SI ESTO FUESE UNA PELÍCULA

Un parque, por la tarde noche de finales de diciembre, las farolas iluminan el parque, luz amarilla de farolas, se trata de un sitio céntrico, alrededor, se ven y escucha el tráfico, es navidad. Se abre de negro y vemos a dos personajes: Maggie, 30 años, morena, guapa, entre look Amelie y medio hippy del siglo XX, menuda combinación, Y Peter, 35 años, delgado, el pelo medio largo, tanto pelo le hace un poco cabezón, o al menos eso piensa él de si mismo, pero no le importa…


MAGGIE: hola.

PETER: hola…


Silencio, han hablado miles de veces por Internet, pero nunca se han visto en persona, las nuevas tecnologías que abren puertas secretas.


MAGGIE: ¿eres…?

PETER: sí, soy…

MAGGIE: ah, yo también soy…

PETER: sí, te reconocí por las fotos.

MAGGIE: ¿me reconociste?

PETER: sí, te reconocí.

MAGGIE: yo también te he reconocido por las fotos…

PETER: ¿me parezco a mis fotos?

MAGGIE: no sé, mucho no…

PETER: pero aún así me has reconocido.

MAGGIE: sí, sí, claro… si que te pareces… ¿y yo?

PETER: y tú?

MAGGIE: ¿yo me parezco a mis fotos?

PETER: sí, sí, claro, por supuesto… más guapa al natural…

MAGGIE: ¡qué va!, pero gracias…

PETER: de nada, quieres que vayamos a…

MAGGIE: sí, sí, claro.


Empiezan a andar, despacio…


PETER: esto, ¿da un poco de corte, no?

MAGGIE: sí, un poco…

PETER: no lo suelo hacer mucho, la verdad…

MAGGIE: ¿no lo sueles hacer mucho?

PETER: noooo…

MAGGIE: pero lo has hecho alguna vez…

PETER: eh, ¿el qué?

MAGGIE: conocer a alguien en Internet y ligar…

PETER: ¿yo he dicho eso?

MAGGIE: iba implícito en el “no lo suelo hacer mucho”… cuando se dice: “no lo suelo hacer…” significa que al menos ya lo has hecho una media de 2 ó 3 veces…


Silencio, se quedan quietos.


PETER: ¿tú siempre eres así?

MAGGIE: ¿cómo?

PETER: inteligente.

MAGGIE: me sobre estimas, no soy tan inteligente…

PETER: ¿no? Yo creo que sí… por tu forma de comunicarte, de escribir, por la gracia de tus gracias, y por esta demostración, del dominio, de la sabiduría del conocimiento exacto de lo que se dice y de cómo se dice… no, no, lo suelo hacer mucho, una vez con éxito, y otra, otra, que no llegó a nada…

MAGGIE: soy la tercera…. Enhorabuena, estás en la media.

PETER: ¿eso significa que soy normal?

MAGGIE: no, la gente que conoce gente por Internet no es normal.

PETER: ah, ya claro, osea que tú tampoco eres normal.


Silencio, siguen andando.


MAGGIE: ¿siempre eres así?

PETER: ¿cómo? ¿cómo soy?

MAGGIE: así…

PETER: ¿así?

MAGGIE: ya sabes, tan lleno de preguntas y respuestas que llevan metidas otras preguntas…

PETER: soy un ser curioso.

MAGGIE: pues ten cuidado, que la curiosidad mató al gato.

PETER: yo soy más de perros.

MAGGIE: lo sé, he visto tus fotos de Fújur

PETER: sí, pero tengo más.

MAGGIE: ¿cuántos?

PETER: vivo con 6 perros y con mi madre, que no es una perra, claro, es una mujer, claro, sino, no podría ser mi madre… a no ser claro, que yo también fuese un perro, en cuyo caso, sí, ella también sería una perra…

MAGGIE: evidente.


Silencio. Siguen andando.


PETER: tengo la sensación de que te conozco toda la vida.

MAGGIE: nos hemos visto por primera vez hace 5 minutos.

PETER: sí, pero ya tenía esa sensación incluso antes de conocerte…

MAGGIE: ¿sí?

PETER: sí, soy un ser curioso que empaliza demasiado pronto con ciertas personas… pero por “demasiado” no entiendas que suela empatizar mucho…

MAGGIE: ¿cuánto?

PETER: ¿cuánto qué? ¿cuánto al año? ¿cuánto en la vida? ¿cuánto en un día?

MAGGIE: no.

PETER: ¿no?

MAGGIE: ¿cuándo?

PETER: ah, cuándo…

MAGGIE: sí, ¿cuándo te diste cuenta de que nos íbamos a conocer?, y perdona, sí, dije cuánto, me equivoqué…

PETER: la primera vez que te vi, en esa foto... y tranquila, a veces también confundo los cuandos con los cuantos, te entiendo perfectamente.

MAGGIE: yo no los suelo confundir, pero estoy un poco constipada, y mi “d” sonó como una “t”….

PETER: ah…

MAGGIE: a mí, me pasó lo mismo, cuando te vi en tu foto, supe que…


Silencio, siguen andando en silencio, sin decir nada, pasa un minuto, se miran, dejan de hacerlo, miran al frente, silencio algo incómodo.


PETER: es un alivio.

MAGGIE: ¿el qué?

PETER: no sentirse solo en el universo.

MAGGIE: ¿crees en los extra terrestres?

PETER: ¿cómo?

MAGGIE: ya sabes, E.T. mi casa, Alien el octavo pasajero, mi amigo mac, V…

PETER: eh… no, creo… no es algo en lo que piense… de pequeño, sí, tenía mucha imaginación, y como vivía en el campo, me gustaba mirar el cielo, sobre todo de noche, y ver esas estrellas, e imaginarme que existían otros soles y otros sistemas solares, y porque no, extraterrestres… ¿por qué me lo preguntas?

MAGGIE: por nada, como dijiste que era un alivio no sentirse solo en el universo…


Ella sonríe, era una broma, el sonríe, se miran se quedan quietos.


PETER: si esto fuese un guión de una película, mi personaje se acercaría lentamente a ti.


Se acerca lentamente a ella.


MAGGIE: si esto fuese un guión de una película, sonaría una hermosa banda sonora, con acordeón, suave, francesa, deliciosa.


Silencio, se ponen a escuchar, pero sólo se escucha el tráfico, el ruido de la urbe…


PETER: espera.


Peter saca su móvil y pone a reproducir una canción de Mahler, música clásica.


MAGGIE: Mahler.

PETER: sí, Mahler, no es francés, pero yo creo que vale.

MAGGIE: vale…


Silencio,escuchan la canción durante 5 segundos y continúan acercándose.


MAGGIE: si esto fuese un guión… ¿no crees que el guionista pondría la palabra: beso?


Se besan. Pasa un minuto. Dejan de besarse, se miran.


PETER: sí, si yo fuese el guionista de ese guión lo pondría, claro, que yo soy un enfermo de los besos en las películas… ¿dónde te apetece ir?

MAGGIE: a tu casa con 6 perros y una madre, no…

PETER: no, claro, no…


Ella se ríe…


MAGGIE: de momento sigamos andando.

PETER: sin norte y sin rumbo.

MAGGIE: si que eres un peliculero.

PETER: lo soy... curioso, ufólogo, empatizador, amante de los besos y peliculero…todo un fichaje… enhorabuena.

MAGGIE: gracias, todo eso me gusta.

PETER: y a mí me gusta que te guste…


Siguen andando, se vuelven a detener y vuelven a besarse, los vemos de espaldas, sus voces se apagan y gana el ruido de tráfico, la urbe que se come las historias anónimas que suceden en todas partes a todos horas.

Por ellas

La gente piensa, “ya que eres escritor, ¿por qué no preparas un texto para una especie de concurso de teatro o de microteatro?” Grandes ideas que tiene la gente, es como el futbolista que está retirado ya desde hace unos años, y lo convocan para jugar la final de la copa de Europa… pues así me siento un poco yo, retirado y oxidado, pensando en otras cosas…


¿Sabéis cuanto tiempo hace que no escribo teatro? casi ni me acuerdo, la última obra de teatro que escribí y dirigí data de 2005, y durante esa época seguí escribiendo teatro, pequeñas escenas, diálogos absurdos, pequeños divertimentos….


Pero ahora, la cosa se está poniendo seria. Fui a una fiesta, me sentaron junto a una chica guapísima, que no hacia más que flirtear conmigo delante de su novio, se mostraba simpática, y muy agradable, yo ese día así que estaba simpático, desinhibido, gracioso, y sin darme cuenta también flirteé con ella… ¿sin darme cuenta? ¿soy capaz de flirtear con mujeres sin darme cuenta? ¿acaso soy mejor flirteando con las mujeres que escribiendo teatro? Por supuesto, mucho mejor, soy el mejor flirteando… desde luego mucho mejor que escribiendo teatro.


Escribí 3 obras de teatro, estrené dos de ellas, a nivel amateur, con aficionados, la gente rió y se emocionó… pero no pasarán a la historia, en todo caso, pasarán a mi historia, a mi currilucum, que por cierto, es una de las palabras más feas que existen… currículum, señores inventores del lenguaje, ¿a qué juegan inventando estas palabras?...


El caso es que la chica de la fiesta me habló del tema ese, “del microteatro”, me explicó, “es en Madrid”, “y bueno, la cumpleañera de la fiesta, me ha dicho que eres guionista, podrías escribir algo” claro, como si fuera tan fácil, o tan difícil, no existen cosas fáciles, existen pensamientos que puede ser fácil llegar a ellos, pero escribir nunca fue fácil, se requiere de un gran esfuerzo, de un…. De un amplio vocabulario, y si te quedas sin palabras, entonces dedícate a otra cosa, a recoger margaritas del campo, o a recoger amapolas, ten cuidado, porque cuando las recoges, se les cae los pétalos…


Dichosa es la tecnología, estaba en la fiesta, y con mi móvil, mirando las bases del microteatro, y veo, que el siguiente plazo finaliza el 10 de enero… y que el tema sobre el que hay que escribir es “por ellas…” por ellas, ¿por ellas? Qué significa eso? Significa que tengo que hablar, o mejor dicho escribir sobre ellas… bien, esto lo puedo hacer, por mí, primero, pero por ellas también.


Sin mujeres no existirían hombres, ¿por qué? Es obvio ¿no? Ellas dan a luz… nos llevan en sus vientres y 9 meses después, nos expulsan al mundo exterior…. Vaya chorrada de idea, ¿así es como pretendo abordar el tema de “por ellas”?… bueno, podría hacer algo de historia, y hablar de las grandes mujeres de la historia de la humanidad, la primera sería, Eva, de Adán y Eva… qué fíjate si es machista la historia, e incluso la Biblia, que la conciben, o le dan vida a través de una costilla de Adán, que importante es el hombre y que poco importante la mujer… pero en realidad, Adán y Eva, no existieron, así que es mejor que no hable más de ellos… otras mujeres importantes de la historia…. La virgen María, más de lo mismo, se supone que a la pobre la preñó una paloma con un micropene… ey, eso está bien, podría hablar de cosas pequeñas, micro teatro, micro penes, micro… micro…. Idea deshechada, hablaré de otras cosas… de mujeres, por ellas. Maldita sea… ¿más mujeres históricas? Eh…. Santa Teresa… vaya tela, llevo tres mujeres y las tres tiene que ver con Dios, ¿acaso seré creyente, a pesar de creerme ateo…? pensará sobre ello, también otra mujer sobre la que escribir, podría ser Isabel la Católica, de esa sé algo más, que era bastante fea, y según la moda de su tiempo, no se duchó jamás, con lo cual, eso de ahí abajo, debía de oler a…. De solo imaginarlo, me da algo…. ¿voy a escribir un micro monólogo sobre los olores de Isabel la Católica…? No me vale, piensa en otra mujer…


Podría escribir sobre las mujeres feministas de los años 60 y 70… podría hablar del término histérico/a, que proviene del latín, y significa en su origen, útero, es un término despectivo que inventaron los hombres para calificar a las mujeres cuando tenían esos días del mes, donde les cambia el humor, y donde les cae la de Dios por sus partes íntimas… (otra vez hablando de Dios, obviar, revisar, ir al psicólogo, al psicoanalista, y que me estirpe ese razonamiento teológico)… ¿y las feministas que tiene que ver con todo esto? Eh… bueno, el término histérica creció y evolucionó, y a muchos hombres cuando se ponen nerviosos y ansiosos, también se les aplica dicho término… pero las mujeres, en plena revolución de sujetadores fuera, tetas para afuera, pensaron, incluida Afrodita la mujer de Mazinge Z: “inventemos un término para designar a los hombres que durante esos días del mes, que no follan y se ponen nerviosos como perros hambrientos…” y de testículo, sacaron, el término testérico…


Bueno, ¿esto es cierto? Lo cierto es que me lo enseñó una mujer histérica en la facultad y nunca comprobé sus fuentes, aunque esa historia está bien… ¿y voy a escribir sobre ello para el micro teatro?


Piensa Peter, piensa… ¿acaso no hago otra cosa que pensar? Quizás debería haber elegido otra profesión, otro modus operandis de ganarme los macarrones… ¿qué otra cosa? ¿qué otro oficio? Tonterías, eres escritor, soy escritor y guionista y en alguna ocasión, dramaturgo, así que, tienes-tengo que centrarme y escribir sobre ellas, por ellas… es curioso el tema que me dan para este mes, es curioso, porque hace unos años dirigí un cortometraje que se llamaba “Todo fue por ellas”, así que no es tan difícil, no existen temas difíciles, existen bloqueos, pero no temas difíciles, hombre, si tuviese que escribir sobre la radioactividad, sí que sería un tema difícil, hace un par de años, tuve que hacerlo, una empresa tecnológica, me pidió un guión sobre su actividad, o mejor dicho, radioactividad… y lo hice, fue difícil porque tenía que leer y comprender ciertas cosas físicas y químicas… y yo de eso hace años que lo olvidé todo… pero esto es más fácil, mujeres, joder, no sobre joder mujeres, sino, MUJERES, por ellas…


Podría escribir sobre mi matrimonio… estuve casado, ya no, estuve casado casi 3 años, y después de divorcié, mi mujer era guapísima, y especial, el problema es que no sólo yo pensaba que era guapísima y especial, lo pensaban el resto de hombres, y ella terminó por hacer caso más a los otros hombres que a mí, y finalmente la historia, mi historia de amor se rompió… ¿de verdad quiero escribir sobre mi fracaso matrimonial? Nooooooo.


Podría escribir poniéndome en la situación de una mujer… claro, que si yo fuese una mujer, sería lesbiana, paso de meterme cosas horribles por la boca, cosas masculinas, me gustan mucho más, meterme cosas femeninas, claro, siempre y cuando se limpien, no vaya a ser que me toque una Isabel La Católica en potencia, en cuyo caso, preferiría liarme con un travesti, que algunas o algunos, son mucho más atractivas y femeninas que ciertas mujeres… sí, ese, podría ser un punto de arranque… las mujeres, el feminismo, y el lesbianismo, sí, lo reconozco, soy un hombre obsesionado con esos tres temas, vamos, como casi el 95 % de los hombres ¿y el otro 5%? Son homosexuales…


Vale, perfecto… vamos allá… hace 5 años conocí a una mujer, guapísima, morena… se parecía hasta la extenuación a un mujer de mi adolescencia, a una mujer preciosa de mi adolescencia, a una mujer a la que nunca besé, y a la que siempre quise besar… el caso, la situación, es que un hombre, como yo, conoció a una mujer preciosa, delicada, femenina, hermosa, deliciosa, con un solo detalle erróneo, ¿cuál? Exacto, era lesbiana, pero eso no fue motivo suficiente, para dejar de insistir en mi intento, de la mujer hermosa a la cual quise enamorar… ¿y qué pasó? Nada, era lesbiana… nos hicimos amigos, muy buenos amigos, y como en mi adolescencia, me quedé con ganas de besarla… ahora bien, la mujer de mi adolescencia no era lesbiana… no, no lo era… ¿y bien? Y bien, nada… piensa en otro tema…


No, en otro tema no, piensa en otra historia… quizás debería comprarme una grabadora, porque estos brainstorming que hago, luego se quedan en eso, en brainstorming, y como no apunto nada, pues al final, únicamente me sirven para pensar, para desbloquear, sí, soy estúpido, como el resto de hombres…


Podría hablar sobre mi madre, que se separó de mi padre cuando yo tenía 3 años, y nos sacó adelante a mi hermano mayor y a mí, ella sola, cosiendo, por las noches, estudiando por el día, trabajando hasta la extenuación, sí, señor, toda una mujer… adelantada a su tiempo, en aquella época, mi hermano y yo, éramos los únicos niños de padres separados del colegio, de un colegio con más de 1000 niños… así, que aquí estoy, madrugada infinita, y pensando en escribir sobre mi madre… ¿qué más podría decir de ella? Eh, hum… yo… a lo mejor…


Mierda… pienso en las mujeres de la historia, en las mujeres de mi vida, en sus motivos y en sus motivaciones, en sus historias particulares… pienso en las mujeres, en el esfuerzo tremendo de ellas por soportar a los hombres… dice, el refranero español, que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, ¿eso será cierto? Si eso es así, a mí me falta una gran mujer, para llegar a ser un gran hombre… podría poner un anuncio en Internet: “busco a gran mujer para que me convierta en gran hombre, por gran mujer entiendo que no sea gorda, no me gustan las gordas, sexualmente hablando, porque…” ¿qué gilipolleces estoy diciendo? Piensa, joder, ¿eso es todo lo que se me ocurre?


Recapitulemos, salgo a escena, y me presento, hola soy Peter Lubosky, que a pesar de mi nombre y mi apellido, soy español, es una larga historia para explicar en un micro espacio teatral… y doy paso, mi guión da paso a hablar sobre las mujeres de mi existencia. Y termino por decir, “yo escribo, porque en el fondo, lo que quiero es hacer reír a las mujeres”, está bien, hacer reír a los hombres, pero para mí una de las cosas más sexis es la risa de una mujer, así, que escribo porque mi deseo, mi objetivo es que toda mujer se ría conmigo, o que simplemente se ría, con eso me basta, ir a un bar, sentarme al lado de un grupo de féminas, y escuchar sus risas, después irme a casa, y masturbarme, y pensar, “esto, es por ellas…”


Bien, muy bien, empecemos de nuevo, el tema es “por ellas”, no la masturbación, aunque sea mi deporte favorito, y de eso, no creo que vaya a conseguir que muchas mujeres se rían, claro, que si encuentro a una sola mujer que se ría, de que mi deporte favorito es la masturbación, entonces, a lo mejor estaré ante la verdadera mujer de mi vida… y después de cada acto de onanismo, la podría llamar por teléfono y decirle, “lo hice por ti, preciosa…”


Si yo fuese una mujer, y un hombre me llamase para decirme eso, ¿qué pensaría de dicho hombre? Eh… está bien, pensaré en otra cosa…


Quizás, debería operarme, ya que me gustan tanto, las mujeres, quizás debería cortarme el pajarito y los huevos, y ponerme tetas, si yo fuese una mujer, no haría otra cosas que tocarme las tetas… típico pensamiento machista… tampoco me vale, ya no se lleva, además corro el riesgo de que las feministas me acusen de testérico, es decir, de pensar más con ciertas testas, que con la cabeza… pero es que muchos, de nosotros, por lo menos yo, pienso más con ellos… ¿sí? Creo que sí, está bien, me voy al baño y me miro los huevines, y les digo: “pensar en un texto, en un tema, en un micromonólogo, el tema es por ellas y escribir por mí, mandar a mis dedos una señal luminosa de creación y recreación de historias personales…”


Seguro que mis huevos, se sienten muy dignos, y escriben una hermosa alegoría sobre las mujeres, algo mucho mejor que mi oxidada y enferma cabeza…

HISTORIA DE DOS

Érase una vez, en un país muy cercano, y en un tiempo muy parecido al nuestro, existían dos personas, un hombre y una mujer.

El hombre apenas sabía de ella, al igual que ella de él, se conocían por una foto colocada en un perfil, de sus trabajos, pero al tratarse de un mundo extraño en una dimensión muy conocida, cada uno trabajaba en su casa, cada uno hacía sus cosas y después las colgaba en Internet, en ese portal. ¿Y qué es lo qué hacían? Escribían cuentos para niños, llenos de aventuras y misterios que siempre dejaban un enigma por resolver…

El hombre pues, la conocía por la foto, que ella tenía en su perfil, de trabajo cibernético. En la foto, ella, estaba guapísima, o al menos eso pensaba el hombre, y cualquier hombre que la viese pensaría lo mismo, un belleza salvaje y tierna, y unos ojos profundos, con el pelo alborotado, como un niña grande que se ha escapado de alguno de los cuentos, que sus jefes les reclamaban a cambio, de dinero.

Ella sabía poco más de él, salvo, que le gustaba como escribía. Le hacía gracia, las cosas que contaba y cómo las contaba… al mismo tiempo, que le hacían pensar en cosas profundas y triviales.

Un tiempo después, de silencios mutuos, la mujer le escribió al hombre, un nota en la que le decía una hermosa cita del maestro Óscar Wilde. El hombre cuando leyó la nota, se quedó estupefacto, petrificado, con los ojos clavados en la pantalla del ordenador, en su cabeza sonaba una música suave, de un piano, melancólico, de una pieza exquisita compuesta por algún genio de la música clásica… El hombre estuvo 30 minutos sin moverse, saboreando cada nota musical, mientras miraba la nota gramatical de la hermosa dama, de ojos profundos.

Cada uno trabajaba en su casa, en ciudades distintas, separadas por 85 kms. Añado ese dato, como un mero nexo de unión, y paso a presentar a cada uno de los personajes.

Peter, que es el nombre del hombre de este cuento, miraba el retrato de Linda, que a su vez, es el nombre de la mujer también de este cuento. Peter miraba a Linda, y cada segundo que pasaba, le parecía más hermosa.

Dos horas después, Peter, por fin, pudo articular sus dedos, y su cabeza y el resto de su cuerpo, saliendo de su ópera mental, decidió contestarle, era lo mínimo que podía hacer. Así que le escribió una nota de agradecimiento, algo abrupta, y con alguna palabra malsonante a modo de exclamación.

Esa noche, Peter, soñó con Linda, al mismo tiempo que los ojos de Linda recorrían las líneas de las historias que escribía Peter, con una sonrisa en la cara, y un ¡ay! en el corazón.

Los dos querían conocerse.

Dos días después Peter, que sufría de agudo insomnio, decidió escribirle un email a Linda, donde le decía: “sería un gusto conocerte, intercambiar palabras, algunas risas, experiencias laborales entorno a los cuentos, ¡y quién sabe! Si iniciar una buena amistad.”

Linda leyó el mensaje, y decidió contestar: “ por supuesto, sería un placer, coincidir físicamente en un mismo espacio tangible, y hablar, hablarnos, y mirarnos a los ojos, y bueno ¡quién sabe! si encontrar a un buen cómplice-camarada-confesor de aventuras imaginativas”.

Peter vivía en un mundo de fantasía, de ficción, que se había fabricado para resultar ileso de los diferentes avatares acaecidos en su existencia, durante una época de malas tormentas. Peter escribía e inventaba, le gustaba deslizar el bolígrafo por su libreta, dibujando suaves líneas de amor convertidas en palabras… así era Peter, un soñador…

El caso, es que a partir de ese día, empezaron a escribirse con cierta frecuencia, y Linda, se destapó con un talento inmenso para realizar agudos comentarios llenos de gracia, sobre la vida en general, y sobre su trabajo en particular.

Eso le hizo pensar a Peter: “hum…. Esta mujer…. Esta mujer tiene cabeza…. Eh…. todas las mujeres vivas tienen cabeza, y casi todas las muertas también. Pero de las vivas, las hay que sólo la utilizan, la cabeza, para peinarse, o maquillarse o para vivir de forma autómata, repitiendo comportamientos y recetas preestablecidas por su status quo particular, donde nunca se preguntan un porqué. Estoy seguro que Linda, tiene millones de preguntas en su cabeza que empiezan con un porqué, y eso me gusta”.

Y eso le gustaba a Peter, de Linda, más allá de la bella imagen en una foto en un portal web.

Y entonces sucedió que Peter, era yo… el narrador de esta extraña pieza narrativa a medio camino entre el relato corto y los cuentos… y decidió, perdón, decidí… escribir este relato en torno a las metáforas vitales y gramaticales, y escribir esta historia a Linda, para incentivar su interés, y alimentar su despensa gigante de preguntas que empiezan con un porqué.

Moraleja: la curiosidad es buena. Siempre hay que mirar, observar, sólo de ese modo, se descubren cosas.

Encantado

Hace un día de perros, frío y viento y malestar en los altos cielos. Como si el dios del tiempo tuviese una diarrea aguda con dolores espasmódicos a lo largo de los cientos de centímetros que debe tener como tripas e intestinos.

Hace 4 días que volvió a suceder. Me veo en el extraña obligación de volver a narrar mis desventuras pero no me apetece, no me viene bien, prefiero hablar de otras cosas que me suceden y que me acercan un poco hacia lo que quiero ser.

Soy un loco de las palabras, de las frases, de los sintagmas y los adverbios. Nadie escribe tanto como yo, desde hace unas semanas trabajo para un portal web de Internet, y somos un montón de escritores hablando sobre nuestra ciudad. Su supone que cada semana de 7 días tenemos que haber realizado como mínimo 45 críticas, la primera semana hice fácilmente 60, y esta semana a falta de 3 días para finalizar el cupo, llevo otras 50 de momento. Nadie de mi compañeros escribe tanto como yo, los hay buenos, meticulosos, precisos, los hay que escriben rematadamente bien. Incluso hay un par que me han sorprendido gratamente por sus composiciones poéticas. También los hay muy periodísticos. Los de hay de muchas formas, y colores. Es una alegría darse cuenta que no se está tan solo en este mundo. Ahora sé que hay más locos como yo.

Yo a la cabeza de críticas publicadas, y voy a la cabeza de otra forma de contar, suelo relatar anécdotas que me han sucedido a lo largo de toda Valencia, de forma que finalmente se haga una especie de radiografía de la ciudad a través de los sitios que contiene.

Para ello, me veo obligado a buscar dentro de mí, a seleccionar recuerdos, a clasificarlos, a separarlos , a distinguirlos.

Me encanta mi trabajo, es el trabajo perfecto para un perfecto idiota que no ha hecho otra cosa que vagabundear por la ciudad en busca de una identidad propia o ajena, o volátil que pudiese dar forma y sentido al contenedor de sentimientos de mi corazón.

Muchas veces me corto de poner más cosas, de dar más detalles, porque corro el riesgo de dejarme llevar por la literatura y olvidar el objetivo propio por el que me pagarán. No obstante, gozo de libertad de creación, cuando se viene de donde se viene, cuando se ha trabajado escribiendo para el jodido Lucifer, esto resulta más fácil que pasear suavemente en bicicleta, una tarde de junio, hacia las 9 de la tarde, cuando la temperatura ha bajado, cuando el día es largo de cojones, y vas por una carretera sólo para bicicletas, bordeando una playa kilométrica, recta, plana, sin montañas. Y a tu lado va tu chica, sonriendo y pedaleando a tu mismo ritmo, igual que vuestros corazones, mismo latir, mismo sentir.

Pues así lo veo yo.

¿Qué me sucedió hace 4 días? Volvieron a entrar, se llevaron de todo y casi todo, no fue peor que en 2004, cuando mi vida se cayó por el precipicio del fracaso y la autodestrucción. Ahora no, no voy a dejar que eso pase. Soy fuerte, mejor, más adulto, más sano, y al mismo tiempo más enfermo de las palabras. Si existe un principio mío, de verdad por el cual me decliné por las palabras fue el hecho acaecido en el año 2004, cuando me quedé atado de pies y sólo podía utilizar las manos para escribir. Lo voy a conseguir, llegarán días peores, pero lo voy a conseguir.

Llevo escribiendo compulsivamente 11 días, y me pagan por eso, y ni rastro de los bloqueos, y ahora que me tomo una mañana de resuello, la tomo para seguir escribiendo en este blog, ¿soy o no soy un enfermo de la palabras? Está claro, lo soy, eso está bien, reconocer hechos nos coloca en situación.

¿Cuál es el problema entonces? Ninguno, el problema quizás sea de los demás, yo estoy encantado de la vida.

SE VENDE MEMORIA HISTÉRICA

Hoy me he levantado echando de menos a uno que fui pero que ya no soy, y que nunca volveré a ser. Vaya por dios, qué novedad!!!! Supongo que el escritor al contar algo de su pasado, lo rememora y con este acto, su mente viaja a un antes que ya no volverá físicamente, pero en el mismo acto de rememoración, la mente viaja y vuelve a eso que fue un presente, y se queda anquilosado en él, durante un tiempo incierto, y nada lineal, un tiempo que puede ser un segundo, o que puede tratarse de una eternidad, un tiempo etéreo, un tiempo difuso, un tiempo sin manecillas de reloj, un tiempo muerto, un tiempo sin tiempo.


El caso, es que me desperté, y quería salir en bici, pero todavía no puedo, en el proceso de reconstrucción de mente y cuerpo que estoy llevando a cabo, he sufrido un revés, una maldita lesión por culpa de otro deporte, la pierna en carne viva me achica a la hora de andar, a la hora de saltar, a la hora en la que ya no existen las horas. Y me deja postrado encima de una silla, de un sofá o de una cama. Tal vez, la inactividad física ha sido la responsable de que mi mente haya viajado al pasado, tomo nota mental sobre ello, quizás el hecho de no hacer nada, me recuerde a aquella etapa pasada, en la que tampoco hacía nada.


Estamos en el año 2011, de vez en cuando me obligo a mí mismo a mirar un almanaque, tal es mi necesidad de saber, que localizarme fisiológicamente en una época u otra. Eso es por culpa de mi memoria, de mi extraordinaria memoria, que por otro lado, es una de las cosas más inútiles que la naturaleza me ha otorgado, una antigua amiga, y compañera de aventuras de teatro, me llamaba el hombre agenda, un antiguo socio de productora, que hoy camina hacia futura estrella de celuloide, siempre llevaba una agenda consigo para anotarse las cosas, y yo no anotaba nada, me decía: “¿cómo es posible que te acuerdes? ¿cómo puedes hacerlo?” Y yo sencillamente respondía: “ese es mi extraordinario súper poder, la memoria exquisita que para casi nada sirve”.


¿Eso es verdad? Claro, vamos a analizarlo desde un punto de vista práctico, ¿cuántas mujeres hay ahora mimo llamando a tu puerta? Eso es fácil de contestar, ninguna, ¿cuántos jefes con buenos trabajos están en esa misma puerta? Mismo resultado, o misma respuesta, ninguno, ¿cuántos amigos te llaman para salir, emborracharte y hacer de la noche una dulce canción de suave Folk Rock? Idem, o sea lo mismo, 0, así de sencillo, o sea que gracias a mi extraordinaria memoria, la inactividad física es capaz de transportarme a otra época, a otro lugar, es capaz de alejarme de mi presente vacío, es capaz de hacerme dudar de mi propia existencia en un presente real, es capaz de transportarme a los confines del más allá de lo imaginario, para hacerme revivir, ciertos dolores, o ciertos olores, o ciertos matices de la puta madre que inventó los matices, pero para pocas cosas prácticas me sirve, la agenda mental de citas vacía, la agenda mental de ofertas de trabajo, vacía, y la agenda mental de actividades nocturnas también con un cero patatero como resultado.


He pensado publicar un anuncio en la web, "se vende memoria inacabable, precio a convenir", tal vez de esa forma la gente llamaría a mi móvil, pero no lo hago, por una cosa, en el fondo y en la superficie me gusta en silencio y aborrezco tener que intercambiar palabras y hábitos de palabras con personas, así que como buen ser solitario que soy habito mi espacio solitario y lo lleno de silencio, y me dejo de tonterías de anuncios, por otra parte ¿a quién le puede interesar una memoria como la mía? ¿A Apple, a Windows, a la Nasa, a la OTAN, a mi vecina de la casa de al lado? Seamos serios, ya existen discos duros extraíbles y portátiles con una gran capacidad, casi tanta como mi memoria, a demás, en el supuesto de que existiese gente que quisiera contratar mi memoria, ¿cómo lo haría? ¿tendrían que abrirme el cerebro en una operación a vida o muerte para extraerme mi cerebro y hacerlo palpable para el ser contratante? O lo que es peor ¿esa persona interesada en comprar mi memoria infinita, tendría que hablarme, y yo escucharla, y generalmente la gente habla de cosas vacías y absurdas, yo por ejemplo, y generalmente la gente cuenta muy mal las cosas, yo por ejemplo, también, y tendría que escucharlos, y asentir con la cabeza, y darles un poco la razón, y recordar sus historias, sus quehaceres, sus vidas?


Casi, mejor pensado, no voy a publicar ningún anuncio en segunda mano. O por lo menos , ningún anuncio ofreciendo el privilegio de vender una gran memoria inacabable.


¿Alguna cosa más? Ehhhh…. Hummmm…. La vida que a veces es domingo y a veces una hija de puta, eso ya lo sabías, ya pero es que a veces me equivoco.

POEMITA DE UN VAMPIRITO

Día? No sé, ¿Mes? Eh… ¿Año? Buf…. ¡¡Estás!! Estoy. ¿Estás? No, no estoy.


Perdido. No estoy perdido. ¿No? No. Lo estás y estoy porque quieres y quiero. Sí,

También, puede ser. Estoy perdido porque quiero. Hay más porqués. ¿Cuáles? El mundo, este mundo, no es para mí. Nunca lo fue, y lo intenté cambiar. ¿Cómo?


Con palabras. Hablando, desde escenarios, pantallas, y hojas… durante más de 15 años. ¿lo cambiaste? ¿lo cambié? No. Estupidez, aires de grandeza, vanidad, explosión, muerte, ¡pero no muerte de estar muerto! ¡¡¡NO!!! Muerte estando vivo, vivo pero muerto.


Nosferatu. Murnau. Vampiros. Max Schreck. El actor que sólo hizo ese papel, el actor que se convirtió en vampiro. Y después Klaus Kinski. Bruno Ganz. Ramaje. No estuvo mal, aunque Murnau fue el mejor, ¡mágico! ¡clásico! ¡moderno! ¡arriesgado! ¡¡¡GENIAL!!!


¿De qué hablaba? De porqué el mundo no es sitio para ti, para mí. De qe intentándolo todo, no conseguiste casi nada.


Amé.


Sí, conocí el amor puro, físico, pasional, carnal metafísico, metafórico e hiperbólico ¿existe esa palabra? Sí, no sé, ¡qué más da! Escribo, invento, ¡qué más da! Historias o palabras, lo importante siempre fue escribir, me salvaba el pellejo ¿y ahora, me lo salva? Eh… en cierto modo sí, en incierto modo no.


Vivo pero muerto. Ausencias, lejanía, soledad, autodestrucción, bicicletas, raquetas, 5 horas cada día, kilos que se evaporan en forma de sudor. ¿Se puede sudar el dolor del corazón? ¿o simplemente el dolor? ¿cuántas horas harán falta para sudarlo? Horas, meses, milenios, eternidades infinitas… allá lejos en el horizonte redondeado, justo detrás pues mucho más lejos. ¿1000 kilómetros? Más ¿10.000 km? Mucho más ¿un millón de km? Por ahí andará y rondará la cosa.


Joder, eso siempre viene bien. Joder ¿a quién? ¿con quién? Con quien sea, me da igual, ya no puedo ni sé amar. ¿Por ella? ¿por tu ex? No, algo, a lo mejor, en todo caso, por más cosas. ¿qué cosas? El mundo, éste que no es para mí.


Te repites, me repito, todo el mundo lo hace, repetimos acciones mientras pasan los segundos y la vida, y detrás de fondo, la vida… ¡¡¡¡NO!!!! LA VIDA ES LA REPETICIÓN ¿Y EL FONDO? LOS SUEÑOS QUE NO SE ALCANZAN.

PELOS, CRISIS Y UNAS GAFAS CON SÚPER PODERES

Ext. Terraza, tarde 3 octubre


Vemos una terraza, con un grupo de mesas, da el sol de las 7 de la tarde de un lunes, 3 de octubre de 2011, vemos en una mesa, a dos amigos, a Peter y a Raúl, hablan de sus cosas. Miradas tristes, pensamientos alegres, o no, o a lo mejor caras alegres y pensamientos tristes.


RAÚL: ¡has venido sin afeitar!

PETER: ¡¡¡no!!! Esta mañana me afeité, pero hace un rato fui al baño y del esfuerzo me volvió a salir la barba.


Silencio.


RAÚL: ¡vaya tela!

PETER: es que lo he escuchado en la mesa de al lado, la que tienes justo detrás y no he podido evitarlo.


Silencio.


RAÚL: ¿qué queda del peludo gordo cabrón?

PETER: ¿el cabrón?

RAÚL: sí… ¿sí?

PETER: no lo sé, ¿eres un cabrón?

RAÚL: no lo sé, ¿cómo puedo saber si soy un cabrón?

PETER: quizás si preguntases a tus amigos, a tus conocidos, a tus familiares, ellos sabrían responderte.

RAÚL: te lo pregunto a ti.

PETER: es un honor sin dudas.

RAÚL: y además del honor…

PETER: ¿qué?

RAÚL: ¿soy un cabrón?

PETER: en el sentido etimológico de la palabra, cabrón sería el macho de la cabra, y en el sentido “insultativo”, cabrón es el que tiene cuernos. ¿Tienes cuernos?

RAÚL: ¿en el sentido real físico intelectual o en el sentido simplemente sentimental?

PETER: en los dos.

RAÚL: no lo sé, tal vez debería comprarme un espejo.

PETER: ¿para qué?

RAÚL: para verme en el espejo, así sabría si tengo cuernos en el sentido real.

Peter le mira las piernas a Raúl, lleva pantalones cortos.

PETER: ¿te has dado cuenta de que no tienes pelos en las piernas?

RAÚL: sí, no me gustaba el apodo de “peludo gordo cabrón”, así que me he arrancado los pelos, todos, uno a uno de las piernas con los dedos de las manos.

PETER: no creo que quién te pusiese ese apodo se refiriese a los pelos de las piernas.

RAÚL: también me he cortado los de la cabeza.

PETER: lo veo.

RAÚL: ah, era por si no te habías dado cuenta.

PETER: necesitaría ser ciego para no darme cuenta.

RAÚL: ¡qué putada! ¿no?

PETER: ¿el qué? ¿ser ciego?

RAÚL: por otro lado, si todo el mundo fuese ciego, no importaría el aspecto físico, no haría falta afeitarse, ni cortarse el pelo, ni arrancarse el bello de las piernas.

PETER: ¿todo el mundo ciego menos tú?

RAÚL: eso es.

PETER: ¡qué putada! Te “mirarían” como al rarito de la humanidad.

RAÚL: nunca mejor dicho.

PETER: o nunca mejor visto.


Silencio.


RAÚL: necesito trabajar.

PETER: ya somos dos.

RAÚL: estoy perdiendo las esperanzas.

PETER: yo tengo una brújula, si quieres te la vendo.

RAÚL: ¿cuánto?

PETER: por ser tú, 100 Euros.

RAÚL: ¿100?

PETER: ¿te parece caro?

RAÚL: no, me parece barato.

PETER: está bien, 200 Euros.

RAÚL: eso está mejor, trato hecho, apúntalo a mi cuenta.

PETER: ¿a cuál?

RAÚL: ¿a cuál?

PETER: sí, a la de las deudas que piensas pagar, o a la de las deudas que nunca podrás pagar.

RAÚL: hum… mejor a la segunda.

PETER: apuntado queda.


Silencio.


RAÚL: ¡hay qué ver!

PETER: ¿el qué?

RAÚL: nada, simplemente ¡hay qué ver!

PETER: ¡como qué nada y después hay que ver! ¿el qué?

RAÚL: el aburrimiento.

PETER: ¿tú puedes ver al aburrimiento?

RAÚL: claro, tengo unas gafas especiales.

PETER: ¡qué pena que no tengas unas gafas que pudiesen ver…!

RAÚL: ¿el qué? ¿la entrepierna de las mujeres? ¿la vida paralela que podríamos tener si las cosas nos fuesen bien? ¿los espíritus que habitan a nuestro alrededor y que no son visibles?

PETER: ¡hostias! Las 3 gafas serían geniales, podríamos inventarlas, nos haríamos ricos.

RAÚL: ¿tú crees?

PETER: ¿acaso no se hacen ricos con cosas más absurdas?

RAÚL: ¿cómo el qué? Y ¿cómo quién?

PETER: no lo sé, si lo supiese…

RAÚL: ¿sí?

PETER: si lo supiese…

RAÚL: ¿sí?

PETER: nada.


Silencio, la gente va y viene por la calle, es una tarde agradable.


RAÚL: esta tarde el mercurio ha alcanzado los 30 grados.

PETER: no está mal para ser 3 de octubre.

RAÚL: lo extraordinario sería que el 1 de enero alcanzásemos los 30 grados.

PETER: en la tele hablarían del “defecto” invernadero.

RAÚL: ¿ahora de qué hablan?

PETER: de la crisis.

RAÚL: ¿y tú crees que hablando de la crisis se va a salir de la crisis?

PETER: es que hay crisis y crisis…

RAÚL: claro, prefiero ser un rico en crisis que un pobre sin crisis.

PETER: yo prefiero ser simplemente rico.

RAÚL: ¿y la crisis?

PETER: no, gracias, te doy la mía. Te descuento 100 Euros de la cuenta de las cosas que jamás podrás pagar.

RAÚL: gracias, ¿podrías darme 1000 euros y apuntarlo a esa lista?

PETER: ¿te crees muy listo con esto de las listas?

RAÚL: no, a veces, incluso, me creo muy tonto.


Silencio.


PETER: ¿nos vamos?

RAÚL: bien.


No se mueven.


PETER: ¿a dónde?

RAÚL: no lo sé, no tengo dinero ni para gasolina. Así que podríamos ir andando hasta esa esquina.

PETER: ¿a esa?

RAÚL: ¿no te gusta? ¿qué tiene de malo?

PETER: que allí, de pie, se está peor, que aquí, sentados.

RAÚL: en eso te doy toda la razón.

PETER: gracias.

RAÚL: de nada.


Silencio.


PETER: ¿pedimos otra ronda?

RAÚL: vale.

PETER: ¿de lo mismo?

RAÚL: vale.

PETER: ¡camarera!


Se acerca una camarera.


PETER: ¿nos pone dos vasos de agua con un cubito de hielo?


La camarera los mira perpleja.


PETER: y apúntaselo a su cuenta (señala a Raúl) de las cosas que no valen dinero, por favor.


Fin.

YO SOY EL LOBO DE LOS CUENTOS DE HADAS

Aunque siga callado, estoy aquí. No me he ido a ninguna parte, siempre estoy aquí, soy el hombre invisible que palpita en mi corazón, cual lobo que en la cima de una montaña todo lo observa y se siente dueño del mundo, pero prefiere seguir viviendo en su montaña, cual ser solitario que ama la soledad.


Yo soy el lobo, y la montaña mi existencia.


¿Qué por qué he estado callado? Muy sencillo porque apenas tengo ganas o he tenido ganas de contar, o de seguir contando mi inactividad social, sentimental y emocional. Pero es que además he estado ocupado, con la bici, claro, reconstruyendo mi cuerpo. He aumentado el ritmo de entrenamiento, esta semana en 6 días he rodado 367,3 km, algo más de 60 por día. 60 km de montaña, casi 3 horas al día pedaleando, las mejores 3 horas del día.


La inactividad manual de escribir, noto como me hace forzar ciertas palabras y expresiones, debería ponerme a entrenar también esta faceta. Está muy bien, machacarme físicamente ¿pero y la mente? ¿qué hago con ella? A mí, siempre, escribir me la liberó. Era y es mi masturbación de todas las mañanas. Y ahora la tengo ligeramente en 2º plano, de fondo, como un decorado de una película de Woody Allen, donde se disfruta contemplando la “magia” de New York.


Y al abandonarla, voluntariamente, me noto más torpe, menos preciso, nada conciso, me refiero a mi mente y a mi capacidad de transcribir pensamientos en palabras.


Por otro lado, en 3 semanas he perdido algo más de 6 kilos, 2 por semana, y eso me hace sentir bien, aunque no es una media, la primera kilo y medio, la segunda ninguno, y la tercera sobre 5. Llego a casa me ducho, y me peso, y observo como la aguja de la báscula cada día avanza menos, y entonces sonrío, y me quedo sonriendo, y en ese estado tengo pocas o nulas ganas de ponerme a ejercitar los dedos tecleando y contando historias, o histerias, o historias que más tarde se convierten en histerias. Por cierto, ¿sabéis de donde viene la palabra histeria? De útero, del latín, y la inventaron los hombres para definir el estado de las mujeres, cuando estas pasaban ciertos días del mes un poco más desquiciadas…. Es decir, cuando les chorrea por allá abajo todo aquello. Así que las mujeres, feministas, claro, en los años 60, se inventaron otro término: testérico, y es lo mismo aplicado al varón, me encanta, un mundo lleno de testéricos e histéricas, jajjajajaja, juro que esto es verdad, sino, pon en google etimología de histérico y verás lo que parece.


Volviendo a la bici, y a los kilos perdidos. Desde su adquisición he perdido casi 17 kilos. La ropa me viene grande, los pantalones, las camisetas, los abrigos. Está bien, en mi época de dejadez física llegué a alcanzar los 105 kilos, era gordo, me sentía gordo, me sabía gordo, me veía y respiraba como un gordo, pero poco o nada hacía para remediarlo. Mucho alcohol, y mucha mala vida, durante mucho tiempo, y mucho apetito voraz. Ahora ya no bebo y mis drogas, son la bicicleta, una buena canción, un encuentro furtivo, un detalle errante, un minúsculo sucedáneo de momento nostálgico.


El miércoles, dentro de 2 días, hará 4 años que me casé, y estas semanas los recuerdos se han agolpado esperando en la sala de rehabilitación, pacientemente su turno para ser atendidos… y yo, su médico reconstructor no les he abierto la puerta, porque estaba fuera, en mi montaña contando “abuelitos”. Pero allá arriba, entre vientos, pinos, bosques, ardillas suicidas, asfalto nuevo, perros, sonidos, amaneceres imposibles, y sueños físicos que parecían reales, el pasado se excedió y derrumbó la puerta de la sala de rehabilitación, y me han obligado a escucharlos, una vez más, a sabiendas de que mi nulo interés en ellos.

Las estadísticas dicen que no soy el único hombre separado de la Tierra, pero a veces me siento el único. Los papeles del divorcio ya están sellados, y cualquier mañana llegará una citación del juzgado de paz, para ratificar el final de una historia de amor. No soy el único, me repito, pero a veces así me siento, una voz de mi interior responde.


Recuerdo el día de mi matrimonio, me casé convencido de que sería eterno, y que nuestro amor sería “leyenda”, o al menos en eso me entretenía pensando. Esa mañana despertó una terrible niebla, mi por entonces prometida, tenía que ir a mil sitios, a vestirse, a peinarse, a maquilarse, a lo que fuese… yo, no, simplemente tenía que ir al Mercadona, y comprar un bote de gomina, ir al hotel donde se hospedaba mi madre, vestirme e ir al ayuntamiento.


Me desperté temprano, claro, sobre las 7 o así, desayuné con calma, me duché con clama, me vestí de ropa normal, y salí a la calle, no se veía nada, la niebla del pasado 5 de octubre de 2007 se podía cortar con un cuchillo delgado y blando. Quizás fuera un presagio, o quizás fuera que la niebla se cuela con asiduidad por la cuenca del Guadalquivir y produce esos fenómenos en Sevilla. Cogí la moto, y me fui a Mercadona, estaba nervioso, había llegado el gran día, y yo tenía que decir “SÍ”. De salida del súper, me fui al hotel, llegué temprano, como siempre media hora antes de la hora concretada, mi madre se fue a la peluquería, y yo me quedé en su cuarto, me volví a duchar y me peiné, mi larga y rizada melena oscura, recogí mi pelo en una minúscula coleta de torero y embadurné mi cabeza con el pegajoso líquido.

Mientras me peinaba, me acordaba de mi hermano mayor, estaba en Valencia, no iba a poder asistir a la boda, y lloré, en soledad, y lloré un buen rato, por lo menos durante 10 minutos, los ojos se pusieron rojos, los párpados se hincharon, mi vida goteando por el sumidero de la decepción. Volví a ducharme, y volví a peinarme, la vida que a veces se repite, y me puse el traje, parecía un gángster de una película de Martin Scorsese. Me vi guapo, por primera vez en años.


De mi parte, asistieron 7 personas, 7 invitados, sólo7 pudieron asistir, y agradecí su presencia, infinitamente, sus palabras, su aliento, su estar.


Al entrar al ayuntamiento, y acceder al patio andaluz, donde iba a contraer matrimonio, la niebla se había disipado, y un inspirado sol nos regalaba su excelsa energía, las flores estaban resplandecientes y el dulce cantar de los gorriones acompañaban suavemente el momento. Mi padre ya estaba allí, y su mujer, y mi hermano pequeño y su violonchelo, y el fotógrafo, y mis suegros, y mis amigos, Pablo y Clara y algunos invitados más por parte de ella.


Pasaron los minutos, llegó todo el mundo, la función iba a empezar, mi hermano empezó a tocar su instrumento y ella hizo su aparición, estaba hermosa, radiante, con los ojos humedecidos por la emoción del momento, y me sentí el hombre más afortunado del planeta.


Ahora cuando cabalgo por mis montañas, en silencio, me pregunto, si todo aquello no fue un sueño, o una película de género “comedia romántica” donde el chico rebelde y trasgresor consigue enamorar a una dulce y hermosa doncella de un cuento de hadas.


Y el viernes a las 19:30 horas, el viento zumbaba en mis oídos, la vida seguía avanzando, y una ardilla, se cruzaba por el asfalto, yo bajando a más de 60 Km/h y la esquivé, o ella me esquivó, milagrosamente, casi me mato casi nos matamos, casi me salgo en una curva y vuelo con la bici sobre un precipicio de 100 metros de caída, pero con suerte, nos esquivamos mutuamente, y la existencia, mi existencia continuará, y mi mujer pasará a ser ex mujer y no mi viuda.

LA VIDA ES DOMINGO

Pues eso, la vida que a veces es domingo. Ojala siempre fuese domingo. Cuando digo domingo, no me refiero al séptimo día de la semana, ese en el que incluso un Dios espigado de barba blanca descansó, después de vomitar el mundo en 6 extenuantes días. Luego ya no hizo nada más, quizás se pidió la baja laboral, aduciendo estrés laboral, que por otra parte, oye, pues toda la razón del mundo, ¿no?

Imagínate, a tí, que te cuesta "un mundo" hacer la compra, la colada, la comida, el trabajo... pues imagínate que te dan un planeta virgen y te dicen: "vas a ser Dios, tienes que construir tu mundo en 6 días". ¿Te imaginas? si a mi me pasase esto, cosa que no descarto del todo, construiría un mundo donde la vida fuese domingo. ¿Quién o qué es domingo? sí hombre o mujer!!! a ti te lo voy a contar... qué no!!! jajajja... Para mí el domingo es el canto alegre de un indomable gorrión que surca los cielos perennes de mi imaginación, Casi nada!!! Para mí, domingo es la belleza, la delicadeza, la suavidad de un suave y sutil beso de amor puro. Para mí domingo es la confianza para poder ser yo.

En muchos sitios, a lo largo de mi existencia, no me han dejado ser yo, la normas, las estúpidas normas y las voces adultas y adulteradas de las conciencias colectivas siempre regañaron mi ser, quizás por ser diferente, distinto, diferente. Sin embargo, en los domingos de mi vida, se alimenta de forma inconsciente mis voces y pensamientos. La libertad del vuelo de la que hace gala el gorrión indomable. Aunque en mi caso no se trata de un gorrión masculino, en el mío, se trata de uno femenino. Es hermosa, sus alas, sus vuelos, sus pensamientos, sus olores, sus colores.

Por otro lado, me viene un pensamiento absurdo y lo lanzo al ciberespacio: ¿los gorriones tienen pilila? nunca le he visto el pito a un pajarito, y sin embargo, cuando se te baja la bragueta por accidente, te dicen: "que se te ve el pajarito" ¿por qué? o sea ¿por qué? ¿alguien le ha visto el pajarito a un gorrión? que por otro lado, vaya tela, un gorrión es un pajaro que tiene pajarito, bueno eso en el caso de ser masculino, porque si es hembra, ¿qué tiene? ¿vagina? tampoco nunca le he visto una vagina a un pajarito, ¿y vosotros? ¿cómo será?, y la expresión del pajarito, si es hembra sería algo así: "discúlpeme, pajarita, que se te ve la vagina pajarita".

Por otro lado, si te diesen el mundo, o sea, un mundo para hacer lo que quisieras con él, para ser su único Dios verdadero y creador ¿cómo sería? Esto sería peligroso, según a quien se lo dieses ¿no? aunque quizás, eso ya sucede, en cierto modo, porque dentro de un planeta, pueden existir muchos mundos, como en un pájaro gorrión masculino que tiene pajarito.

Supongo que a los dueños de los bancos y grandes corporaciones financieras no les daría nunca un mundo para construir, porque ya han hecho de éste, un lugar bastante asqueroso. ¿A quién le daría yo un mundo? si tuvise ese súper poder, para que lo hiciese a su antojo, con sus formas, con sus fondos, sus continentes y contenidos, está claro, se lo daría a los domingos de mi existencia. Sólo espero que me dejase un rincón de su creación, que me reservase una pequeña parcela, sobre un acantilado, y un enorme ventanal que diese al mar.

Bueno, pues eso, que a veces escucho una canción, y a veces las canciones me recuerdan a personas, por sus letras, o por partes de sus letras, y hoy escuché una canción que me recordó a una persona, quizás la persona que me hacer reír más... pero no todo son risas, imagínate, se te desencajaría la mandíbula, y se eso sucede, y te cruzas con alguien por la calle, con la bragueta bajada, ¿cómo le vas a decir que se le ve el pajarito?

Nota: ya sé que la expresión correcta es: "que se te escapa el pajarito" pero es que ¿acaso no tengo el poder como Dios creador de estas frases y palabras, de crear un mundo a mi antojo?

SÍNDROME DEL IDIOTA SENTADO EN POSICIÓN CÓMODA

Existirá un día en el cual la luz no verá mis ojos, y mis pensamientos se olvidarán para siempre, la historia no me recogerá como el gran dios que a veces cuando escribo, sueño con ser. Seré polvo que se arrastra por el viento y que con un poco de suerte se te meta en el ojo. Seré incordio, hasta que finalmente no sea nada.


Me quedan 4 ó 5 días para cumplir 35, la verdad apenas conozco la existencia de un calendario que me anuncie el presente, el mío, así que si digo faltan 4 ó 5 días no es por hacer una figura poética, es que realmente desconozco el día, las horas, los segundos, y lo que es peor, los instantes y sus significados.


A veces, mi vida es como un mapa de carreteras antiguo, cuando todo eran carreteras secundarias, cuando no existían autovías de 4 carriles, ni rectas kilométricas. A veces mi vida es un puerto de montaña, con curvas, subidas y después bajadas. Quizás lo que debería hacer, si fuese inteligente, o lo suficientemente inteligente, sería buscar un equilibrio, no me puedo permitir subir tan alto, porque después la caída es casi mortal, y ya no freno, el Velocímetro cada día marca más velocidad, cada día apuro más el final de las rectas, me detengo en la afilada navaja de una cuneta abierta cual balcón al acantilado de la decepción, paro, me tomo un té, observo el horizonte, el vacío, la muerte… dudo, y tras unos segundos, entro en la curva, piso el asfalto, he visto la muerte, y no parecía tan horrible.


Morir es lo único que tenemos, cuando nacemos, a no ser que te conviertas en vampiro, que tiene que ser horrible, por otro lado, no poder disfrutar de un amanecer, o de un atardecer… morir es sólo un paso más, el final de un trayecto, la última parada, la última estación, un billete sin vuelta... Si tenemos miedo a la muerte es en cierto modo porque se nos llena la cabeza de tabús, miserias y miedos absurdos, en nuestra cultura, claro, desde niños… por otro lado, hay gente que la teme, porque ama la vida, y disfruta de cada instante en un brindis eterno por un carpe diem cualquiera. Y entonces si uno se haya en este grupo, la muerte acaso, sólo representa el final de la comedia, y el comienzo de la tragedia.


Escribo sobre la muerte, no por nada, sino por reflexionar, mientras escribo, durante unos segundos, por el simple hecho de darme cuenta de que ya no le tengo miedo, cada noche así lo entiendo, y cada mañana así lo compruebo. Vivir a medias, sin poder mear, cuando tienes ganas de vivir y de mear, es casi como estar muerto. No poder hacer, ni danzar, ni cantar, ni gritar, ni reír... cuando sólo tienes ganas de eso, sólo ganas de eso, es peor que estar dormido para siempre sin sueños. O al menos eso creo yo.


Yo he estado “encerrado”, de verdad, y no hay peor prisión, que aquella cuyas puertas a pesar de estar abiertas, no te atreves a traspasar. Miedo a la libertad de pensamientos, censura a las emociones que puedes sentir, cobardía ante aquello que deseas y luego reprimes. ¿Acaso eso no es un cárcel?


Mis barrotes son de gelatina, me los puedo comer y salir al mundo, y saltar, me encanta saltar, pero como todas las noches me toca volver a mi celda, hay días que simplemente no me apetece salir, síndrome del idiota sentado en posición cómoda, que por no perder el sitio no se mueve, sin darse cuenta de que de esa forma se pierde otras muchas cosas. ¿Eso es verdad? No, en mi celda, los barrotes no son de gelatina, son de óxido mugriento, y al morderlos con mis dientes el sabor a metal rancio se marca en mi alma, un tsunami emocional.


Las puertas están abiertas, y salgo, y grito y salto… y al volver, quiero morir, siento morir, sin sueño y sin sueños, despierto pero también dormido, con insomnio, y sin aliento, intento escribir para hacer reír y sólo soy capaz de escribir sobre el vértigo que siento cuando en cada curva, veo al encapuchado con su guadaña.


Soy un maldito, eso lo sé, y ojalá no lo fuese, y algún día no volveré a entrar en la curva, en la celda, o en el juego… de la vida.

UNA DE SÚPERHERORES

(se escucha por megafonía, un voz potente y con entusiasmo)


Señoras y señores, niños y niñas, personas y personajes, seres humanos, hoy el circuito café teatro tiene el gusto, el honor, el privilegio de presentar, no a un hombre, no, sino a todo un súperheore… venido en vuelo directamente desde la ciudad de Metrópolis…


(se empieza a escuchar la banda sonora, tema principal de Súperman…)


… de los brazos de la hermosa e inteligente periodista Louis Lane, de su infatigable lucha contra Lex Luthor… con todos ustedes….


(música en su momento álgido)


… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SÚPERMAN!!!!!!!!!!!!!!!!!.........


(Sale Peter, disfrazado de Súperman, sacando pecho….)


hola, hola….


(da unos saltos como si se fuera a poner a volar, en el fondo saltos ridículos, pero saltos con gracia… hace como si volase…)


hola…


(Peter deja de golpe de hacer de Súperman)


no, no, no, no, no, no, no, no, no, no… (Peter se empieza a desvestir) no, lo siento, no soy Súperman, no ha podido venir, ha tenido que irse volando, literalmente, a rescatar a unos niños que iban de viaje de autobús, y éste se ha quedado colgado en el aire del puente del 5º centenario de Sevilla… y yo, yo soy sólo su sustituto, en todas las obras importantes de teatro, existe un sustituto del protagonista, por si se pone malo, se rompe una pierna, o se constipa, no es el caso de Súperman, claro, que nunca se rompe un hueso, ni se constipa, ni tiene jaquecas… o sí, no lo sé, quiero decir, esas partes nunca salen, ¿os habéis fijado? nunca los vemos comer, o beber… o… tengo millones de preguntas que me gustaría hacerle, no sé, por ejemplo, ¿Súperman podría emborracharse? ¿qué le gustará? ¿whisky? ¿ron? ¿cerveza? ¿vino blanco? Aunque con la cara que tiene, tiene pinta de gustarle la ginebra ¿no?, es un tipo duro ¿no? ¿Súperman tendrá resaca cuando se emborracha? Es la primera vez que hago de su sustituto, y claro si tengo que hacer de él, para la construcción de mi personaje, son cosas que debería saber… que debería conocer, un actor se ayuda del método Stalinasky para la construcción de personajes, y tiene que hacerse un montón de preguntas para hacerlo bien ¿no?


A mí me han llamado hace media hora, estaba en casa, haciendo una tortilla francesa, y me han llamado: “tienes que salir a escena, Súperman no va a poder ir esta noche”, y yo, claro, joder cuando me contrataron, pensé “bien, me van a apagar por no hacer nada, porque como nunca se pone malo”, pero claro, me olvidaba que en el planeta siempre ocurren cosas, y que él está al servicio de la humanidad… todo esto lo he pensado viniendo en el taxi, que por cierto, el taxista se ha quedado con una cara… imagínate que me he tenido que vestir de Spúperman en el taxi… y yo, explicándole: “no, es que soy actor, el sustituto de Súperman, no, no soy familia, me han cogido por el pelo, sí, por el caracol que se me hace en la frente, estaba preparando una tortilla y me han llamado”… mierda la tortilla, quiero decir el fuego, el gas, con las prisas creo que lo he dejado encendido, ojalá fuese de verdad Súperman, iría volando en dos segundos, apagaría el gas y volvería en dos segundos, apenas os daríais cuenta, pero como no lo soy…


(saca su móvil)


es un momento… ¿mamá? Soy yo, nada que con las prisas creo que me he dejado el fuego encendido, podrías… gracias, sí, sí espero… otra cosa que me diferencia de Súperman es que yo con 35 años, vivo con mi madre, él tiene un palacio de hielo en el polo norte, y claro, yo… ¿mamá? gracias, gracias, gracias… por mirar, es que he salido volando, no literalmente hablando no, y no sabía si me había dejado el gas… gracias mamá… si ya he empezado, estoy en mitad de… ¿qué? …¿cómo? (al público) mi madre que me dice que os diga que la noche es muy mala y que hay mucha droga, y mucha gente mala, que cuando termine el monólogo, que os vayáis directamente a casa… (a su madre) ah… que no era para ellos, que lo decías por mí, mamá que tengo 35 años, y que soy Súperman…. No, bueno, que no puedo hablar mucho más, adiós, adiós, (en voz bajita) si yo también te quiero mamá, mucho, mucho, un beso…

¿cuándo Súperman habla con su madre también le tiene que decir todas esas cosas?


Lo más curioso es que yo siempre quise ser periodista, porque de pequeño, me encantaron las películas de Súperman, y claro, yo lo que quería, era ser Súperman, pero me conformaba con ser periodista, incluso en el instituto, fui a hablar con la psicóloga, fui con mi mejor amigo de esa época, y ella “¿qué queréis ser de mayor?” y mi amigo, “diplomático” y ella “eso está muy bien, existen muchas diplomaturas… de enfermería, de relaciones laborales…” y mi amigo, “no, diplomático”, y ella “ah…” y silencio, yo, pensando “¿cómo le digo que yo, que lo que quiero ser, es ser superhéroe?”, y le dije “quiero ser periodista” y ella, “ eso está muy bien existen muchas clases de periodistas, lo que mienten un poco y los que mienten mucho…”, esa mujer no era normal, así que me armé de valor y le dije, “yo lo que realmente quiero, es ser Súperman” y ella, “muy fácil” de verdad, dijo “muy fácil”, “sólo tienes que hacerte actor, siendo actor puedes ser cualquiera, incluso Súperman”, en el fondo ser actor, es mejor oficio de todos, porque puedes hacer de todo ¿no? de bueno, de malo, de fontanero en películas porno…


(suena su móvil)


no os lo vais a creer, es él… un momento, hola Súperman, ¿cómo están los niños del autobús? Bien… me alegro, sí ya he empezado, la gente te echa de menos, pero estoy intentando hacerlo bien, lo mejor posible, pero tengo, tenemos unas cuantas dudas, sí el público y yo… nada unas preguntas de nada… ¿qué te las haga? ¿y porqué no vienes? Ah, que tienes que ir a casa, que con las prisas has salido volando y te estabas preparando una tortilla, ¡¡toma, como yo!!! (al público) en el fondo no somos tan distintos ¿no? (a Súperman) Oye , quería preguntarte… ¿cómo puedes salir volando de la estratosfera sin que tu cuerpo necesite oxígeno? ¿eso quiere decir que no lo necesitas? ¿o acaso que no respiras? ¿es eso? ¿no respiras?... ¿y qué otras funciones corporales básicas no haces? Quiero decir, ¿comer? Claro que comes, la tortilla ¿y beber? ¿agua? Supongo… ¿y evacuar? Quiero decir ¿mear? Sí, ¿no? Y… (al público) ¿cómo puedo preguntarle a Súperman si caga pero sin que suene mal? ¿defecar? Es igual de feo, incluso más… ¿deponer? Lo mismo…demasiado fino y a lo mejor no lo entiende, claro, que si es un súper heroe y además periodista debe conocer todos los conceptos de nuestro amplio vocabulario… ¿cagar? Sí, cagar… (a Súperman) Súperman perdona por la espera, y tú ¿cagas? Me imagino que la caca de súper héroe tiene que ser también súper poderosa, no sé, no se podría edificar con ella, o fabricar bombas nucleares, o para lo que sea… y hablando de armas de destrucción masiva, ¿cuándo eyaculas? ¿tu esperma es…? Porque eyaculas, ¿no? Poluciones nocturnas las tenemos todos… incluso los súperhombres...

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