Una del futuro, 8


En el presente…

“Después de descubrir la vacuna contra la muerte, hubo un lío inmenso en la sociedad de aquellos años, todo el mundo quería la vacuna, pero no todo era tan sencillo, aunque se había creado para todo el mundo, no todos debían recibirla al mismo tiempo.

Por ejemplo, ¿un niño debía recibir la vacuna antimuerte?

Y lo que es más importante, ¿en que consistía la vacuna, qué efectos o defectos tenía? Sencillamente paralizaba el envejecimiento en el momento de recibirla, así que si a un niño se le administraba la vacuna, nunca envejecería y siempre sería un niño. Del mismo modo que yo siempre tendría la misma apariencia del momento en el que se me inyectó la vacuna.

Con lo cual si un niño se quedaba paralizado a los 10 años, nunca alcanzaría la pubertad, físicamente aunque su mente si creciese y evolucionase.

Hubo un follón enorme sobre la propiedad de original de la patente de la vacuna, hubo tanto follón que estalló una guerra que acabó con todo”…

Esto es una nota que he encontrado perdida en mi ordenador, la escribí hace 60 años. Siempre he querido escribir que fue lo que ocurrió, pero nunca he conseguido encontrar la energía necesaria, y la disciplina, escribir requiere de disciplina, energía y talento. Éste es innato de cada uno, pero los otros dos valores de la ecuación, los puede desarrollar cualquiera.

Así que aunque no tenga talento, podría tener las otras cualidades para hacerlo, escribir.

Pero tampoco debo tener de ellas nada. 60 años para escribir medio folio.

Ahora lo voy a conseguir, lo voy a completar, será mi hazaña, y mi regalo para la posteridad. Aunque si dentro de un millón de años sigo vivo, ¿qué sentido tiene dejar algo escrito para la posteridad? Ninguno Peter, ninguno.

Queda un día para llegar al punto de encuentro de la baliza de emergencia, hemos confirmado que se trata de la nave nodriza en la que está Gigi. Ha sido ella, no tengo ninguna duda, pueden haber pasado un millón de anocheceres, pero lo sé. La conozco, talento puro, nunca vi otro igual.

Es curioso porque ella tiene talento, y energía y disciplina, y podría escribir mucho mejor que yo esta historia. Pero si lo hace ella, ¿qué hago yo el resto de la eternidad?

La guerra empezó porque EEUU se negaba a darles la vacuna a los países árabes. ¿quién lanzó la primera bomba? Por supuesto EEUU. Irán contestó inmediatamente, y después Rusia, y Japón y Alemania… bombas de setas por todos los lados, radioactividad mezclada con olor a muerte. Desintegración de la humanidad.

Las personas evacuadas de las naves nodrizas habían sido elegidas muy cuidadosamente, por su inteligencia, o por sus aptitudes físicas, o por su sentido del humor, o por su sabiduría popular. Cuando digo que fueron elegidas muy cuidadosamente, me refiero a que el gobierno de EEUU las había elegido personalmente.

Fue una masacre. Millones y millones de personas murieron en apenas 3 días. Y los que quedaron, no sobrepasaron la semana de vida. Pero no sólo la humanidad, había terminado, el mundo entero había terminado, la vida sobre el planeta tierra. Incluso las gotas de ámbar como las llamaba Gigi habían sido exterminadas. Devastando la vida vegetal, animal, de la tierra y el mar.

Una del futuro, 7


Dos días antes de nuestra última comunicación vía skype, cada uno en su nave nodriza.

GIGI: según mis cálculos, dejaremos de poder hablar en menos de 48 horas.
PETER: he estado hablando con uno de los informáticos de nuestra nave, y me ha dicho que podría existir una forma de conseguir comunicarnos durante más tiempo.
GIGI: se equivoca.
PETER: ¿estás segura?
GIGI: sí, nunca me he equivocado en un cálculo.
PETER: lo sé.
GIGI: sé que lo sabes.
PETER: 48 horas.
GIGI: quizás 47.
PETER: ¿esto es el fin?
GIGI: puede.
PETER: nuestro fin.
GIGI: puede.
PETER: nunca me imaginé nuestro fin.
GIGI: todo acaba.
PETER: no, todo no.
GIGI: casi todo.

Silencio, cada uno frente a una pantalla de un ordenador.

GIGI: prométeme una cosa
PETER: ¿qué cosa?
GIGI: que buscarás a alguien en esa nave y le harás tan feliz como me lo has hecho a mí.
PETER: lo veo improbable.
GIGI: prométemelo.
PETER: te lo prometo.
GIGI: ahora prométemelo sin cruzar los dedos.
PETER: ¿cómo sabes qué…?
GIGI: te conozco.
PETER: no sé si voy a poder prometerte eso.
GIGI: lo harás, Peter, es el fin.
PETER: ¿y tú?
GIGI: ¿yo?
PETER: prométeme que encontrarás a alguien en esa nave
GIGI: te lo prometo.
PETER: para ti es fácil, eres guapa, y hermosa y dulce, y especial, seguro que te nombran miss nave nodriza este y todos los años venideros.
GIGI: ¿me tengo que reír?
PETER: no.

Silencio. Se miran.

GIGI: no sé si nos volveremos a ver nunca.
PETER: dime que sí, si me dices que sí, te esperaré.
GIGI: no me puedes esperar.
PETER: lo haré.
GIGI: sé que lo harías, pero no debes hacerlo.
PETER: ¿tú no me esperarías?
GIGI: claro.
PETER: entonces…
GIGI: entonces nada…
PETER: te esperaré de todas formas.
GIGI: no.

Silencio.

PETER: ¿qué duro?
GIGI: sí.

Silencio.

PETER: anoche soñé que todo era una sueño, que estábamos en casa, y me despertaba y estabas ahí dormida a mi lado, y yo me dedicaba a mirarte, a darte pequeños besos por tu piel, hasta que te despertaste y luego hicimos el amor. Cuando me desperté, quería cortarme las venas.
GIGI: por eso no me puedes esperar, ni yo a ti. Está en juego nuestra salud mental.
PETER: nunca tuve salud mental.
GIGI: lo sé.
PETER: y digo yo, ¿no podrías inventar una máquina del tiempo para volver a tras y detener la guerra?
GIGI: no.
PETER: pero has acabado con la muerte, viajar en el tiempo tiene que estar chupado para ti.
GIGI: no.

Estaba de broma, claro, ese era mi sentido del humor entonces, imaginar imposibles para gentes posibles. Ese era yo, 48 horas, contrarreloj contra el olvido. La espera que desespera, la desesperación que aniquila la posibilidad de cualquier esperanza. Los dos mirándonos en silencio, en la pantalla del skype. Pasó 2 minutos Gigi sonrió y dijo:

GIGI: encontraré un mundo, aunque me cueste mil años, encontraré un mundo.
PETER: gracias, es lo que necesitaba escuchar.

Una del futuro, 6


Gigi es, ha sido y será la mujer de mis sueños. Textual y literalmente... Mi musa, mi cielo, mi amanecer y también mi anochecer.

Cuando ella reía,  la estancia en la que estuviésemos, brillaba como una súpernova recién nacida.  A su lado, las palabras fluían, las palabras, mis palabras, sus palabras, las emociones, las ocurrencias, las llaves de la imaginación en tus manos y un campo lleno de girasoles delante de ti, para sentirte avispa o para sentirte gota de rocío sobre el pétalo o para sentirte libre y correr por medio de ese campo, y para saltar y volar suave y dulcemente…

A su lado jugaba, a su lado era yo. Y a mi lado, ella  sencillamente era ella.

Esto que acabo de escribir parece una tontería, una obviedad, pero no lo es. Todos somos actores, actuamos ante las distintas circunstancias de la vida, optamos por una u otra opción, descartando por conveniencia, o por interés, o por amor, y nos decantamos ante una posibilidad, simplemente por egoísmo, esa clase de egoísmo, que te hace sentir mejor de lo que eres. Como si bebiendo de esa pócima, pudieses sentirte parte de un todo mayúsculo, y fueses el capitán de dicho ejército de sentimientos y emociones. A su lado, yo, era súperyo. El súperyo de Freud. Todos somos actores, éramos actores ante las disposiciones de la vida, ante las reglas sociales bien aceptadas moralmente. Olvidando en un rincón las necesidades de expresar la realidad que habitaba en nuestros corazones y en nuestras mentes. Ante Gigi, me di cuenta que no tenía la estúpida necesidad de actuar, sólo tenía la necesidad de no actuar, y reflejar mi yo interior para conseguir lograr una comunicación pura…

Era imposible no amarla. Dulce, educada, inmensamente bella, ingeniosa, un coeficiente de 256, médico con 21 años, sensible hasta la extenuación, imaginativa y soñadora, divertida, inteligente, generosa, delgada, estilizada, su piel de seda, su tacto de Diosa... creo que cualquier persona que la hubiese conocido, la habría amado, se habría enamorado de ella. Por suerte, tuve la bendita suerte, que se enamorase de mí. Me sentía afortunado. Más que el ganador de cualquier premio de lotería, premio de reconocimiento laboral o personal, más que aquel que sufre como un perro moribundo a las puertas de la muerte y es rescatado y salvado y sanado para siempre.

Cuando la conocí, yo escribía, pequeños relatos, diálogos, lo hacía porque tenía mucho tiempo libre, tantas horas delante del ordenador, buscando información, alimentando mi imaginación de datos, que luego simplemente nacían entremezclados en pequeñas historias y relatos.

A su lado, mi calidad literaria mejoró en cantidad y calidad. Gigi irradiaba vida, pura y cristalina... Y además complementaba mis carencias, yo no sabía venderme, para mí no era más que un hobby, escribía por escribir, por jugar, por bailar con las palabras un rato, por reír y también por llorar, escribía porque sí, porque sencillamente no me costaba enfrentarme a un folio en blanco... pero para Gigi, lo que yo hacía, mejoraba la existencia humana, la hacía más digna de existir, y pensaba que lo que ella leía de mí, merecía ser leído por toda la humanidad.

Gigi impulsaba las neuronas, las mías, para que la excitación que me provocaba la llegada de nuevas historias, pudiese surgir en cualquier momento...

Era una droga, mi droga, la mejor droga.

A su lado me sentía Samuel Beckett, me sentía Dios... Consiguió que me publicasen una novela, que tuvo excelentes críticas y apenas repercusión en la sociedad. Eran tiempos extraños, de desintegración de la moral humana, ya no éramos simples humanos jugando a ser Dios, nos estábamos convirtiendo en auténticos creadores de vida artificial, en supermáquinas, en seres que dejaban de lado sus cotidianos sueños humanos. Sueños que tenían que ver con mejorar la vida con una simple sonrisa…  Las personas no querían leer mis historias, eran retorcidas, absurdas, con chistes fáciles y juegos de palabras, miles de juegos. Cabe la posibilidad que realmente yo careciese de cualquier talento para escribir y emocionar, o sólo con el talento de emocionar a Gigi. Sea cual sea el motivo, no triunfé como escritor, y no fue una decepción, la decepción sólo pertenece a quien no lo intenta y yo lo intenté. Creo que a Gigi le afectó más que a mí. Creía tanto en mí, tanto!! Que se enfadaba… yo le explicaba que mi oficio no era el de escritor, que mi oficio, era que ella, y personas como ella consiguieran sus objetivos, era un coach, un personal trainer, un idiota que era capaz de estimular las neuronas de los demás, para que estos diesen lo mejor de sí mismos. Y era bueno. Conseguí que Gigi detuviese a la muerte.

Todos estos pensamientos, me llegan mientras recorro mi nave nodriza hasta el puesto de mando, dónde me han citado para iniciar el protocolo activado por la señal de emergencia de la baliza. Las naves nodrizas son enormes. Son todas iguales y tienen el mismo diseño.

Desde un extremo al otro hay casi 10 kms, y la altura es de 4 kms, hay diferentes niveles y subniveles, o sea, que estamos hablando de una nave gigante, que se construyó en gran parte en el espacio, y se fue ensamblando muy despacio.

Son naves autosuficientes, con jardines, y huertos y animales. Esta es mi explicación científica, así de rudimentaria, pero es que yo nunca lo he sido científico, y nunca me ha interesado ese tipo de lenguaje en el cual uno habla y los demás asienten con la cabeza, como si entendiesen pero en realidad no entienden, y tienen miedo a quedar como patanes, o ignorantes o lo que sea. Yo no, no tengo esos miedos.

A pesar de los huertos y los animales, los humanos, no comemos animales y verduras, ni frutas. Cada mañana desayunamos una cápsula, de un centímetro y ese es el único alimento que ingerimos. Pura química. Hecho de menos la comida de verdad, creo, no lo sé, hace tanto tiempo que no ingiero alimentos reales, que apenas si recuerdo el sabor de las cosas.

Las verduras que plantamos en la nave son el alimento de animales herbívoros. Los putos ciervos comen mejor que yo. Estoy casi por disfrazarme de ciervo y esperan mi ración triple de verduras frescas. ¿Pero de dónde saco yo un disfraz de ciervo? Además me haría falta un compinche para disfrazarme de tal cosa, y no me encuentro últimamente muy sociable. Por últimamente me refiero a los últimos 150 años.

En la nave hay una enorme depósito de agua. Pero tampoco es un agua que nosotros bebamos. No. Como todos los astronautas de la historia, bebemos nuestro propio pipí, depurado, claro está, pero nuestro propio pipí. Hecho de menos el sabor y el aroma de un buen vino. De eso sí que me acuerdo. También está completamente prohibido fumar, toda la nave es una zona libre de humos. Si me viese Gigi no me reconocería. 150 años sin fumarme un pitillo. Estaría orgullosa de mí.

Para movernos por dentro de la nave, teniendo en cuenta la dimensión de la misma. Nos movemos en ligeras bicicletas. Es lo más agradable de la estancia en este lugar, ni un solo coche, autobús, ruido inútil y contaminación innecesaria. Sólo personas que pedalean y sonríen y son amables.

Y todos estos pensamientos, todos, me llegan mientras pedaleo hacia el puesto de control, mientras la baliza de emergencia suena y suena y suena…. La gente está excitada, la gente está sorprendida. Es bueno que el género humano se excite, llevamos 150 años sin una erección mental, y es tan necesario que tengamos erecciones mentales, y de las otras también, claro. Pero no tengo que distraerme, llego al puesto de control. La señal de baliza. La fuente de la señal de emergencia de baliza se encuentra a tan solo 15 días terrestres, en una galaxia muy cercana, y enana. 15 días terrestres a través de un agujero de gusano. Puede ser divertido, viajar a esa velocidad durante 15 días.

Ha sido Gigi, estoy seguro que ha sido Gigi, no puede haber sido otra persona.


Una del futuro, 5

 El sistema de muerte programada fue una idea mía, si Gigi consiguió eliminar a la muerte de nuestro ADN, yo conseguí lo contrario, ¿quién podía querer vivir para siempre? Mil años, un millón de años, un billón de años….  Desde pequeño me enseñaron que todo ciclo vital se componía de “naces, creces, te reproduces y mueres…”

En el año 2018, Gigi y yo discutíamos sobre dicho eslogan.

GIGI: naces, creces, te reproduces y mueres.
PETER: exacto. Es el ciclo de la vida.
GIGI: la muerte no es vida, es ausencia de vida.
PETER: no, la muerte es una cosa vital para la vida, sin muerte, todo lo demás carece de sentido.
GIGI: ¿o sea que trabajas en un proyecto que en el fondo deseas que fracase?
PETER:
GIGI: guay, quieres que fracase.
PETER: tú no fracasarás jamás. Puedes llegar a hacer lo que quieras, es más, sé que lo vas a lograr.
GIGI: jajajaja…
PETER: no te rías, lo veo en tus ojos.
GIGI: cuando dices esas cosas, que ves en los ojos de la gente las posibilidades que tienen de fracasar o de triunfar o su posible talento, pareces un poco loco.
PETER:  puede que lo esté. Yo no elegí poder ver esas cosas.
GIGI: de eso se trata, de poder elegir.
PETER: exacto, yo quiero poder elegir morir.
GIGI: ¿eliges morir antes de estar conmigo toda la eternidad?
PETER: no… claro que no, elijo estar contigo. Pero no todo el mundo puede estar contigo, no todo el mundo puede tener la misma ilusión de una inmortalidad compartida.
GIGI: ¿quieres que todo el mundo esté conmigo?
PETER: yo no he dicho eso.
GIGI: ¿qué es lo que has dicho?
PETER: naces, creces, te reproduces y mueres.
GIGI: suena a un anuncio de la tele.
PETER: lo es, lo era… cuando era pequeño, anunciaban en la televisión un producto para aniquilar cucarachas, el slogan era que nacían, crecían, se reproduzcan y finalmente morían…
GIGI: ¿de muerte natural?
PETER: ¿cómo?
GIGI: si morían de muerte natural o de muerte asistida gracias a un aniquilador total de cucarachas…
PETER: las cucarachas son una plaga…
GIGI: las cucarachas son unos seres increíbles, son gotas de ámbar con diminutas patitas.
PETER: ¿gotas de ámbar?
GIGI: ¿sí?
PETER: son el único bicho que sobreviviría a una catástrofe nuclear.
GIGI: eso significa que son inmortales… y que tu spot carece de fundamentos reales.
PETER: Gigi.
GIGI: dime Peter.

Estábamos haciendo el amor, y hablando sobre el ámbar con patitas diminutas., completamente desnudos, con mi miembro dentro de ella.

PETER: ¿crees que la gente hablará de estas cosas cuando hacen el amor?

Gigi sonrió. Nos besamos. Y seguimos en silencio, el resto del acto, estrujándonos el uno contra el otro. Al terminar Gigi se metió en el baño y salió a los 5 minutos.

GIGI: me has dado una idea.
PETER: ¿yo?
GIGI:  sí, tú.
PETER: ¿cuál?
GIGI: creo que mañana cuando amanezca voy a empezar de nuevo, todo el proceso de Antídoto Muerte IX, pero esta vez, voy a partir de las cucarachas.

Silencio, lo decía en serio, completamente en serio.

PETER: tú también me has dado una idea.
GIGI: ¿yo? ¿cuál?
PETER: muerte asistida, voy a desarrollar un protocolo por el cual si alguien no desea vivir eternamente pueda elegir su muerte.
GIGI: eres mi peor enemigo.
PETER: ya sabes, polos opuestos se atraen.
GIGI: te odio.
PETER: y yo.
GIGI: tienes suerte que también te ame.
PETER: de eso sí que tengo suerte.

Silencio.

GIGI: en el fondo no te odio.
PETER: lo sé.
GIGI: ¿lo ves en mis ojos?
PETER: sí.
GIGI: podrías utilizar tus súper poderes para hacerte rico.
PETER: podría…
GIGI: pero no lo vas a hacer.
PETER: no, no lo voy a hacer.

A la mañana siguiente, Gigi, empezó de nuevo todo el proyecto de Antídoto Muerte IX, y gracias a las gotas ámbar con patitas diminutas logró su objetivo. Por mi parte a la mañana siguiente empecé a desarrollar el borrador “quiero morir, lo voy a hacer I”. También lo conseguí terminar.

Y ahora, me siento cual cucaracha en una nave espacial, no hablo con nadie, nadie sabe apenas que existo, 50 personas ignorando mi presencia, mi presencia ignorando a 50 mil personas.

Espera, suena, una alarma, ¿qué coño es eso? Un zumbido repetitivo, es la baliza de emergencia. Es la baliza de emergencia, es la baliza de emergencia. ES LA BALIZA DE EMERGENCIA.

Una del espacio, 4


Lo que pasó con los 8 grupos anteriores a Antídoto MuerteIX, fue lo que siempre pasa, al principio parecía que había dado con las personas adecuadas, con los cerebros adecuados, pero luego…

En el capítulo 1 dije que la Tierra nos expulsó de su corteza terrestre como se expulsa al recién nacido de las entrañas de su madre. Aunque eso no fue exactamente así. Dos años después de lanzar la vacuna antimuerte. Hubo una guerra mundial, la última gran guerra mundial, apenas duró 5 días, fue una guerra total, una guerra nuclear. Para entonces los proyectos de nombres absurdos de la NASA, como “hasta el infinito y más allá”, habían desarrollado naves nodrizas autosuficientes con capacidad para 50 mil personas,para la evacuación de la población, aunque el objetivo no era evacuar a la población terrestre, sino la conquista del espacio exterior.

Después de que estallase la guerra, 2 días después las naves despegaron y nos alejamos para siempre de nuestro planeta. La vida humana no iba a sobrevivir en aquellas condiciones de radioactividad. Cuando estalló la guerra, Gigi estaba en Indonesia y yo en Serbia, no pudimos ni tuvimos tiempo de decirnos adiós, físicamente,  ni tuvimos ocasión de elegir subirnos a la misma nave. La NASA, decidió que cada nave tendría que explorar un espacio distinto y alejado, y que si alguna de las naves, encontraba un planeta que pudiésemos habitar, emitiría una baliza-señal de emergencia que nos pondría en contacto con el resto para que los demás,fuesen al lugar de encuentro. Durante las primeras semanas, tuvimos contacto con todas la naves, la señal de radio funcionaba, pero a medida que nos fuimos alejando y esparciendo, la señal se debilitó, y finalmente desapareció. Sólo quedaba la baliza de emergencia.

La mañana que estalló la guerra, el cielo dejó de ser azul, y se volvió gris. Siempre recordaré esa mañana del final del mundo, bueno, siempre la he recordado. Espero que tras mi muerte, dejar de recordarla, dejar de recordarlo todo.

Actualmente estamos cerca de la galaxia Abell 1835 IR1916. Se encuentra detrás del cúmulo Abell 1835, en la constelación de Virgo. Se descubrió en el año 2.007, y está a 13.200 millones de años luz de la Tierra. Desde entonces no hemos encontrado ningún planeta habitable, ni nosotros ni el resto de naves nodrizas.

Lo que pasó con los 8 grupos anteriores, fue que la NASA decidió finalizar los contratos de las personas empleadas, aunque decir  que “decidió finalizar los contratos” sea la expresión más suave que se me ha ocurrido para definir lo que exactamente pasó.

Última conversación con Gigi, año 2025.

GIGI: te echo de menos.
PETER: ohhh, es la primera vez que me lo dices en años. De hecho creo que es la primera vez que me lo dices.
GIGI:  siempre tiene que existir una primera vez para ciertas cosas.
PETER: sí.
GIGI: te veo muy pixelado, la señal es débil.
PETER: claro. Y cada vez será más débil, hasta que desaparezca.
GIGI: lo vamos a lograr.
PETER: ¿encontrar otro planeta? o ¿encontrar puntos de wifi en Saturno para poder conectarnos y seguir hablando por skipe?
GIGI: ¡qué idiota eres!
PETER: lo soy, ya lo sabías cuando me compraste, venía en mi etiqueta de chico ingenioso.
GIGI: eres mi idiota.
PETER: sí, soy tu idiota.
GIGI: siempre quise tener uno.
PETER: escucha Gigi. Esto es el fin.
GIGI: no.
PETER: sí, es imposible una vuelta atrás.
GIGI: lo sé.
PETER: es imposible que esto… joder, me encantaría estar en la Tierra, cuando estalló la guerra, que lejos me parecía entonces Serbia de Indonesia, y qué cerca me parece ahora.

Interferencias….

GIGI: no te escucho bien.
PETER: Gigi.
GIGI: ¿sí? Peter…
PETER: ¿Gigi?
GIGI: ¿Peter?
PETER: te quiero Gigi, te quiero…
GIGI: Peter no te veo…

Más interferencias….

PETER: te quiero.
GIGI: ¡¡¡¡Peter!!!!! Lo lograré, lo lograré, encontraré un mundo para poder vivir en él, y lo haré por ti…

La pantalla se quedó en negro, perdimos la señal.  Todos los días desde entonces, 125 años, cada mañana he encendido el skipe, y nunca más ha aparecido una señal deGigi.

Al principio tenía esperanzas, que sé yo, de encontrar un nuevo planeta, había algunos planetas que eran posibles candidatos a albergar la especie humana, pensaba que en 4 ó 5 años, podríamos habitar algunos de esos planetas, pero ninguno tenía las condiciones necesarias para soportar la vida humana. Las naves nodrizas tenían un sistema de propulsión nuclear, tócate los cojones, capaces de crear agujeros de gusano a través de los cuales poder viajar a una velocidad paranormal, de forma que si una nave se encontraba a un billón de años luz de la baliza de emergencia, pudiese llegar en apenas 10 años terrestres, pero esa baliza y esa velocidad haría que la nave quedase inservible para continuar viajando por el espacio.

Al principio tenía esperanzas de volverla a ver, de abrazarla, de besarla, de hacerla reír, de recorrer con mis dedos su cuerpo desnudo…

Año 2015. Segundo aniversario en la playa.

PETER: ¿te imaginas que un día lo lográis?
GIGI: ¿me imagino?
PETER: sí.
GIGI: no me lo imagino, sé que vamos a lograrlo.
PETER: jajajjaja…
GIGI: ¿de qué te ríes?
PETER: de tu seguridad, eres la persona más cabezota que he conocido nunca.
GIGI: ohhh.. sin lugar a dudas es el mejor piropo que me has dicho desde que nos conocemos, ¡¡¡cómo sabes lo que nos gusta escuchar a las mujeres!!!!
PETER: jajajjajaj…
GIGI: lo vamos a lograr Peter. He encontrado una enzima enla cadena del ADN, simplemente tengo que abrirla y ver que es lo que produce su envejecimiento, cuando lo consiga, tendré la vacuna.
PETER: ¿así de sencillo?
GIGI: así de sencillo, no, ¿de verdad quieres que te dé toda la explicación científica, una explicación de la cual sólo entiendas la primera frase?
PETER: gracias, jajajjaja… por adaptarte a mi ignorancia.
GIGI: de nada, es sumamente fácil.
PETER: ohhh, ¿soy un chico fácil?
GIGI: hombre.
PETER: ¿cómo?
GIGI: ya no eres un chico, eres un hombre, tienes 39 años.
PETER: cierto.
GIGI: cuando lo logre, ya no envejecerás más!!!
PETER: y no me quedaré calvo.
GIGI: tú no te vas a quedar calvo, ni aunque no encuentre la forma de abrir  la dichosa enzima…
PETER: bufff.. es todo un alivio.
GIGI: te quiero Peter.
PETER: y yo Gigi.
GIGI: lo sé, me lo dices todos los días.
PETER: ¿te molesta que te lo diga?
GIGI: no, pero no hace falta que me lo digas siempre.
PETER: te lo digo porque tengo miedo a que lo olvides.
GIGI: ajjajajaj… puedo ser muy despistada, pero créeme, eso no se olvida.
PETER: cásate conmigo.
GIGI: no.
PETER: joder, ni siquiera te lo has pensado un segundo.
GIGI: ¿quieres que me case contigo?
PETER: sí.
GIGI: y qué pasa si encuentro la forma de abrir  la enzima, y consigo detener a la muerte, el discurso del cura, “hasta que la muerte os separe, dejaría de tener sentido”.
PETER: no me casaría contigo por ningún rito religioso.
GIGI: eso es más tranquilizador, aunque mi respuesta sigue siendo la misma.
PETER: no se puede enjaular a los pájaros.
GIGI: ¿qué clase de pájaro soy? Casi es peor llamarme pájaro, que cabezota.
PETER: jajajjajaja…
GIGI: ¿qué clase de pájaro soy?
PETER: un águila imperial.
GIGI: wow… ¿y tú?
PETER: yo no soy ningún pájaro, soy un lobo.
GIGI: jajajjajajajaj… ¿un lobo?
PETER: sí.
GIGI: jajjajaja, para mí eres más bien un bichón maltés.
PETER: jajjajajajja…


Año 2150, quedan 10 días para mi muerte programada.

Una del futuro, 3


Tumbados, desnudos, en la cama, año 2014, primer aniversario de nuestro primer encuentro en la playa, música de fondo, se escucha jazz, a mí me encantaba darme esos toques de pseudo-intelectual, y ponía jazz, pero lo cierto es que mucho más allá de las apariencias, yo siempre hubiese querido ser un músico de jazz, un maldito músico de jazz, ese noche sonaba Chet Baker.

GIGI: ¿por qué siempre me pones músicas de viejos?
PETER: la música, ciertas músicas no tienen edad…
GIGI: cómo tú…
PETER: yo sí tengo edad, 38.
GIGI: eres un viejo.
PETER: oh… y tú, una niña.
GIGI: ¿alguna vez habías estado con una mujer que podría ser biológicamente tu hija? (por edad quiero decir)
PETER: ¿y tú?
GIGI: yo nunca me he liado con una mujer, por el momento, todo se andará.
PETER: espero que me invites a esa fiesta.
GIGI: claro, te enviaré un flyer con la invitación, y una consumición sin alcohol para esa fiesta.
PETER: ¿invitación vip?
GIGI: claro, claro, vip…

En ese momento Gigi, se puso de pie en la cama, e hizo como si fuese un robot y de su boca sólo se escuchase el sonido de “bip”, estoy cansándome de esta conversación, bip, quiero cenar algo bip, me dijiste que me invitabas a cenar, bip, y nos hemos ido a la cama antes de cenar, bip, ¡eso significa que no habrá cena, bip?”…

La amaba, cuando decía esas gilipolleces, la amaba, y cuando no las decía también.

PETER: ¿por qué has dicho que no tengo edad?
GIGI: porque pareces mucho más joven de la edad que tienes, porque tu pelo, con ese tupé, parece sacado de otra época, con esas patillas…
PETER: tampoco tengo tanto tupé.
GIGI: ya, tampoco, pero lo tienes, y porqué tus ojos.
PETER: ¿sí?
GIGI: están llenos de vida y entusiasmo.
PETER: ohhh… creo que voy a ir a por la grabadora, para grabar estos momentos,
GIGI: ni se te ocurra, nada de cámaras ni fotos.
PETER: ¿por?
GIGI: (con voz en falsete) pertenecemos al grupo Antídoto Muerte IX… nadie debe saber de nuestra existencia, y ni siquiera podemos hacernos una foto oficial de grupo, mucho menos una grabación no oficial, desnudos en tu cama.
PETER: no sería una grabación pornográfica,
GIGI: ohhh… eso es mucho más tranquilizador.
PETER: jjajajjajaj
GIGI: jajjajajajja…

Me puse de pie, en la cama, desnudos, ambos, la abracé, caímos entre risas a la cama… la seguí besando…

GIGI: una cosa.
PETER: ¿sí?
GIGI: Antídoto Muerte…
PETER: Antídoto Muerte IX
GIGI: eso. Ese nombre…
PETER: ¿no te gusta?
GIGI: no es que no me guste, es que parece un chiste.
PETER: un poco ridículo si que es.
GIGI: cuando mis amigos me preguntan en qué y donde trabajo, no sé si decirles la verdad, estoy segura que no me creerían.
PETER: puedes decirlo. No está prohibido.
GIGI: no me creerían.
PETER: quizás por eso la persona que le puso el nombre, escogió ese nombre…
GIGI: ya…
PETER: quizás esa persona de inmenso talento, pensó en ese nombre para disuadir a la personas para hacerles creer, que todo el proyecto era una broma, una absurda broma… y así evitar nuevas preguntas.
GIGI: esa persona de inmenso talento…
PETER: ¿sí?
GIGI: tenía tupé.
PETER: sí, y patilllas!!!
GIGI: y era un viejo que hacía el amor a jovencitas.
PETER: no, sólo a una jovencita.
GIGI: ohhh. Esa jovencita, se debe sentir halagada de tan inmensa condecoración.
PETER: ¿crees que lo que hago es condecorarte?
GIGI: ¡¡¡¡Tú!!!!!!
PETER: sí, yoooooo
GIGI: jajjajajajjaaj
PETER: jajjajajaj…
GIGI: ¿qué pasó con los 8 grupos anteriores?
PETER: fracasaron.
GIGI: ¿no era buenos?
PETER: eran muy buenos, pero fracasaron.
GIGI: ¿eran mejores que nosotros?
PETER: casi, pero no.
GIGI: ¿casi?
PETER: el casi eres tú…

Nuestras conversaciones fluían a lo largo de las noches, y de los días, eran conversaciones que viajaban en el tiempo, a bordo de una comunicación constante, estar hablando del más allá, mientras mis manos recorrían su espalda, o mientras sus labios recorrían mi cuerpo, o mientras hacíamos el amor….

Antes de ella, hubo otras mujeres, pero a ninguna la amé, en aquellos momentos pensé que sí, que las amaba, lo que pasa es que después conocí a Gigi, y supe lo que era el verdadero amor, la verdadera comunicación, la verdadera necesidad de las necesidades…

Año 2023.

En honor a mi trabajo, a toda la labor de investigación, a toda mi paciencia, a todo mi apoyo, fui escogido por la NASA en ser el primer hombre en recibir la primera vacuna contra la muerte, yo tenía mis propias dudas, claro, ¿qué iba a pasar a partir de ese instante, mi cuerpo se detendría, dejaría de envejecer, me convertiría en una especie de vampiro que podría, si quería, ver el sol, para siempre, y la noche, y las estrellas….?

Gigi me lo había explicado mil veces, ella era científica, yo no, cada cuerpo mutaría levemente, pero dejaría de envejecer, dejaría de haber muertes, por enfermedad, o por accidente. En el supuesto, por ejemplo que alguien sufriese una accidente mortal, y muriese, si se le aplicaba la vacuna, aunque fuese después de muerto, esa persona podría volver a la vida. Como el gato que tiene 7 vidas, los humanos también las tendríamos, incluso más de 7, incluso infinitas.

Moralmente significaba la muerte de cualquier Dios, esa idea me gustaba, aniquilar a ese tipejo, o a esos tipejos. Pero si la gente no iba a morir, que iba a pasar con el ser humano, en el año 2023 éramos más de 15 mil millones de habitantes.

No pasaba nada, la NASA, tenía sus propios planes, de colonización de otros planetas, otros proyectos, encabezados por otros líderes, con otros nombres absurdos, “Evacuación necesaria XXI”, por ejemplo o “A por Marte VI”,  o “Hasta el infinito y más allá III”, nombres absurdos, para proyectos absurdos.

Yo no quería recibir la vacuna, esa que me alejaría de la muerte, si accedí fue por Gigi, por estar a su lado, hasta la eternidad.


Año 2150.

Hasta la eternidad, tiene gracia, no, no la tiene, la eternidad, un segundo de mi vida sin Gigi, es una eternidad, 100 años sin ella, es un infierno. Miro por mi escotilla, de mi receptáculo vital y espacial, en mi nave nodriza, hay unas 50 mil personas. Miro por mi escotilla, y me siento solo, perdido, no quiero vivir más segundos infernales sin Gigi, por eso he pedido la muerte asistida, mi muerte asistida.

Una del futuro, 2


Año 2023, yo tenía 47 años, Gigi 33. Fue una tarde de septiembre, un par de días después de mi cumpleaños, ella entró a mi estudio, donde pasaba mi tiempo, delante del ordenador, observando el planeta, el ojo que todo lo ve. Gigi entró sonriendo y  jugando, cuando hacía eso, su belleza se multiplicaba por mil, y su atracción del deseo de los ajenos también aumentaba, por mil.

Esos segundos eran estallidos de sensaciones, de emociones, orgasmos perfectos.  Ella entró sonriendo y jugando, se sentó encima de mis rodillas, como una niña buena, me beso, como una buena amante, y me dijo:

“ya está, ya lo he conseguido, he vencido a la muerte”… me quedé de piedra, luego una sacudida de escalofríos, una puta premonición de que aquello era el principio del fin. No de Gigi y Peter, no. El fin de la humanidad.

Su grupo de investigación habían hallado la fórmula exacta para la cual fueron contratados, 9 años antes, por un servidor. Durante mi empleo, bueno, mi empleo, siempre había consistido en esperar, esperar a que aparezcan talentos, mente únicas, recolectarlas, abrirles los ojos, alimentar sus almas, y de alguna, incluso enamorarme…. Y esperar que sucediese el milagro, la cura definitiva de la muerte,

Siempre había considerado tal extremo una demencia, ese objetivo nunca se podría lograr, nadie podría inventar la receta perfecta, el antídoto de la muerte. Mi trabajo consistía en hacer que un grupo de personas lo consiguiesen, aunque moral y éticamente era el peor de los posibles enemigos que dicho macro objetivo.

Esa tarde, cuando entró, y se sentó y me lo contó, vi el final del mundo, ante mis propios ojos, un fogonazo de imágenes,  de destrucción…


Año 2013

Nuestra primera conversación:

GIGI: Me llamo Gigi.
PETER: yo Peter,
GIGI: encantada.
PETER: lo mismo digo.

Hubo un momento de silencio, entre los ojos, sus ojos descubriendo los míos, los míos viendo su alma transparente, la entrevista había terminado, era la persona adecuada para desarrollar la dirección del trabajo de campo del proyecto: Antídoto Muerte IX, antes hubo otros 8 equipos, que fracasaron.

GIGI: no me imaginaba que la NASA, fuese tan cutre, cuando he llegado, he estado a punto de darme la vuelta y no entrar por la puerta.
PETER: no somos exactamente la NASA, dependemos de ellos, pero no somos ellos.
GIGI: pero pagan ellos.
PETER: sí, eso sí.
GIGI: no me imaginaba que la NASA fuese tan cutre.

Me estaba probando, quien diablos era yo, y ese lugar de encuentro, ese bajo de un edificio antiguo, con mobiliario antiguo y viejo y en desuso. No era nuestro, no trabajábamos allí, sólo era un lugar que alquilábamos para nuestras entrevistas. Aunque ese alquiler, claro, también lo pagaba la NASA, así que Gigi, en 3 frases había definido perfectamente lo cutre que era la NASA, y que el proyecto que iba a encabezar, realmente no tenía muchas opciones de prosperar. Este hecho, lejos de alejar su sapiencia de mi ámbito laboral, la incentivó y decidió por completo, a trabajar por la causa de Antídoto Muerte IX. Aunque a mí, me gusta pensar que fui yo, quien la convenció para trabajar para la NASA.

PETER: generalmente no suelo decir esto,
GIGI: pues no lo digas general.

Me reí, eso la relajó, le tendí mi mano.

PETER: bienvenida…
GIGI: lo voy a conseguir, lo voy a hacer, todavía no sé cómo, pero lo voy a lograr.
PETER: lo sé. Lo he visto en tus ojos.

Fue la primera premoción que tuve con ella, al verla. Supe que lo iba a lograr.

La segunda, es la que he escrito antes,  cuándo lo logró.

Durante las primeras semanas, trabajábamos juntos, codo con codo, ella, otros 3 hombres, dos mujeres y yo. Ellos eran los expertos, yo el coordinador. A mí me gustaba, era imposible que no me gustase, irradiaba pasión, y delicadeza, y millones de puntos de cordura y sutura para salvar al ser humano de sus propio vicios y demonios.


Una tarde, al terminar del trabajo, yo me encendí un cigarro, en la puerta, 

GIGI: eso te matará.
PETER: por suerte, estáis trabajando muy bien en ello, para que eso no pase,
GIGI: sería más fácil que no fumases, eso ayudaría unos 50 años en la aproximación de a solución del problema,
PETER: no puedo fiar de alguien que no tiene pequeños vicios.
GIGI: quizás ese sea el problema.
PETER: ¿tú te puedes fiar? ¿tienes pequeños vicios?
GIGI: ¿yo?
PETER: sí.
GIGI: no lo sé. Tendría que pensar en ello.
PETER: sí, tienes que pensar en ello, es que no los tienes, y si los tienes, y no los recuerdas, es posible que alguna vez hayas tenido uno, pero que no ha prosperado. Que no se haya perpetuado en tus actos cotidianos.
GIGI: es posible.
PETER: lo es.
GIGI: pero eso no excusa para que te fumes un cigarro, y no me vale que me digas, que fumas poco, o que apenas fumas, el hecho es que fumas, y eso te matará.
PETER: la vida sin la muerte no sería vida.
GIGI: la muerte.
PETER: sí.

Desde ese día, siempre hablábamos a la salida del trabajo, yo me fumaba un cigarrillo y nuestras conversaciones se entremezclaban, como nuestras almas.

Llegó  nuestro primer verano, yo me fui de vacaciones, y la invité a venir a pasar un día, o unas horas, estaba cerca de la ciudad, en una casa frente a una playa desierta, con una enorme montaña a nuestras espaldas. Ella aceptó, enseguida. Vino, llegó el día y vino. Cociné para ella, la conversación fluyó, y también nuestros deseos, tomamos el baño en el mar, en una mar tranquilo y azul transparente. Yo me acerqué a ella, la miré, a esos  ojos, y la besé. En el mar por primera vez. 

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