, tal vez, tener una familia, unos hijos a los que enseñar el noble arte de navegar… ser parte de un algo mayor que mi estúpida e idiota sombra sobre esta arena blanca”… en esas cosas piensa nuestro pirata mientras la pesca llega a su caña, mientras la brisa sopla en su cara, mientras la barba le llega al ombligo.

Así que el pirata, el bucanero, el hombre solitario decide pasar a la acción, y decide construir una balsa, un barco, un medio… para ello,  corta como puede 30 cocoteros, se fabrica una vela con las palmas de cientos de palmeras, y se lanza al mar, a la aventura de un loco que quiere vivir en sociedad, porque sin ella a pesar de ser feliz, no lo es, completamente…

Mierda, ese pirata, ese estúpido e idiota pirata que va a morir en alta mar, soy yo. Putas metáforas.

boom boom

Es curioso, llevo un tiempo pensando en una reflexión, ¿son los perros reflejos de sus dueños? Actúan de forma premeditada, los perros al copiar el comportamiento de sus dueños? , ¿o es el destino el que empareja a perros y dueños? aunque ese termino no me gusta nada, el de dueños, para mí quizás mejor decir compañeros, amigos, o simplemente familia.

Si eso es así, muy bien se pueden conocer a los “dueños” simplemente observando a sus perros, si ves un perro cabrón que no deja de ladrar, que amenaza con morder, que lo único que quiere es morder la mano del que se le acerca, ¿estaríamos ante un dueño que sea un asesino en potencia?.

Creo que no tiene nada que ver. Es decir, en algunos casos, por ejemplo el perro de Hitler, el que vivió con él, hasta sus últimos días del III Reich en un búnker en Berlín, era un santo, me consta, sin embargo, su dueño era… bueno, su dueño era Hitler, simplemente Hitler. Un loco, único como cabecilla del fascismo del siglo XX, con muchos seguidores por toda Europa, América, Asia, África, y la Luna.

Así pues, eso quiere decir que el perro no tiene porque ser el reflejo de su dueño, ¿es eso? Puede ser, pero tal vez, la forma en la que se educa al perro, condiciona también su carácter, un hombre bondadoso y cariñoso puede haber educado a su perro para que defienda su hogar, y su perro ser una fiera total, del mismo modo, pero el ejemplo inverso, es ese del perro del cerdo ése, del que ya no voy a repetir más su nombre. (hitler) lo repetí, lo siento.

Entonces, ¿qué? Quiero decir, o mejor dicho preguntar, ¿a qué viene todo esto? Pues, que a lo mejor, a veces el destino hace que un animal que vive en el mundo que es igual que tú, llega a tu vida, y os complementáis perfectamente, o a lo mejor, no, y no os parecéis en nada. el destino es el destino, y la voluntad de seguirlo, al destino, una cosa extraña.

Sin embargo, Quiero hablar de una perrita, no sé la edad que tiene ni la raza, es una mezcla curiosa que da como resultado a una elegante can, de formas delgadas, y tamaño mediano, y con la mirada sabia, y al mismo tiempo, escapista, inteligente hasta la extenuación, bondadosa, ociosa, protectora de los suyos, y perfectamente independiente. Y es curioso, porque esas cualidades, todas esas y muchas más, también las comparte la persona con la que le ha tocado compartir su existencia. Es decir, su “dueña”. Es decir, la chica por la que mi vida hace boom boom.

ANTES Y DESPUÉS

Idea guión para una película, o para una serie de tv, sí mejor para una serie de tv que empieza y luego termina, con una estructura clara, y no como una de esas patéticas series de tv que abundan en nuestras parrillas televisivas… que de tanto alargar el chicle, se han quedado sin sabor y sólo masticas plástico insípido y rancio.


Es decir, que la serie, empezaría y 13 capítulos después terminaría, una serie de culto. ¿de qué iba a ir? Pues precisamente de eso, se abre de negro y se ve a un personaje, frente a una cámara de vídeo, está gordo, como no se llama Peter Lubosky, maldito personaje que siempre me acompaña, puta sombra sin esperanzas a una vida independiente de la mía… sigo… Peter enciende la cámara y se pone a grabar y empieza a hablar.


PL: mi nombre es PL, y peso 106 kilos. Mido 1,76 cm, por lo tanto de estas medidas uno puede deducir que soy un gordo, mis amigos, los de toda la vida me llamaban así a mis espaldas, pequeños vicios que tienen las personas de lengua bífida. El caso, es que esto que empiezo a grabar hoy, es el día a día de cómo voy a perder 32 kilos para quedarme a sí.


Se inserta una foto del futuro, PL, es él, pero delgado, con un aspecto saludable, con el torso desnudo, delgado, pero fibroso.


PL: sí, yo voy a llegar a ser es…


Y la serie de 13 capítulos alternaría momentos del antes y del después, de lo que PL hacía en su día a día, cuando era un peludo gordo cabrón y de lo que hace ahora, que se ha convertido en un spaghetti.

Pero la idea de la serie, más a llá de relatar las aventuras de uno que quería adelgazar, trataría el tema, sobre la felicidad, cómo ser puede ser feliz con mucho peso, y como se puede ser feliz con poco.

¿y el conflicto? Bueno, imagina, que cuando era un gordo, le gustaban todas las chicas, intentaba ligar con ellas, pero ellas, siempre lo regían, por su aspecto. A pesar de ello, PL, ensaya estrategias, se muestra como un tipo inteligente, divertido, de lengua rápida, astuto, cachondo, amante de la vida. Y en el después, ese carácter aún le acompaña, y ahora son as mujeres las que le asedian a él, todas quieren de él, lo que él quiso darles, antes, cuando era un gordo, sin embargo, lejos de aprovecharse de esta situación, PL, elige con quien y cuando quiere estar con alguien, en plan venganza contra las mujeres. Todo en tono de humor, absurdo, divertido. Por ejemplo escena.


PL está con un amigo, viendo fotos de chicas de amigas tipo red social….


AMIGO: has visto esta?

PL: muy guapa, pero no me interesa. Creo que está loca.

A: ¿y esta otra?

PL: esa otra es perfecta, pero si me acuesto con esa, después ya no me querré acostar con ninguna más…


Ojo! Habría que cuidar el tono , porque las feministas me podrían acusar de resultar un machista. Ya veo los titulares:


“director de serie de tv de culto acusado de machista”… pero bueno, esto es un brain stormnig, no y puedo decir lo que quiera.


¿qué más sucedería en la serie? Básicamente, se mostraría a PL intentando encontrar su sitio en la vida, es actor, por fin, PL no saldrá en alguna de mis creaciones como guionista, sino como actor, sí, bien, se empieza a desmarcar un poco de mí, le hacía falta. Lo vemos en diferentes pruebas de casting, cuando era gordo, como lo rechazaban precisamente por eso, lo vemos haciendo teatro, cuando era gordo, y o vemos en la actualidad, en series de tv, de éxito, todas las chicas del mundo quieren un autógrafo suyo.


Sin embargo algo pasa por su cabeza, en esa transformación física se metió y de que manera el mundo de las bicicletas, vemos a Peter en su bici, cuando era gordo, cuando empieza a pierde peso, cuando es delgado, por la montaña, rodeado de bosques de pino, de naturaleza salvaje, o por la ciudad, sorteando el tráfico, siendo un gordo y después delgado, y la serie termina en esta fallas pasadas, en un domingo por la tarde noche, sobre las 8 de la tarde, Valencia en fallas, calles cortadas y Peter delgado pedaleando y feliz por la ciudad, termina, en el paseo de la alameda, que está cortado al tráfico, y Peter se mete en la avenida y empieza pedalear, suelta, el manillar y alza los brazos, en señal de Vitoria, ha ganado, el qué? Ser delgado? no, en el amor.


En el amor? Claro, en todo esto, en la serie me refiero, tendría que haber un elemento femenino catalizador del deseo de cambio, de atracción, de seducción, una chica increíble, no tanto por su físico, que sí que también, sino por su ser, inteligente, divertida, sensible, la típica tía con la que todo el mundo quieres estar, porque es bella por dentro y bella por fuera. Y la chica le dice cuando cae en los brazos, de él:


Chica: cuando te conocí, yo te veía igual, incluso miro tus fotos de entonces y te veo así,

y él, se confiesa

PL: a mí me pasaba lo mismo, yo antes era así, y después gordo durante 10 años, pero me seguía viendo así. Simplemente, todo depende del cristal con el que se mira las cosas, el interior, en él, se haya todo tipo de respuestas.


Los diálogos tendrían que ser brutales, y crudos y divertidos y llenos de giros.


Antes y después, ¿la escribo? No lo sé, me lo pienso, en cuanto termine la trascripción de enero, me pongo en ello. Simplemente quería comentaros la idea, para ver que impresiones os da, un pequeño estudio de mercado directo. En fin, sean felices, que la vida son 4 días, y ya hemos vivido 2 días y medio.


Y toda la serie estaría salpicada con escenas de Peter hablando a cámara cuando era un gordo, el narrador siempre nos cuenta las historias desde el presente, estaría bien, mostrar al narrador imaginando como va a ser su vida y opinando sobre ello, conocedor exacto de su futuro…


Ale, voy a ver si termino con enero, que quiero ponerme a escribir esto.

Dust in the wind de mi corazón

Llevo días sin saber, llevo días en lo que todo me empieza a dar igual, días de vino y rosas, días de parpadeos y pensamientos, días, de rodar, de girar cual rolling stone, pero yo no soy una piedra, por primera vez en muchísimos años, yo, ya no me siento una piedra en la voz del gran jagger. No. Ni en su voz, ni en la voz de nadie, que quede bien clarito.


No sé que me pasa, no encuentro las palabras, y mira que busco, en los diccionarios, que siempre me han servido de muletas y apoyo, en los libros de mis grandes maestros, en los surcos de mis viejos vinilos, en la conciencia de mi conciencia… Llevo despierto desde el amanecer, desde mucho antes del amanecer, y ya es por la tarde, el sol se va, yo me quedo, viene la luna y la recibo con una sonrisa, me gusta sonreír a la luna, me gusta, sonreír en general, si todos pudiésemos sonreír de corazón… esto sería mejor.


Hedonista, tal vez, gilipollas, tal vez, enamorado, tal vez, aunque esto no es amor, es otra cosa, algo que no conocía, algo superior, pluscuamperfecto, idiotismo puro, sí, el corazón del revés y agitando palmas, taconeando sobre el tablao, cual gitana con su fandango y su bulería. El corazón no está enfermo, el mío, al contrario, está vivo y bombea y bombea, y yo me salgo de mi cuerpo y veo como bombea, como llena de vida cada minúscula parte y célula de mí.


Y tengo miedo, pero no como persona, tal vez como escritor, si es que lo soy, que lo dudo, en todo caso, a lo que aspiro, o aspiraba, porque ahora lo que aspiro es presente y quiero vivir para siempre en este presente, y eso que he tenido presentes largos, y profundos y arrebatadores, y lo que sea, pero este presente, es un presente distinto… y tengo miedo, ¿a qué? Siempre, al escribir, me refugié en el dolor, me sentí mejor lamentando y llamando a la puerta de la miseria, pero ahora ya no hay miseria, sólo sentimientos en estado puro y vivo…. ¿dejaré de escribir sin ese dolor que siempre me ha marcado? ¿dejaré de escribir? No, cambiaré el verso, y los verbos, los adverbios y los adjetivos, y llenaré cada poro de mi piel de sonrisas permanentes….


Sonrío, no puedo parar de sonreír. Antes en el coche, por la ciudad, iba sin música, en silencio, y me paré en un disco en rojo, y una moto con dos chavalitas se pararon junto a mi ventanilla, me miraron, yo las miré, y me dijeron: “te llevamos siguiendo desde hace 3 manzanas, porque nos ha extrañado tu sonrisa, ¿qué hace sonrías así?” el disco se puso en verde, y mi sonrisa se hizo más larga, más grande, más compacta, puse primera y aceleré, las chicas se perdieron en el abismo del tráfico y yo llegué a casa, me senté al sol de las 6 y cuarto de marzo, los perros revoloteaban a mi alrededor, y las abejas alrededor de las flores, y la tierra alrededor del sol, y la vida alrededor del universo. Y comprendí, lo vi claro:

Como un dust in the wind me siento, y no me importa, ni el éxito, ni la fama, ni el dinero, ni la falta de él, ni de trabajo, ni las enemistades, ni mi mala conciencia expulsada de mi cuerpo, ni mi nada. Sólo soy polvo, sólo somos polvo, por mucho que nos empeñemos en luchar contra eso, para perpetuar la especie, o un simple beso, o un simple sentimiento, aunque los sentimientos nunca son simples. Una partícula interestelar se ha metido en mi corazón y campa a sus anchas en él, y está bien, la conozco, a la partícula, es amiga mía, y la dejo, que disfrute, porque al disfrutar ella, me hace disfrutar a mí.


¡Hedonista! Grita la conciencia de la conciencia de mi infraconsciencia. Bueno, tal vez, ¿y qué? ¿hay algún problema en ello? ¿Te jode? Espero que no. He estado en la batalla con mi espada llena de sangre, y la cabeza de mi enemigo en mi mano, y mi armadura triturada, y mi heridas abiertas, y mi caballo muerto a mis pies por la punta de una lanza sobre la yugular de su hermoso cuello, y había muerte y destrucción, y hacía frío y oscuridad…. he vivido en la guerra…


Eso fue el pasado, y ahora, ya es presente, aquí, ahora, y no hay más Carpe diem, “muerde ese labio, encuentra esos ojos, piérdete por tu bosque, en la montaña de tus pechos, en los gestos de los quehaceres impropios de la ternura, muerde esa boca, y dime: ¿hay bocado más sabroso?” Dijo la serpiente a una tal eva.


El día se va, buen viaje, la noche se viene, cual carrusel, cual noria, cual brisa sobre tu pelo, cual sonrisa sobre tus-mis-nuestros labios y bocas.

PLUTONIO EN MIS OJOS

Me he despertado temprano, es absurdo ponerme el despertador, es incluso absurdo tener un despertador, es algo que no me hace falta para absolutamente nada.


Tengo insomnio, antes lo tuve, y ahora desde hace 3 ó 4 años no se ha ido, ya estoy acostumbrado. Cuando escucho a la gente que se queja porque solo han podido dormir 4 ó 5 horas, me río, ojalá yo consiguiese dormir 4 ó5 horas, si alguna noche lo consigo, voy a la nevera, y abro una botella de champán que tengo preparada para la ocasión. La botella lleva 3 ó 4 años en la nevera, sin descorchase, sin abrirse. Igual que mi sueño profundo.


Mis pies, de nuevo, torpes me han llevado hasta una encrucijada, hasta un cruce, con 10 bifurcaciones distintas, estoy en medio de este paradigma y no sé que dirección tomar, el sol sale por el este, el norte lo apuntala una estrella, en el sur ya viví y no me resultó satisfactorio, y en el oeste, del oeste viene el poniente, y no me gusta el viento de poniente.


Así que me siento en un bordillo, saco un cigarro, lo enciendo, y dejo pasar el aire sucio a mis pulmones limpios, debería dejarlo, debería irme, levantarme de este bordillo y empezar a correr, como Forrest Gump, simplemente correr hacia ninguna parte, sin ninguna dirección.


¿Seré que en el fondo soy como Forrest Gump y amo de forma equivocada? Es jodido, amar de una forma equivocada. Supongo que en estos años, he intentado aprender, pero realmente no sé si he aprendido.


Apago el cigarrillo sobre el asfalto, me incorporo de la acera, y oteo el horizonte, fijo mi vista, mis ojos buscan, pero no encuentran, no ven, no saben, no tienen. Ayer viví un día de una intensidad brutal, la noche anterior el insomnio me golpeó con fuerza, y apenas pude dormir una hora, a las dos y media de la madrugada parecía que mi cuerpo estaba poseído por algún demonio, o que me hubiese zampado un bocata gigante de plutonio, anoche a las dos y media de la madrugada, estuve a punto de coger la bici y ponerme a rodar, tengo luces, en la cabeza no muchas, pero en la bici, para la bici, tengo lucecitas, no lo hice, irme en bici. Me levanté, entré en Internet, o Internet entró en mi. Y a los 10 minutos ya no tenía ganas de seguir navegando, y el bajel pirata de todo mar conocido me lanzó a un océano plagado de tiburones.


Desde las dos y media hasta las 4 y media, di vueltas en la cama, conté ovejitas, intenté poner la mente en blanco, intenté hacer ejercicios de respiración, suave y diafragmática, hice miles de cosas, que no me sirvieron, me incorporé de la cama, cogí un libro, leí dos páginas y lo dejé, cogí otro libro y repetí el proceso. Me fui a la cocina y me preparé un café nauseabundo, no preguntes porqué, pero en mi casa el café es nauseabundo.


Por la mañana, el gallo del vecino empezó a cantar sobre las 6 de la mañana, fuera, la oscuridad era total, cientos de diminutas estrellas brillaban en la noche, yo asomado a la ventana de mi estudio, intentaba contarlas, dejé de contarlas, cuando llegué a 437 mil, y me puse a dibujar mentalmente uniendo con líneas invisibles cada una de las estrellas. Eso me mantuvo ocupado un rato, lentamente, la noche negra, se fue haciendo gris, y bajé al baño, a la ducha, 25 minutos después salía de casa, en el coche, al paro, llevaba todos mis documentos, preparados, para solicitar el paro, pero al llegar me dijeron que no iba a poder ser, que primero la inscripción y que después, la solicitud, otro día, en otra cola.


Salí del Inem, y me fui a ver a un amigo, encargué unas zapatillas, mejores que las que tengo para ir en bici, porque las que tengo que son marca dechatlon, son una porquería y me están matando la planta del pie derecho. Después me acerqué a Valencia, ya eran más de las 11, detuve el coche y me tomé un café en un bar súpercutre, pero que hacen un café súper potente y súper sabroso. Estuve a punto de besar a la camarera por hacerlo también. No lo hice, la camarera del bar súper cutre, también era súper fea.


Saqué la bici del maletero y empecé a rodar por la ciudad, me encontré con una buena amiga por la calle caballeros, actriz, alta, hermosa, talentosa, y un viejito, se acercó a hablarnos de economía, de los besos ahorrados y de los besos invertidos y de cual es el mejor tiempo para besarse. Mi amiga, la actriz y yo, el ciclista en paro, reímos. Me alejé moviendo de nuevo los pies arriba y abajo, sorteé coches y autobuses, y peatones, y policías, y palomas, y demás seres y enseres de la gran ciudad. Me compré un libro, ausencia de héroe de chinaski. Me puse a leer y después a escribir mientras el tímido sol del mes de marzo acariciaba mi ser de forma trémula. Llegó otra amiga, mi mejor amiga, y nos fuimos a ver la mascletá, los petardos hicieron su efecto en el cielo, en los pies, en mi cabeza, en mi ser, todo explotó en formas concéntricas y milimétricas, en la vida, los sueños, la ausencia de héroes, la cerveza en el estómago, la sequía en el corazón, la muerte en los cementerios, el sueño en las camas, la vida en los hospitales, el dinero en las carteras de los banqueros. Quise morir, ser un petardo y explotar. Sin embargo, me llevé a mi amiga y a toro amigo, a la calle Pelayo de Valencia, y los metí en un trinquet de más de 150 años de historia, mi amiga, se quedó perpleja mirando el local, el espacio, las dimensiones.


Se fue, y mi amigo también, y yo me fui con otros amigos a comer, mientras comentábamos tonterías sin parar, estaba famélico, no había comido nada, eran las 4 de la tarde, y llevaba despierto desde las dos y media de la noche anterior.


Comimos en un bar, bar, bar de los de toda la vida por un precio asequible, y me fui a dar clase a los aspeger, a mis chicos. Estaba agotado antes de entrar, y al salir 3 horas después ni te cuento. Llegué a casa a las 22 horas, y tenía la sensación de haber salido de esa misma casa tres o cuatro años atrás. Hasta tal punto llegó la intensidad de cansancio y cosas hechas. Cené algo, ligero, absurdo, me puse delante de la tele, podría haberme dormido, pero mi cerebro revivió y se puso a pensar en cosas. Maldito cerebro que actúa de forma independiente a mi voluntad. Me fui a la cama. Estaba agotado, eran las 12 y media, conté de nuevo ovejitas, me imaginaba un prado verde que una vez conocí en los picos de Europa, allá arriba en aquel paraíso llamado Asturias, me imaginé a las ovejas con su pelo largo, y rizado, brincando por encima de una valla no muy alta de madera y me puse a contar las que saltaban: 1, 2, 3…. 5.987…. y llegó el sueño, dos horas después, pensé que dormiría durante años, sin embargo, a las 4 y media de la madrugada, mis ojos se abrieron. Y mi cuerpo y mi mente y mi alma, estaban radiantes, como si de nuevo hubiese comido plutonio. ¿qué me pasa doctor? Si salto, puedo volar e ir hasta Nueva York en apenas 2 segundos. ¿por qué esta energía? ¿de dónde sale? yo no la he buscado.


Fui a la cocina, me preparé de nuevo un asqueroso café, y me acordé del asqueroso bar de delicioso café, quise cambiar las cosas mentalmente, y que el café de allí viniese para acá, y el de acá para allá. Pero mi mente todavía no mueve montañas, aunque a este paso todo se andará.


Abrí Internet, qué invento más absurdo, lo cerré en 10 minutos, abrí un libro, lo cerré a dos minutos, me hice una paja, tardé más de dos minutos, miré por la ventana y conté otra vez estrellas. ¿Por qué esta necesidad mía de contar las cosas? Ovejas, estrellas, mujeres hermosas que me roban el alma. Creo que soy una especie de coleccionista loco, y enfermo, y loco y enfermo. Sé que ya lo he dicho, pero es que creo que estoy loco y enfermo por duplicado.


Ahora, miro el reloj del ordenador, las 7:17 de 3 del 3 de 12, que sumando 2 más 1 también dan 3. Un día capicúa en una hora capicúa. ¿y el amor? Bien gracias. No es capicúa. Incompleto, no preciso, no definido, lo mejor para mí, vamos, que lo que me gusta es contar y clasificar, y ordenar. Pura anarquía. Bien.


El día de hoy va a ser más movido que el de ayer. Doctor, me pincha un poco de morfina por favor…

25 FEBRERO

el invierno empieza a claudicar, a hacer mutis por el foro, a alejarse como un barquito de vela sobre el horizonte de un mare nostrum.

el viejo invierno y su anodino paso es benévolo conmigo. Ha sido corto, ha sido suave. Heló, ¿pero qué sería de la vida sin un poco de helor? ¿qué sería de la existencia y de la vida sin días de frío? Un verano eterno tampoco debe ser sano, digo yo.

para ser valorados días como hoy, con solecito, de pre-primavera, con terracita y un refresco, en una mañana de sábado, es completamente necesario que a veces, no exista nada, sólo el invierno y su martillo golpeando con su frío mis sienes y mi alma.

es una relación de amor-odio, de te quiero-te detesto, de ser o no ser, william siempre tuvo razón; es una relación donde yo aguanto y él me aguanta. viejo invierno, gracias, por irte por el retrete, por un sumidero olvidado, por una cuneta oxidada. Gracias viejo invierno por no contagiarme con tus virus a pesar de mi exposición continua.

Desde diciembre hasta hoy, casi final de febrero, más de 3 mil kilómetros en la look, más de 3 cientas horas moviéndome sin cesar. Descubriendo bosques y carreteras secundarias, pueblos desiertos, páramos esteparios, ardillas juguetonas, pinos en esplendor y resplandor, fuentes de la vida de agua cristalina y tan fría que hasta la campanilla bucal de un servidor, temió perder su longevidad; compañeros anónimos del pedal loco, sonidos sordos de pájaros que revolotean sobre mi cabeza...

hoy no hay objetivos al escribir, simplemente un suave deslizar, simplemente simple.

Amar es tan importante, en la vida y en los sueños. 4 días de sueños de sesión continua que me rescatan de mis sentimientos. Es la hora. Suena el teléfono. Es el amor que inunda mis células más inútiles, es el amor que late con su sangre más roja que nunca.

no hay trabajo, pero eso hoy, ahora, no importa. Soy feliz a pesar de mis pesares, a pesar de mi conciencia estéril. Es el amor el que llama a mi conciencia y estalla en mis neuronas. Es el amor a la vida, a los versos escritos y a los versos por escribir, a los gestos, a su sonrisa, a los pretextos desnudos, a las piernas perfectas, a la mujer más hermosa que nunca existió.

aspirar esperanzas, aspirar doctrinas adocenadas, aspirar frases violadas por un micro-gesto de acercamiento, aspirar las turbulencias y transformarlas en suaves melodías, compases y canciones con solos de guitarras que lloran y cantan sus alabanzas a una persona que me vuelve loco cada vez que hace su acto de aparición, porque cuando aparece mi mundo se tambalea, tiembla, explota en mil pedazos candentes, es la guerra, la revolución, es la voz, y su mirada, es la dulzura y su-nuestra complicidad la que activa de forma concisa los humores que habitan en mi ser.

Estoy loco de amor y lo sabes, pero acaso, ¿esa no es la mejor locura permitida?

despierto, el sol me despierta. Estoy solo, rodeado de cientos, estoy solo pero no lo estoy, y ahora, comprendo, comprender la comprensión. Hoy la besaré como nunca he hecho, lo sé, se sabe, lo saben, ¿quién? Los de allá, los de la otra vida, los de acá, los yos más interiores de nuestras vidas propias. Mi alma danzará con la suya, agarrados a un baile de besos y dulzura. Tengo pánico, vértigo, pero estoy encantado de que así sea... por ella, claro, siempre por ella.

escribo sin objetivos, cantando alabanzas.... es bueno, es lindo, es hermoso, es grácil como la chispa que ilumina el interior de una cueva cuaternaria por primera vez en mil millones de años.

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