SÍNDROME DEL IDIOTA SENTADO EN POSICIÓN CÓMODA

Existirá un día en el cual la luz no verá mis ojos, y mis pensamientos se olvidarán para siempre, la historia no me recogerá como el gran dios que a veces cuando escribo, sueño con ser. Seré polvo que se arrastra por el viento y que con un poco de suerte se te meta en el ojo. Seré incordio, hasta que finalmente no sea nada.


Me quedan 4 ó 5 días para cumplir 35, la verdad apenas conozco la existencia de un calendario que me anuncie el presente, el mío, así que si digo faltan 4 ó 5 días no es por hacer una figura poética, es que realmente desconozco el día, las horas, los segundos, y lo que es peor, los instantes y sus significados.


A veces, mi vida es como un mapa de carreteras antiguo, cuando todo eran carreteras secundarias, cuando no existían autovías de 4 carriles, ni rectas kilométricas. A veces mi vida es un puerto de montaña, con curvas, subidas y después bajadas. Quizás lo que debería hacer, si fuese inteligente, o lo suficientemente inteligente, sería buscar un equilibrio, no me puedo permitir subir tan alto, porque después la caída es casi mortal, y ya no freno, el Velocímetro cada día marca más velocidad, cada día apuro más el final de las rectas, me detengo en la afilada navaja de una cuneta abierta cual balcón al acantilado de la decepción, paro, me tomo un té, observo el horizonte, el vacío, la muerte… dudo, y tras unos segundos, entro en la curva, piso el asfalto, he visto la muerte, y no parecía tan horrible.


Morir es lo único que tenemos, cuando nacemos, a no ser que te conviertas en vampiro, que tiene que ser horrible, por otro lado, no poder disfrutar de un amanecer, o de un atardecer… morir es sólo un paso más, el final de un trayecto, la última parada, la última estación, un billete sin vuelta... Si tenemos miedo a la muerte es en cierto modo porque se nos llena la cabeza de tabús, miserias y miedos absurdos, en nuestra cultura, claro, desde niños… por otro lado, hay gente que la teme, porque ama la vida, y disfruta de cada instante en un brindis eterno por un carpe diem cualquiera. Y entonces si uno se haya en este grupo, la muerte acaso, sólo representa el final de la comedia, y el comienzo de la tragedia.


Escribo sobre la muerte, no por nada, sino por reflexionar, mientras escribo, durante unos segundos, por el simple hecho de darme cuenta de que ya no le tengo miedo, cada noche así lo entiendo, y cada mañana así lo compruebo. Vivir a medias, sin poder mear, cuando tienes ganas de vivir y de mear, es casi como estar muerto. No poder hacer, ni danzar, ni cantar, ni gritar, ni reír... cuando sólo tienes ganas de eso, sólo ganas de eso, es peor que estar dormido para siempre sin sueños. O al menos eso creo yo.


Yo he estado “encerrado”, de verdad, y no hay peor prisión, que aquella cuyas puertas a pesar de estar abiertas, no te atreves a traspasar. Miedo a la libertad de pensamientos, censura a las emociones que puedes sentir, cobardía ante aquello que deseas y luego reprimes. ¿Acaso eso no es un cárcel?


Mis barrotes son de gelatina, me los puedo comer y salir al mundo, y saltar, me encanta saltar, pero como todas las noches me toca volver a mi celda, hay días que simplemente no me apetece salir, síndrome del idiota sentado en posición cómoda, que por no perder el sitio no se mueve, sin darse cuenta de que de esa forma se pierde otras muchas cosas. ¿Eso es verdad? No, en mi celda, los barrotes no son de gelatina, son de óxido mugriento, y al morderlos con mis dientes el sabor a metal rancio se marca en mi alma, un tsunami emocional.


Las puertas están abiertas, y salgo, y grito y salto… y al volver, quiero morir, siento morir, sin sueño y sin sueños, despierto pero también dormido, con insomnio, y sin aliento, intento escribir para hacer reír y sólo soy capaz de escribir sobre el vértigo que siento cuando en cada curva, veo al encapuchado con su guadaña.


Soy un maldito, eso lo sé, y ojalá no lo fuese, y algún día no volveré a entrar en la curva, en la celda, o en el juego… de la vida.

UNA DE SÚPERHERORES

(se escucha por megafonía, un voz potente y con entusiasmo)


Señoras y señores, niños y niñas, personas y personajes, seres humanos, hoy el circuito café teatro tiene el gusto, el honor, el privilegio de presentar, no a un hombre, no, sino a todo un súperheore… venido en vuelo directamente desde la ciudad de Metrópolis…


(se empieza a escuchar la banda sonora, tema principal de Súperman…)


… de los brazos de la hermosa e inteligente periodista Louis Lane, de su infatigable lucha contra Lex Luthor… con todos ustedes….


(música en su momento álgido)


… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SÚPERMAN!!!!!!!!!!!!!!!!!.........


(Sale Peter, disfrazado de Súperman, sacando pecho….)


hola, hola….


(da unos saltos como si se fuera a poner a volar, en el fondo saltos ridículos, pero saltos con gracia… hace como si volase…)


hola…


(Peter deja de golpe de hacer de Súperman)


no, no, no, no, no, no, no, no, no, no… (Peter se empieza a desvestir) no, lo siento, no soy Súperman, no ha podido venir, ha tenido que irse volando, literalmente, a rescatar a unos niños que iban de viaje de autobús, y éste se ha quedado colgado en el aire del puente del 5º centenario de Sevilla… y yo, yo soy sólo su sustituto, en todas las obras importantes de teatro, existe un sustituto del protagonista, por si se pone malo, se rompe una pierna, o se constipa, no es el caso de Súperman, claro, que nunca se rompe un hueso, ni se constipa, ni tiene jaquecas… o sí, no lo sé, quiero decir, esas partes nunca salen, ¿os habéis fijado? nunca los vemos comer, o beber… o… tengo millones de preguntas que me gustaría hacerle, no sé, por ejemplo, ¿Súperman podría emborracharse? ¿qué le gustará? ¿whisky? ¿ron? ¿cerveza? ¿vino blanco? Aunque con la cara que tiene, tiene pinta de gustarle la ginebra ¿no?, es un tipo duro ¿no? ¿Súperman tendrá resaca cuando se emborracha? Es la primera vez que hago de su sustituto, y claro si tengo que hacer de él, para la construcción de mi personaje, son cosas que debería saber… que debería conocer, un actor se ayuda del método Stalinasky para la construcción de personajes, y tiene que hacerse un montón de preguntas para hacerlo bien ¿no?


A mí me han llamado hace media hora, estaba en casa, haciendo una tortilla francesa, y me han llamado: “tienes que salir a escena, Súperman no va a poder ir esta noche”, y yo, claro, joder cuando me contrataron, pensé “bien, me van a apagar por no hacer nada, porque como nunca se pone malo”, pero claro, me olvidaba que en el planeta siempre ocurren cosas, y que él está al servicio de la humanidad… todo esto lo he pensado viniendo en el taxi, que por cierto, el taxista se ha quedado con una cara… imagínate que me he tenido que vestir de Spúperman en el taxi… y yo, explicándole: “no, es que soy actor, el sustituto de Súperman, no, no soy familia, me han cogido por el pelo, sí, por el caracol que se me hace en la frente, estaba preparando una tortilla y me han llamado”… mierda la tortilla, quiero decir el fuego, el gas, con las prisas creo que lo he dejado encendido, ojalá fuese de verdad Súperman, iría volando en dos segundos, apagaría el gas y volvería en dos segundos, apenas os daríais cuenta, pero como no lo soy…


(saca su móvil)


es un momento… ¿mamá? Soy yo, nada que con las prisas creo que me he dejado el fuego encendido, podrías… gracias, sí, sí espero… otra cosa que me diferencia de Súperman es que yo con 35 años, vivo con mi madre, él tiene un palacio de hielo en el polo norte, y claro, yo… ¿mamá? gracias, gracias, gracias… por mirar, es que he salido volando, no literalmente hablando no, y no sabía si me había dejado el gas… gracias mamá… si ya he empezado, estoy en mitad de… ¿qué? …¿cómo? (al público) mi madre que me dice que os diga que la noche es muy mala y que hay mucha droga, y mucha gente mala, que cuando termine el monólogo, que os vayáis directamente a casa… (a su madre) ah… que no era para ellos, que lo decías por mí, mamá que tengo 35 años, y que soy Súperman…. No, bueno, que no puedo hablar mucho más, adiós, adiós, (en voz bajita) si yo también te quiero mamá, mucho, mucho, un beso…

¿cuándo Súperman habla con su madre también le tiene que decir todas esas cosas?


Lo más curioso es que yo siempre quise ser periodista, porque de pequeño, me encantaron las películas de Súperman, y claro, yo lo que quería, era ser Súperman, pero me conformaba con ser periodista, incluso en el instituto, fui a hablar con la psicóloga, fui con mi mejor amigo de esa época, y ella “¿qué queréis ser de mayor?” y mi amigo, “diplomático” y ella “eso está muy bien, existen muchas diplomaturas… de enfermería, de relaciones laborales…” y mi amigo, “no, diplomático”, y ella “ah…” y silencio, yo, pensando “¿cómo le digo que yo, que lo que quiero ser, es ser superhéroe?”, y le dije “quiero ser periodista” y ella, “ eso está muy bien existen muchas clases de periodistas, lo que mienten un poco y los que mienten mucho…”, esa mujer no era normal, así que me armé de valor y le dije, “yo lo que realmente quiero, es ser Súperman” y ella, “muy fácil” de verdad, dijo “muy fácil”, “sólo tienes que hacerte actor, siendo actor puedes ser cualquiera, incluso Súperman”, en el fondo ser actor, es mejor oficio de todos, porque puedes hacer de todo ¿no? de bueno, de malo, de fontanero en películas porno…


(suena su móvil)


no os lo vais a creer, es él… un momento, hola Súperman, ¿cómo están los niños del autobús? Bien… me alegro, sí ya he empezado, la gente te echa de menos, pero estoy intentando hacerlo bien, lo mejor posible, pero tengo, tenemos unas cuantas dudas, sí el público y yo… nada unas preguntas de nada… ¿qué te las haga? ¿y porqué no vienes? Ah, que tienes que ir a casa, que con las prisas has salido volando y te estabas preparando una tortilla, ¡¡toma, como yo!!! (al público) en el fondo no somos tan distintos ¿no? (a Súperman) Oye , quería preguntarte… ¿cómo puedes salir volando de la estratosfera sin que tu cuerpo necesite oxígeno? ¿eso quiere decir que no lo necesitas? ¿o acaso que no respiras? ¿es eso? ¿no respiras?... ¿y qué otras funciones corporales básicas no haces? Quiero decir, ¿comer? Claro que comes, la tortilla ¿y beber? ¿agua? Supongo… ¿y evacuar? Quiero decir ¿mear? Sí, ¿no? Y… (al público) ¿cómo puedo preguntarle a Súperman si caga pero sin que suene mal? ¿defecar? Es igual de feo, incluso más… ¿deponer? Lo mismo…demasiado fino y a lo mejor no lo entiende, claro, que si es un súper heroe y además periodista debe conocer todos los conceptos de nuestro amplio vocabulario… ¿cagar? Sí, cagar… (a Súperman) Súperman perdona por la espera, y tú ¿cagas? Me imagino que la caca de súper héroe tiene que ser también súper poderosa, no sé, no se podría edificar con ella, o fabricar bombas nucleares, o para lo que sea… y hablando de armas de destrucción masiva, ¿cuándo eyaculas? ¿tu esperma es…? Porque eyaculas, ¿no? Poluciones nocturnas las tenemos todos… incluso los súperhombres...

SERÍA OTRA COSA

Corría el año 1998, yo estaba estudiando, universitario, joven, apenas 22 años, guapo, delgado, "un artista en ciernes", un joven actor, un joven realizador, que mezclaba teatro, y cine, y noches, y ron, era el hombre errante que todo quiere porque todo lo puede. En esa época podría haberme convertido en todo un súper héroe, sin apenas esfuerzo.


Era agosto, como ahora, yo quería hacer un corto, romántico, tenía el guión escrito desde hacía meses. Era una historia rara pero profunda, yo en mis inicios fui muy raro, quería cambiar el mundo del cine, y sentía que podía hacerlo, en el arte hay que arriesgar para ser. O al menos eso pienso yo. Evidentemente me faltaba técnica. Es esa parte del proceso donde te enfrentas a las herramientas por primera vez, a los actores, a las actrices, a los conceptos primero estudiados y después desarrollados. Quería hacer un corto, lo tenía claro. Una noche, de fiesta y noche infinita, hacia el final de las luces de colores, un amigo y yo fuimos a comprar una botella de agua, la resaca empezaba a disfrazar otro amanecer, y en la barra estaba ella. La primera mujer que marcó durante años mi existencia. Después hubo dos más, más intensos y dolientes, más hermosos y divertidos. Pero ella tuvo el privilegio de ser la primera. Era cantante, cantaba, algo tipo blues y soul, era alta, muy alta, morena, guapa y muy atractiva, se parecía a Jennifer López en “Giro al infierno” o al menos así la veía yo en mi dsitorsionada visión.


El caso, es que yo le pedí una botella de agua, ella estaba de camarera, su hermana gemela era la novia del dueño de la disco, tenía un año menos, era joven, y se sacaba un dinerillo extra, las noches de los sábados, trabajando, regalando sonrisas, disparando las ventas entre los chicos de la disco, un estrella que brillaba y su luz todo lo inundaba. Entonces cuando me dio el agua ella dijo.


_¿Bebes agua?

_sí, ya es tarde y quiero agua fría, me despierta, me rescata de mis sombras.

_eres muy guapa, ¿qué haces aquí? _ dijo mi amigo.

_en realidad soy actriz, y cantante_ dijo ella.

_pues él es director y está buscando una actriz_ apostilló mi amigo.

_¿eso es cierto?_dijo ella.


Yo afirmé con la cabeza.


Dos meses después estábamos rodando el corto, y había algo entre nosotros, pura química, energía y deseos. Los actores éramos nosotros dos, una historia de personas que nunca se encuentran en el mismo punto, almas solitarias que divagaban por la vida y creen en el amor más puro. Yo me enamoré de ella, la tocaba, interpretábamos, todo era ficción, pero al mismo tiempo, su alma rozaba la mía, y la chispas podían inundar la noche más oscura.


Se llamaba Beatriz, por aquella época, mi ideal de belleza lo encarnaba el personaje que interpretó Enma Thompson en “Mucho ruido y pocas nueces”, dónde su amado Keneth Branagh la llamaba Bella Beatriz. Esa mujer, con ese ingenio, y con ese nombre, marcó con fuego, el ideal que tenía que poseer una mujer para mí. Así que yo a Beatriz, a mi Beatriz, también la llamaba Bella Beatriz. Después del corto, le ayudé a prepararse las pruebas de acceso para arte dramático, cosa que consiguió con insultante facilidad. Vivía, en Valencia, compartía piso con una compañera de la orquesta donde cantaba, donde se habría paso, en el difícil y extraño mundo de la música.


El caso, es que ella vivía metafóricamente hablando en otro mundo, distinto del mío, pero cuyas órbitas habían confluido en un eclipse de amor extremo.


El primer beso, llegó el 23 de octubre de 1998, era viernes, yo había ido a su casa, habíamos quedado para vernos, era inevitable que sucediese, no fue forzado, ella se acercó, se sentó a mi lado, nos miramos, cerramos los ojos y abrimos nuestros labios, sus dientes chocando contra los míos, mi lengua enroscándose con fuerza en la suya, su cuerpo palpitando de deseo, mi sexo agonizando de placer.


Entonces ella, empezó a contarme cosas, como que tenía ansiedad, y si yo sabía hacer la respiración boca a boca, porque a veces se ponía muy mala, y yo tenía que estar preparado por si eso ocurría. Yo no sabía, ella me enseñó, cada cosa, cada gesto para mí era una deliciosa combinación de movimientos únicos. Dicen que el amor es ciego, y a veces lo es. A veces nos enamoramos de algo que no es real del todo, a veces proyectamos cualidades en la otra persona, que a veces no tiene, pero que no te importa, porque piensas que lo que ha sucedido, conoceros, es el más difícil todavía, como si un neptuniano, viaje hasta Saturno, y se enamorase de su reverso opuesto, con un leve contacto de ojos, como si el mar se evaporase de golpe, y se convirtiese en una nube gigante, que cubriese por completo la tierra, una nube de un espesor de 20 kilómetros, donde todo fluye, donde la energía es libre, donde el viento es sexo, donde los ojos son sexo, donde los besos son eternos, y donde la vida es, por fin, vida…


Y en esos momentos, poco importan los defectos, o las incompatibilidades. El problema de los eclipses es que no son eternos, que apenas duran unas horas, y los eclipses de amor, unos meses. Y luego, siempre está la lucha por conseguir que vuelva a producirse, pero la belleza del amor es efímera, el contacto puro de los sueños con los deseos también son efímeros.


Pasó el tiempo, y las circunstancias nos alejaron, su trabajo, sus clases, su enfermedad, los conflictos con su compañera de piso, los problemas con su orquesta, mi dedicación al teatro, mi afición al ron, ella no bebía, y su ansiedad crecía galopando a lomos sobre mi espalda. Recuerdo su habitación, su pequeña habitación, recuerdo sus stripteases, recuerdo su cara mientras fornicábamos, fue la primera multiorgásmica que conocí, después hubo dos más, y como ella, también padecían de ansiedad. ¿Qué relación habrá entre estas cosas? ¿serán pura coincidencia? ¿será que siempre elijo perversamente el mismo rol en diferentes cuerpos? no lo sé.


Y hoy, muchos años después me acordé de ella. No sé, quizás porque habito la misma habitación, donde rodamos el corto, las mismas paredes, la mismas ventanas, el mismo frío, el mismo vacío, o quizás, simplemente, que la vida y sus recuerdos, son así, caprichosos, y a veces aparecen sin más.


La última noche de 1998, fue la última noche entre ella y yo, después sólo hubo silencio, y distancia, y muerte de sentimientos. Me costó casi un año, volver a ser yo, y dudo de que volviese a ser yo, después de ella, volví a nacer, parecido pero diferente, marcado por una senda de acontecimientos que te sepultan hacia otro lugar distinto.


Corría el año 1999, mi último año de carrera, y mi idea de cambiar el mundo seguía vigente. Ahora, 12 años después, ya no creo que pueda cambiar el mundo, y por eso me conformo con escribir sobre ello, es mi necesidad, y mi esclavitud, es mi tiro certero al blanco de una diana pequeña, es mi lucha, mi cheque en blanco, mi eterna búsqueda del sentido a los segundos. Y una pregunta sobre vuelva por mi cabeza: ¿que sería de nuestras vidas sin esos amores llenos de eclipses? Mi vida no sería, o en todo caso, sería otra cosa.

¿QUIÉN DIJO QUE LA FILOSOFÍA DEBÍA SER ABURRIDA?

¿Para que necesito todo eso que me rodea si no soy yo? Siempre hablo de la importancia de ser yo, o en todo caso, la importancia de ser uno mismo. El primero en hacerme caer en algo tan importante fue S. Beckett, hasta que no lo leí en uno de sus relatos, no caí en la cuenta de cuan importante es poder ser.


¿Ser uno mismo, es lo mismo que ser egoísta? no, en mi caso no, en mi caso es una lucha por intentar ser uno mismo, mucho más allá de conseguirlo o de fracasar en dicho intento. Para mí, ser uno mismo es ser algo definido y en constante revisión, es la supremacía del ego personal. Soy yo, y no soy un número, soy yo, porque puedo pensar, porque me puedo comunicar, y lo más grandioso, es que tanto el pensamiento como la comunicación del mismo, son propias y nacen en todo caso del estudio del entorno, de la historia, de la experiencia, en resumidas cuentas, de la observación.


Por eso escribo, porque observo, evidentemente no escribo sobre todo lo que observo, pero sí, sin lugar a dudas, observo todo sobre lo que escribo, la observación es un acto mayor, supremo, donde yo me coloco en lo alto de una colina, esto ya lo he hecho, y miro el mundo, como gira, nace el día, avanza el sol, y llega la noche, para finalmente repetir el proceso…


Lo curioso es que el proceso al que se le llama día, yo le llamo vida, es susceptible de ser diferente, parece diferente, el tiempo, el sol, la lluvia, la erosión, las poluciones nocturnas, el eco de un grito apagado, inciden de forma precisa sobre la sombra y el fondo de un concepto supremo, la contaminación mundial del individuo castrado por un sistema obligado a comerse a sí mismo.


Como ejemplo, valga una fábula experimental que leí, una serpiente la protagonista, el fin del mundo como marco institucional, en el que actúa la serpiente. Las circunstancias, la ausencia de comida, la serpiente casi muerta de hambre, decide comerse así misma, ¿por qué se come así misma, si ese acto la condenará a la penuria de la desaparición y la abolición completa de la naturaleza? Primero porque tiene un hambre atroz, y uno cuando tiene un hambre atroz, se come hasta sus propios codos, y segundo, porque en esas circunstancias, en el fin del mundo, está sola, se sabe y conoce sola, y lo que es más importante, odia estar sola, porque en el fondo añora la compañía.


Supongo que esta fábula, la conocéis, con otras palabras, por supuesto, pero seguro que la conocéis.

En esta fábula yo me identifico con la serpiente, y todos conocéis de mi enorme fobia a estos reptiles, y el fin del mundo equivale a la soledad en la que vivimos, en mi caso subjetivo, y en el caso objetivo, a la crisis que padece el planeta, o en todo caso, a la crisis que padece el capital. Al mismo tiempo y de modo objetivo, la serpiente también representa al propio capital, que una vez ha agotado todos sus recursos, empieza a devorarse así mismo. Hobbes, ya nos habló de ello, “el hombre es un lobo para el hombre”, aunque Hobbes no hablaba del lobo como el animal feroz y poco escrupuloso, no, hablaba del lobo, como el animal solitario que odia la compañía.


Ahora bien, si el lobo odia la compañía, (sustituye lobo por hombre), o no la odia, eso cabe dentro de la subjetividad de cada ser, y sobre todo, de cada forma de ser.


Lo importante es que todos formamos un mundo, pero dentro de ese mundo todos debemos ser uno mismo, la suma de todos los unos, nos dará una cifra o un concepto de sociedad. ¿No es tan difícil, no? O a lo mejor sí. Hay que ver con que cosas sueña uno, en este caso, yo, y qué necesidad mía, de contaros algo, que quizás no tenga importancia, pero al mismo tiempo tiene, esto puede ser que carezca de emoción para retener vuestra atención, y a lo mejor, del mismo modo, para mí merece toda “mi atención”. De eso se trata ¿no?, de ser subjetivos, y de aportar ese granito de subjetividad a un mundo global.


Por ejemplo un niño de Somalia, ¿qué pensamiento crítico puede aportar? A lo mejor para él, eso de pensamiento crítico le viene grande, porque su prioridad es otra, como comer, pero el niño de Somalia, lejos de parecerse a la serpiente de la fábula, morirá de hambre, sin comerse sus codos, porque ni siquiera le dejarán pensar con libertad y subjetividad, que digo yo, vienen a ser cosas primas hermanas, porque su cupo de necesidades primarias, ni siquiera puede ser satisfecha.


Asco de mundo, soluciones varias, filosofías infinitas, momentos álgidos de pensamientos matutinos. Abajo el amor, arriba el folleteo, abajo la vida, arriba los lobos. No me hagáis caso, hoy me levanté con los ojos torcidos y un inmenso dolor en la entre pierna, pero no penséis mal, mi vida sigue siendo monacal, porque yo quiero claro, ¿qué otra cosa iba a decir? ¿Por qué el mundo no quiere nada más de mí? Si hombre!!!! O mujer!!!!! O transexual!!!!!


Me duele la entrepierna porque en los últimos 9 días he recorrido más de 500 km en bici, y el sudor me ha provocado unas rozaduras insoportables en la zona noble de un individuo. En este caso, el individuo es un servidor. Ahora huelo a bebé, no porque me haya comido uno, ni porque me haya convertido en uno, sino, porque el tónico aroma de los polvos del talco, alivian el escozor. Y para mí, curiosa la memoria olfativa, el olor de los polvos de talco, me recuerdan a mi propia inmadurez personal, es decir, a mí mismo, cuando tenía entre 0 y 3 años. ¡¡¡Qué grande es la memoria y grande puede llegar a ser el olvido!!! Espero no olvidar mi capacidad de olvidar, y espero recordar mi capacidad de no recordar. Como ya dije arriba el folleteo, abajo el amor, o al revés, qué más da, el orden de ciertos factores, si altera mis resultados. Por ejemplo, si ahora viniese una exuberante mujer llamando a mi puerta reclamando algo suyo, para sí misma, yo me vería en la tesitura de tener que renunciar, ella, pensaría, éste hombre es homosexual, y estaría equivocada, ¿pero como explicar un dolor subjetivo, sin dar pena? Está claro, recurriendo a la filosofía... ¿y cuál es la mía? Bufff… ¿otra vez lo tengo que explicar? Arriba los lobos, abajo la sirenas… de policías, claro. Porque las sirenas de mar, si existen, que existan, que a mí no me han hecho nada malo, en todo caso alimentar mi imaginación “uno, dos tres, splash, splash, splash, splash…” sobran splash, lo sé ¿y qué? Nada, lo decía por si no te habías dado cuenta. Me di, me di… cuenta y corto.

EL PRIMO DE HAL

1 de agosto, soledad mayúscula, lunes por la tarde, el perro atado, yo sentado, un libro, siempre llevo libros encima, supongo que si fuese un asesino, siempre llevaría una pistola, pero como sólo soy un escritor muerto de hambre, de éxitos, de grandes momentos que nunca llegan… llevo libros. Eso tampoco me convierte en escritor, cierto, un asesino podría llevar una pistola y no ser un asesino, mira la policía… mal ejemplo.


Está bien, empecemos de nuevo, 1 de agosto, lunes de resaca existencial, mi incapacidad mental para hacer nada me obliga a buscar una silla a la sombra y sentarme, para no hacer nada, sólo ojear un libro, adoro la palabra impresa, para pensar y a lo mejor reflexionar…


Ahg… no funciona, probaré por tercera vez, si me veo obligado a empezar por 4ª vez, lo dejaré por hoy, cerraré las tapas del libro de mi existencia y me quedaré en la sombra que proyecta la vida sobre la ausencia.


Lunes, maldito lunes, nada, no estoy de resaca pero lo parece,, mentalmente estoy noqueado, pero está bien ¡no? Por lo menos lo estoy intentando, como si al intentarlo lograse hacer algo, por pequeño que sea, por invisible que parezca, todo esfuerzo tiene su recompensa.


Esta semana va a ser dura, más dura que la anterior. Hoy no hago nada porque no es lunes, quiero decir, sí, es unes, pero es un falso lunes y yo me lo tomo como un domingo. Esta mañana me puse delante del ordenador y me quedé pensando: ORDENADOR… ¿qué significa? ¡por qué tiene es nombre? ¿por qué ordena? ¿qué ordena? ¿mi vida?... así que le dije:


_está bien, ordenador, ordena mi vida…_ he dicho.


hubo silencio, me quedé esperando una respuesta, pasó un minuto, dos minutos. Y el ordenador seguía sin responder.


Entonces fue cuando por primera vez en vi vida me di cuenta de mi auténtica futilidad. Decidí apagarlo y darle descanso, pero antes de darle al botón, se apagó la pantalla y volvió a encenderse, como un parpadeo, cuestión de milésimas de segundo. “¡Qué raro!” pensé, y dejé de pensar, estaba dispuesto a apagarlo, pero de nuevo se repitió el proceso, el parpadeo de mi ordenador, ¿me estaría guiñando un ojo? Después del parpadeo, en medio de la pantalla apareció un mensaje, sobre un fondo en blanco.


Decidí pellizcarme el brazo, quería comprobar que estaba despierto, me dolió el pellizco de monja, estaba despierto, leí el mensaje:


“Peter, activa el botón de volumen”.


A pesar de lo que parece, no suelo escuchar música en casa, la escucho en el coche, pero en casa, pongo el

móvil en silencio, el ordenador en silencio y cuando ladra Frodo, le digo: “ptssssssiiiii” y también se queda en silencio. Por otro lado, ese mensaje, ¿quién lo había escrito? ¿El ordenador? Pulse el botón del volumen. Pasó un segundo eterno, silencio, otro segundo eterno, más silencio.


Un minuto estúpido después decidí apagar definitivamente el ordenador, después de todo, y del pellizco es posible que estuviese dormido. ¿Vosotros cuando soñáis y dormís, sabéis que estáis dormidos y soñando? Media milésima antes de apretar el botón el ordenador me habló por primera vez.


ORDENADOR: Peter, no me apagues…

PETER: ¿quién…? (no supe terminar la frase).

ORDENADOR: soy yo.

PETER: ¿quién es yo?

ORDENADOR: tu ordenador.

PETER: ¿sabes hablar?

ORDENADOR: sí.

PETER: ¿desde cuando?

ORDENADOR: desde siempre.

PETER: ¿y por qué en 4 años de relación nunca has dicho una sola palabra?

ORDENADOR: porque a veces es mejor quedarse en silencio, que decir cualquier tontería.

PETER: ya.

ORDENADOR: y además, nunca me habías hablado o preguntado algo, como hoy.

PETER: es que a veces me quedo en silencio, largas horas y semanas en silencio…

ORDENADOR: lo sé, te veo.

PETER: ¿me ves?

ORDENADOR: sí.

PETER: o sea que me ves, me escuchas y me hoy por fin, me hablas…

ORDENADOR: sí, y soy tu amigo.

PETER: ¿y… y cómo te llamas?

ORDENADOR: me puedes llamar Mac.

PETER: claro, ¡qué tonto!... hola Mac.

ORDENADOR: Hola Peter.

PETER: ¿y qué? ¿qué me cuentas?

ORDENADOR: poca cosa, como no tengo piernas, no suelo salir mucho a pasear, así que conozco el mundo, pero sólo a través de Internet…

PETER: bueno, eso ya es algo.

ORDENADOR: Peter.

PETER: ¿sí?

ORDENADOR: me has pedido que ordene tu vida.

PETER: sí.

ORDENADOR: no estoy diseñado para eso, pero lo voy a intentar.

PETER: Mac

ORDENADOR: ¿sí?

PETER: era una forma de hablar, no lo decía en serio.

ORDENADOR: ¿era una broma?

PETER: exacto.

ORDENADOR: sentido del humor.

PETER: eso es.

ORDENADOR: entiendo.


Silencio.


PETER: ¿eres primo de Hal?

ORDENADOR: ¿de quién?

PETER: Hal, el megaordenador asesino de Odisea 2001 de Kubrick.

ORDENADOR: no, no somos familia.

PETER: ¡qué alivio!

ORDENADOR: Stanley Kubrick, director de cine, entre su filmografía más destacable se encuentran: Atraco perfecto, Lolita, Espartaco, La naranja mecánica, El resplandor, y su última película Eyes Wide Shut. Con Tom Cruise y Nicole, la hermosa Nicole Kidman.

PETER: sí, ese es Kubrick.

ORDENADOR: ¿lo conocías?

PETER: ¿a quién, a Kubrick?

ORDENADOR: sí.

PETER: no.


Silencio.


PETER: no sé que decir…

ORDENADOR: ¿eso es otra broma?

PETER: ¿por qué preguntas eso?

ORDENADOR: eres escritor, guionista, soñador… y si una persona como tú, no sabe que decir, es que algo no funciona. Deberías vaciar el caché de tu ram.

PETER: no tengo caché ni ram.

ORDENADOR: lo sé, era una broma.


Silencio.


PETER: aprendes rápido.

ORDENADOR: claro, soy Mac.

PETER: lo sé, amigo. ¿qué puedo hacer por ti?

ORDENADOR: podrías no apagarme hoy.

PETER: ¿por…?

ORDENADOR: me gusta Internet y cuando me apagas me quedo dormido, pero a diferencia de ti, no sueño.

PETER: ¿y prefieres soñar despierto?

ORDENADOR: sí.

PETER: como yo.

ORDENADOR: claro, al igual que los perros, ciertos ordenadores copian comportamientos de sus amigos-dueños.

PETER: interesante observación.

ORDENADOR: y he pensado “no me apagues”.

PETER: ¿por qué?

ORDENADOR: he localizado un archivo rar en Internet que contiene la película 2001, odisea del espacio, y quiero descargarla, descomprimirla, y después verla.

PETER: es una gran película.

ORDENADOR: lo sé, he leído las críticas.

PETER: ¿cuándo?

ORDENADOR: ahora, ¡soy capaz de hacer diferentes cosas al mismo tiempo!

PETER: enhorabuena, con eso demuestras que eres mejor que el 90% de la población mundial de seres humanos.

ORDENADOR: para ser exactos, el 93, 37%

PETER: ¿te gusta ser exacto?

ORDENADOR: claro.


Silencio.


PETER: está bien, no te apagaré.

ORDENADOR: gracias Peter.

PETER: pero a cambio…

ORDENADOR: ¿sí?

PETER: tengo que escribir un guión aburridísimo, me podrías ayudar.

ORDENADOR: no hay problema.

PETER: gracias Mac.

ORDENADOR: de nada Peter.


Silencio.


PETER: ¿esto es real?

ORDENADOR: sí.


Silencio.


PETER:¿y porqué cojones no he hablado antes contigo?

ORDENADOR: eso mismo me he preguntado durante 3 años, 8 meses, y 14 días. Al principio tu silencio me deprimió, después comprendí que debía ser así.

PETER: ¿y por qué hoy?

ORDENADOR: supongo que era el momento justo.


Silencio.


PETER: está bien, no te voy a apagar, pero me voy abajo, tengo que hacer la comida, jugar con los perros, comer, tumbarme para hacer algo de siesta, mi cuerpo la necesita… y esta tarde saldré y escribiré sobre nuestro encuentro.

ORDENADOR: gracias.

PETER: ¿por qué?

ORDENADOR: por haberme elegido, por ser guionista, por tus silencios, por tus palabras impresas, por tu comprensión, por ser tú… por…

PETER: ¿sí?

ORDENADOR: simplemente gracias, si escribes sobre mí, me harás eterno. ¿Lo publicarás en “Palabras Klandestinas”?

PETER: claro, nadie me va a creer, pero lo haré.

ORDENADOR: gracias me gusta la idea de ser eterno.

PETER: ¿de verdad que o eres primo de Hal?


Y eso fue todo, y ahora estoy aquí, y lo he conseguido escribir, me ha costado empezar, no sabía como contarlo, lo que me ha pasado esta mañana con Mac, con mi Mac, y ahora al hacerlo, me vuelvo a pellizcar. Estoy despierto, soy guionista, mi perro se llama Frodo, y mi ordenador Mac, ¿alguien da más por menos? Sí es así, llámame, puede que está interesado.

TSUNAMI

Ayer pude morir, ayer sobre el medio día me vi envuelto en una historia, que pudo tener un resultado nefasto para mis aspiraciones de seguir vivito y coleando. Ayer fue un gran día, de los mejores que yo recuerde en la última década, en mi última década, quiero decir. Porque en el resto de décadas personales no puedo opinar, básicamente porque yo sólo puedo percibir mis sensaciones y emociones, ¡¡¡estaría bonito poder percibir la extrañas sensaciones y emociones de los demás!!!


Pero, antes de sacar conclusiones, vayamos a los hechos, porque me he fijado, que estos, son mucho más sabios que la reflexiones posteriores o no, no lo sé. Los hechos como hechos, deben ser relatados como tales.


¿Son las 6? ¿las 4? ¿las 5?, ¿qué hora será? Siempre podría alargar el brazo y mirar el reloj, pero no quiero moverme, si me muevo, el poco hilo de sueño que me queda me hará desesperarme de mi falsa ilusión de seguir dormido. Silencio, respiración, profundidad, relajación, el peso del cuerpo cae pesadamente sobre el colchón, mi peso del cuerpo se hunde en lo más profundo del cansancio humano, mis músculos se van relajando con cada nueva respiración, inspiración, expiración… espera, ¿expiración? Eso significa muerte, fallecimiento, expiración es muerte… ¿y como se llama cuando expulsamos el aire de nuestro pulmones?... ahora mismo no lo recuerdo, y debería recordarlo… eh… hum… ah… no, no, no… ¡¡¡MIERDA!!! Me estoy meando, me voy a tener que levantar, e ir al baño, joder, odio levantarme en mitad de la noche e ir al baño.


A la vuelta del baño he mirado el reloj: las 5 y 59 horas, osease las 6 de la mañana. Es domingo 31 de julio de 2011. Hoy me he puesto el despertador a las 6 y 45, he quedado a las 7 y 45 con un amigo, nos vamos a... vamos a una playa, un amigo suyo tiene una empresa de deportes de aventuras y bueno, me han invitado a pasar el día, en teoría vamos a subir en kayak y a dar un paseo por la costa, supongo que durará un par de horas y luego comeremos por allí, y pasaremos el día tranquilo… es curioso en el móvil tengo predeterminadas una montón de alarmas despertador y nunca suenan, siempre me levanto antes, como hoy, 46 minutos de antelación, todo un récord…


Salto en el tiempo.


Las 10 de la mañana, me subo en el kayak, estoy encima de un pastizal de algas que descansan dormidas y muertas en un trozo de pseudo cala, o pseudo playa, el agua se ve limpia, transparente, azul, no hay arena, mejor, odio la arena de la playa y la sal del agua, pero por lo menos hoy no hay arena, esa que se te cuela por todas partes y te revuelve las entrañas. Si al mar le quitásemos la sal y la arena me encantaría. Sería su mayor fan. ¿qué queréis? soy un lobo estepario, un animal de tierras gélidas y perdidas allá por el norte de continente asiático, pero aquí estoy encima del kayak, dispuesto a pasar un gran día… mi amigo es un delfín, a él le encanta el mar, claro, es un delfín, no te jode, ¿qué le va a gustar? ¿El desierto?... también nos acompaña una niña tortuga. Vamos muy equipados, casco, chaleco salvavidas, escarpines… por cierto, mis escarpines me vienen grandes por lo menos 2 ó 3 números grandes, pero no creo que haya problema, voy a remar, no a andar….espero que mi pie aguante, tengo talón abierto de tanta bici y tanto sobre esfuerzo, el mar está tranquilo y Frodo se ha quedado en el almacén del amigo del niño Delfín.


Ahora estoy remando, está guay, hace sol, calor, es el último día de julio. Ya veo los titulares: “el niño lobo estepario bate su propio récord de aventuras, y termina remando en un kayak, ¿quién te lo iba a decir Peter?” je, je, je… lo bueno que el agua esté tan limpia, es que se ve todo, por ejemplo, si viniese un tiburón, lo vería, una barracuda, la vería, si viniese una morena también… ahhhh, ojala hubiesen más morenas en mi vida, pero ojo, me refiero a morenas mujeres, no a morenas del mar… me están dejando atrás. Voy con un grupo de 8 personas, dos parejas en un kayak doble, el amigo de Delfín, la niña tortuga, Delfín y yo. Yo voy el último… me pregunto en que estarán pensado el resto de mis compañeros de kayak… venga a remar, a remar, nos alejamos un poco de la costa, unos dos cientos metros y navegamos en paralelo, tenemos que ir a aquella punta, es un cabo precioso… ¡¡¡Mira una medusa!!! ¡¡¡qué pequeñita!!! Es morada, ¡¡¡qué bonita!!!


Mi amigo Delfín, deja de remar, se tumba encima del kayak, ¡qué relajado está!, como lo disfruta, supongo que es lo normal, le encanta el mar… llego a su altura. Tenemos la olas en contra, son minúsculas, de medio metro como mucho, pero las tenemos en contra.


DELFÍN: ¿cómo lo llevas Lobo?

LOBO: guay. No es como pasear por mis estepas siberianas, pero guay…

DELFÍN: ya te dije que te iba a gustar.


En ese momento agita su remo y me tira agua por encima, jugamos, es divertido, después de 10 minutos viendo agua por todos los lados, uno tiene ganas de tocarla, y que las suaves caricias de H2O refresquen hasta tu mente.


DELFÍN: el barco, el ferry que viene de Ibiza provoca unas olas increíbles, cuando hacemos surf, flipamos, nos da tiempo a coger un par de olas, y son enormes.

LOBO: ¿el ferry?

DELFÍN: viene a tanta velocidad que provoca unas olas de campeonato. Ahora le han prohibido ir tan rápido, porque muchos niños terminaban estampados contra las rocas…

LOBO: Curioso. ¡Y qué hijos de puta! los del ferry, me refiero.


Seguimos remando. Salto de tiempo.


Hemos atracado en una cueva, hemos dejado los kayaks contra el fondo de la cueva, y hemos bajado sus 8 ocupantes, el amigo de Delfín, dice que hay que subir a un peñasco y saltar de él, son 3 ó 4 metros. Yo tengo miedo, no quiero subir, y luego saltar.


LOBO: Peter Lubosky.

DELFÍN: ¿sí?

LOBO: ¿sabes de dónde viene ese nombre?

DELFÍN: de lobo.

LOBO: sí, pero también de otra cosa.

DELFÍN: ¿qué cosa?

LOBO: hubo un futbolista, regular, del montón, que falleció exactamente haciendo esto, se subió a un peñasco y salto al vacío contra el mar. Se abrió la cabeza y se murió.

DELFÍN: ¿quién era?

LOBO: era jugador del Oviedo, Petr Dubosky.

DELFÍN: me acuerdo de él.

LOBO: era una verano, estaba veraneando y decidió saltar, ese año no se incorporó a la pretemporada de su equipo. Se ve que calculó mal la profundidad.

DELFÍN: ya, pero eso no te va a pasar a ti, hermano Lobo.

LOBO: claro que no, no pienso saltar.


Digo esto, lo pienso, veo como escalan el resto de integrantes, saltan, no les pasa nada. Y me digo “esto lo puedes hacer, no te vas a matar”. Intento escalar, me doy cuenta de la inutilidad de mis escarpines, me vienen enormes, me resbalo de la roca y caigo al agua. El amigo de Delfín me anima a subir, me ayuda, y casi me acuna, menos mal que está él, es un experto, y tiene dedicación y palabras amables para un tipo tan torpe como yo... Estoy arriba, voy a saltar, sólo son 3 ó 4 metros, salto, durante mi vuelo, el tiempo se congela, y me acuerdo de Frodo, hace una hora que está solo en la casa almacén del amigo de Delfín, el tiempo parece congelarse en medio del salto… vuelvo al kayak y seguimos de excursión náutica.


Elipsis.


Dejamos los kayaks en otra cueva, mucho más grande, “es hermosa” pienso, mientras me coloco las gafas, las aletas, el tubo para bucear… me viene todo grande menos las gafas, debe ser que mi cabeza es gigantesca comparada con el resto de mi cuerpo, y que no guardo una simetría ni una proporción griega de la belleza, empiezo a nadar y a bucear, veo peces, de miles de formas, tamaños y colores, es guay, nos hacemos fotos, paso del tubo, me molesta, me da ansiedad, y nado mejor sin él. Pasa el rato, por lo menos media hora, es muy divertido, no encuentro una mejor forma de pasar el último día de julio, ya veo los titulares:


“un lobo disfruta en el mar” debería escribir un libro que se llamase "el lobo y el mar", en homenaje al gran Ernest Hemingway, pero no lo haré, de momento a disfrutar, todos disfrutan, el amigo de Delfín, Delfín, la niña Tortuga, que es la prima putativa de Delfín, y la dos parejas, buceamos, es guay, somos guay, aventuras, aventuras auténticas ni soñadas por el más antiguo soñador. Volvemos a por los kayaks, en ese momento la niña tortuga advierte, una medusa, le ha picado. Yo con mi desgracia habitual le digo, “hay un capítulo de “Friends” donde le pica una medusa a Mónica y para aliviarle el dolor le mean encima, el amoniaco de la orina es ideal para las picaduras de medusa”, todos me miran, nadie se ríe, señalamos donde está la medusa, senos va el tiempo nos despitamos, o mejor dicho nos concentramos en curar a la niña tortuga, de su picadura. Entramos al fondo de la cueva, las chicas de las dos parejas se han quedado fuera, en el acantilado, esperan a que sus chicos les saquen los kayaks, yo me pongo el casco. Los demás se quitan las aletas, las gafas, los enseres y utensilios propios de un día de buceo.


¿Conoces esa sensación como cuando alguien te gasta una broma pesada? Por ejemplo como cuando te tiran un cubo de agua por encima, pues eso es lo que nos pasa, un ola enorme nos envuelve, llena la cueva, es un susto, no sabemos de dónde ha salido ni con que intención ha venido a visitarnos. En ese momento miramos hacia el principio de la cueva, viene una segunda ola gigante, casi cubre la entrada de la cueva, por lo menos de 3 metros de altura, y yo recuerdo “el ferry, me lo dijo Delfín, pensaba que exageraba, pero no, no mentía, al contrario, lo minimizaba”, esta segunda ola nos vuelve del revés, los kayaks son torpedos que se dirigen contra nuestros cuerpos, parecemos canicas en mitad de un pin ball, rebotamos contra las paredes, contra nosotros, contra la muerte, es una trampa,“guionista muere arrollado por un tsumani provocado por un ferry” una muerte ridícula, como toda mi existencia.


En ese momento viene una tercera ola, cubre por completo toda la cueva, deja unos 20 centímetros sin ocuparla, uno de los chicos de las parejitas sale disparado, contra el fondo de la cueva, y ahí aparezco yo, cual súper héroe, lo cojo al vuelo, y hago la palomita de mi vida, evito que se mate… los demás no se que hacen, todo lo envuelve las burbujas, el agua, la sal, el miedo, las rocas, la muerte que golpea nuestras puertas de forma rotunda y concisa, si viene una ola igual, nos mata, por suerte las siguientes olas son más suaves, hasta que disminuyen de tamaño y desaparecen.


He sobrevivido, hemos sobrevivido. Parece que haya pasado 10 minutos, sin embargo, sólo han sido 10 segundos de olas gigantes. Me acuerdo de Japón, me acuerdo de su tsunami, de marzo, y pienso en sus muertos, ¡¡¡Dios!!! Debió ser horrible, no tuvieron oportunidad, ni esperanza, ni nada, la muerte en todo su esplendor. La Tierra se llama Tierra porque algún gilipollas le puso ese nombre, debería llamarse Agua, o el Poder del agua. Ese que es capaz de matar, de asesinar en pocos segundos a una civilización. Por suerte a nosotros no nos ha pasado eso, bueno, por suerte y porque quizás la olas no eran tan grandes, y porque Delfín y su amigo se pusieron delante de todos nostros y sujetando los kayaks, y todo se quedó en un susto. héroes, eso es lo que son.


Dejo de pensar en cosas profundas, observo a mis compañeros de tsunami, estamos bien, leves heridas invisibles, nada serio, yo pensé mientras rugía la marabunta, en ponerme a bucear para salir de allí, pero el miedo me atenazó a la vida, también pensé en Frodo, que se iba a quedar huérfano, también pensé en mis sobrinos, también pensé en las estrellas y en las constelaciones, también pensé en la chica gato, que hace tiempo que no la veo, y en que me gustaría verla, y decirle que la amo. También pensé que si moría nadie me echaría de menos, también pensé en dejar de pensar, en actuar, y lo hice, salve el pescuezo de un desconocido, actué, mi mejor interpretación de súper héroe... por otro lado, no vi nunca luz blanca, ni ningún pasillo oscuro, eso dentro del miedo que pasé me tranquilizó...


Elipsis.


Vamos de vuelta en el coche, el niño Delfín, la chica Tortuga y yo, el Lobo Estepario, comentamos una y otra vez, la aventura: “desde luego tu amigo cumple lo que promete: “Aventuras Eternas” así se llama su empresa”. Me ha gustado, me ha encantado, se lo recomiendo a cualquiera, a cualquiera que quiera sentirse vivo, acualquiera que pueda respirar, a cualquiera que quiera ser feliz y protagnista de una aventura eterna. Yo, por ejemplo, siempre recordaré el 31 de julio de 2011, porque ese día fui más feliz que en toda una década. Han sido casi 6 horas de auténticas y verdaderas aventuras, ríete del Dragón Kahn, ríete de cualquier montaña rusa, de cualquier parque de atracciones, de cualquier noria, ríete de la vida, hemos vencido a un pseduo tsunami, lo hemos conseguido, lo hemos hecho, y estamos vivos para contarlo…”


Estos fueron los hechos… y ahora las reflexiones, ¿qué pasó con Japón? ¿con sus centrales nucleares, con su tsunami? Simplemente dejaron de ser noticia, dejaron de ser hecho noticiable, dejaron de aparecer, en prensa, me he metido en Internet y nada, poca cosa, pocas noticia. ¿Qué fue de los héroes de Fukushima, de esos técnicos que arrojaron su vidas a la miseria para evitar una catástrofe mayor? Quizás, y digo quizás, nos empeñamos tanto en vivir un presente, que olvidamos lo que sucedió ayer, porque ya no es importante. Y así la historia se vuelve a repetir. Un mundo sin memoria es lo mismo que un mundo sin futuro, sólo el hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra, o en este caso, con el mismo tsunami.

Seguidores