En una tienda de electrodomésticos,
Dos amigos se pasean por una tienda de electrodomésticos,
hasta llegar a una zona donde hay básculas de todo tipo, de esas pequeñitas que
solo te subes y te dicen el peso, y también de esas grandes que te miden, te
dicen el peso y el índice de grasa corporal.
ÁNGEL: ¿estas de aquí?
SERGIO: no, esas son las más sencillas, yo quiero una de
esas grandes y enormes, que pueda colocar en el salón, que la gente que venga a
mi casa, diga: “oye, ¿qué ese esto?”,
y yo se lo pueda explicar.
ÁNGEL: ¡quieres un peso gigante con medidor de altura y
medidor de grasa corporal.
SERGIO: exacto
ÁNGEL: vaya.
SERGIO: ¿por qué dices vaya? No te entiendo, llevo todo el
viaje hasta aquí diciéndote que necesitaba ayuda para cargarlo en el coche.
ÁNGEL: pensaba que bromeabas.
SERGIO: ¿bromear? Yo nunca bromeo, ¿cuándo fue la última vez
que me viste bromear?
ÁNGEL: no te hace falta un peso de esos. Estás bien como
estás.
SERGIO: no estoy bien como estoy, si estuviese bien no
tendría la necesidad de comprarme ese peso ultramoderno, si estuviese bien no
tendría extrañas necesidades.
ÁNGEL: por lo menos reconoces que son extrañas.
SERGIO: ¿sabes? me peso todos los días.
ÁNGEL: ¿todos los días?
SERGIO: en la farmacia de la esquina, la farmacéutica se cree
que quiero ligar con ella y que por eso voy a pesarme todos los días, es muy
incómodo.
ÁNGEL: ¿y tú no quieres ligar con ella?
SERGIO: por supuesto que no. No me atrae nada, un cactus,
cualquier cactus me atrae más que esa farmacéutica.
ÁNGEL: ¿no te gustan las mujeres con bata blanca?
SERGIO: sí, claro, no sé, supongo, nunca lo he pensado.
¿deberían gustarme ese tipo de fetichismos? ¿debería comprar un buen juego de
batas blancas además del peso ultra moderno? ¿tengo una nueva necesidad? Dios
mío, ¡tengo una nueva necesidad! esto es fantástico, si lo sé, vengo solo.
ÁNGEL: ¿y cómo cargarías con el peso?
SERGIO: tienes razón.
ÁNGEL: es la primera vez desde que te conozco que me dices
que tengo razón. Es verdad no estás nada bien.
SERGIO: por eso necesito el peso.
ÁNGEL: ¿tienes miedo a engordar?
SERGIO: tengo miedo a dejar de adelgazar, necesito perder un
poco más de peso.
ÁNGEL: ¿por qué? ¿cuánto pesas?
SERGIO: 52 kilos.
ÁNGEL: estás muy delgado, no creo que te haga falta
adelgazar más.
SERGIO: ¿de verdad?
ÁNGEL: claro.
SERGIO: ¿estás diciendo que no necesito ese peso?
ÁNGEL: por supuesto.
SERGIO: ¿y tendré que seguir yendo a pesarme a la farmacia
de la esquina?
ÁNGEL: no tienes que pesarte todos los días.
SERGIO: tengo que hacerlo, cada vez somos más personas en el
mundo, alguien tiene que ser responsable de cuidar de que haya espacio para
todo el mundo.
ÁNGEL: ¿lo haces por eso?
SERGIO: al principio si lo hacía por eso…
ÁNGEL: ¿al principio? ¿y Ahora?
SERGIO: ahora… ¿te puedo contar un secreto?
ÁNGEL: claro.
SERGIO: ahora lo hago por estoy viciado, me gusta ganar en
algo, ya sabes que nunca he ganado en nada, ni siquiera recuerdo haber ganado
una partida al parchís de pequeño. Pero con lo del peso, sí he ganado, todos
los días consigo adelgazar un poco, y eso me hace sentir bien, soy el mayor
triunfador en lo que se refiere a peder peso.
ÁNGEL: la máquina del peso de la farmacia es tu tragaperras
personal.
SERGIO: mi traga… hum, buena metáfora, deberías comprarte
una libreta y anotar ese tipo de metáforas, hacia el mundo al que nos
dirigimos se necesita espacio, y si la gente utiliza buenas metáforas, las
frases serían más breves, y al ser más breves el mundo tendría espacio de
sobra.
Llegan hasta un peso ultramoderno, grande, de pié, con
medidor de grasa corporal, medidor de altura y peso.
SERGIO: ¡éste es el que quiero!
ÁNGEL: ¿estás seguro? Es enorme
SERGIO: lo voy a poner en medio del salón, sacaré la tele al
balcón para que le dé el fresco y este peso será el eje que vertebre toda mi
vida social. Por fin voy a ser un gran triunfador, haré que venga todo el mundo
a mi casa, todas las semanas, los sábados por la noche y jugaremos a “¿quién ha
perdido más peso esta semana?” y yo ganaré siempre… ¡¡¡¡sí!!!!!
ÁNGEL: vale 50 mil euros.
SERGIO: ¿50 mil?
ÁNGEL: sí.
Silencio.
SERGIO: ¿dónde podemos comprar las batas blancas?
Fin….